jueves, 11 de septiembre de 2025

EL SIONISMO FUE OBRA DE INTELECTUALES RACISTAS Y SUPREMACISTAS


El antisemitismo de Israel

El propio movimiento sionista coqueteó con el colonialismo y el antisemitismo de la época. No hay que olvidar que se trata de una ideología que nació en Europa en el siglo XIX de la mano de intelectuales racistas y supremacistas que creían en una raza superior.

Tania Lezcano  | 11/09/2025

Uno de los mayores comodines que utiliza Israel para justificar sus acciones genocidas y de limpieza étnica es sin duda el antisemitismo. Sin embargo, si nos atenemos a las pruebas, la realidad es que no hay entidad más antisemita que el propio Estado de Israel. Y actualmente nada fomenta el antisemitismo (entendido como el odio a la población judía) más que sus propias acciones, como vamos a ver.

Los palestinos son semitas

Por un lado, ¿qué es el semitismo? Según términos meramente lingüísticos, los pueblos semitas son aquellos que hablan lenguas del territorio que bíblicamente Noé dejó a su hijo Sem, y que incluyen el árabe, el hebreo antiguo y el arameo. Toda referencia racial o étnica al semitismo es en realidad pseudocientífica y sin validez a día de hoy, debido a la evolución histórica de los pueblos. A pesar de esto, incluso ateniéndonos solamente a la narrativa sionista, los actuales habitantes del Estado de Israel no proceden del antiguo reino bíblico de Israel, por mucho que se empeñen. La realidad es que su origen es principalmente europeo, empezando por los líderes espirituales y políticos del sionismo.

Y, de hecho, el hebreo moderno tampoco es ya plenamente semita. Es una creación artificial que promovió a finales del siglo XIX Eliezer Ben-Yehuda, un sionista de la Rusia zarista que formaba parte del Movimiento Nacional Judío, germen del Movimiento Sionista. Consciente de la necesidad de una lengua común a toda la comunidad judía que llevaba dos mil años en otras partes del mundo (cada una con su cultura y su lengua), desarrolló una nueva que se pudiera utilizar para la comunicación diaria. El hebreo clásico no era suficiente, ya que se limitaba a los textos litúrgicos, que no contenían vocabulario para el día a día. Así que este nuevo idioma, aunque tiene raíces del hebreo antiguo, integra vocabulario y elementos de otras lenguas, como el árabe, el yiddish, el inglés y otras lenguas de las diversas comunidades judías en el mundo. Cualquiera argumentaría que todas las lenguas evolucionan e integran nuevos elementos de otras, pero lo que caracteriza al hebreo moderno es que se hizo de manera totalmente artificial y con una motivación puramente ideológica, no de forma natural con el paso de los siglos. Toda esta explicación nos lleva a entender que el palestino, como arabófono que es, es un pueblo semita. Y, al querer aniquilarlo, Israel se muestra como un Estado antisemita en sí mismo.

Eliezer Ben-Yehuda, principal artífice del hebreo moderno

La discriminación hacia otros judíos

Por otro lado, es cierto que el término «antisemitismo» se ha utilizado principalmente desde el siglo XIX para denominar el odio y la discriminación hacia las personas judías en general, por motivos no solo religiosos, sino también culturales o étnicos. Aunque las comunidades judías del mundo en realidad no comparten un origen étnico común, ya que proceden de diferentes partes del globo, no es menos cierto que han recibido todo tipo de hostilidad por esa idea. Por su parte, el Estado de Israel es tremendamente racista, rasgo inherente al sionismo. Y es que, a pesar de defender la falsa idea de una etnia común (inexistente), en la realidad ha fomentado el antisemitismo hacia otras comunidades judías que considera inferiores, ya que enaltece a la asquenazí (la procedente de Europa Central y Oriental), considerando ciudadanos de segunda a quienes proceden de las poblaciones judías sefardíes o mizrajíes. Respecto a estas últimas, es común que ellas mismas rechacen esta etiqueta con la que las clasifica el Estado, ya que la comunidad mizrají procede de países de Oriente Próximo y el norte de África, pero consideran que este término los engloba en un mismo concepto y prefieren ser denominados por sus países de origen, debido a la lógica diversidad que existe y que Israel, en su alarde etnocéntrico, pretende ignorar.

Pese a lo que el sionismo predica, no se pueden pasar por alto dos mil años de historia en diferentes lugares del mundo, hacer como que eso no ha ocurrido y fingir que ese larguísimo periodo es solo un paréntesis para el regreso a la «Tierra Prometida». Esto es lo que el sionismo vende, con lo que adoctrina a su ciudadanía y lo que pretende que acepte el resto del mundo. Que esa tierra siempre fue suya y los palestinos («los árabes» es el término que ellos utilizan, ya que no otorgan al pueblo nativo ninguna especificidad) solo estuvieron «en su ausencia». En este sentido, es muy interesante el libro de la filóloga y activista israelí Nurit Peled-Elhanan, Palestine in Israeli School Books: Ideology and Propaganda in Education. Aunque fue publicado en 2012, es imprescindible para descubrir cómo el Estado sionista inculca a las nuevas generaciones falsas ideas y falacias que nos permiten comprender la deshumanización que existe en la sociedad israelí hacia el pueblo ocupado.

Por todo esto, la negación del pasado diverso de las distintas comunidades judías también supone antisemitismo por parte del sionismo, ya que elimina de cuajo toda su historia para imponer a la fuerza un pasado común de hace más de dos mil años.

Theodor Herzl, fundador del sionismo político moderno

El colonialismo y la fusión sionismo-judaísmo

Por si todo esto fuera poco, el propio movimiento sionista coqueteó con el colonialismo y el antisemitismo de la época. No hay que olvidar que se trata de una ideología que nació en Europa en el siglo XIX de la mano de intelectuales racistas y supremacistas que creían en una raza superior. El primer líder del sionismo político, Theodor Herzl, escribió en sus Diarios: «Los antisemitas serán nuestros amigos más fiables, y los países antisemitas, nuestros aliados». Y es que los fundadores de esta ideología la concebían ya como un proyecto colonialista a semejanza de las potencias europeas y consideraban que los propios antisemitas ayudarían a la creación de un Estado judío, proponiendo el diálogo con ellos. De hecho, es de sobra conocida la Declaración Balfour, firmada en 1917 por Arthur Balfour, el ministro de Relaciones Exteriores británico. En su declaración prometía al pueblo judío un «hogar nacional» en Palestina, a pesar de no tener ninguna autoridad moral para ello. El sionismo nunca ocultó sus intenciones colonialistas y se valió de todo para conseguirlas, incluso de estas buenas relaciones con reconocidos antisemitas con el fin de alimentar la emigración masiva de judíos a Palestina para así solucionar el «problema judío» en Europa. Más ejemplos de esto son el Acuerdo de Haavara con el régimen nazi o el entrenamiento militar por parte del gobierno polaco en los años 30. De hecho, el sionismo nació como un movimiento laico y barajó diferentes lugares para ocupar, como Uganda. Finalmente, sus artífices optaron por Palestina porque consideraron con acierto que la «Tierra Prometida» les otorgaría una coartada religiosa que sería más fácil de vender a las diferentes comunidades judías a la hora de pedirles que emigraran.

Declaración que Balfour envió al barón Lionel Walter Rothschild, un líder de la comunidad judía en Reino Unido

Como decimos, el sionismo no tenía en origen ningún vínculo con el judaísmo. Este se creó por mera conveniencia, haciéndolo uno. Por ello, Israel, como producto final de esa ideología supremacista, es culpable directo de que el mundo la asocie con el judaísmo. Era lo que pretendía, pasando por encima de toda la comunidad judía, fusionando ideología y religión. Así, después del pueblo palestino y otros pueblos árabes de la zona, las poblaciones judías son las mayores afectadas por el sionismo, ya que Israel decidió unilateralmente utilizar su religión e instrumentalizar a un pueblo que sufrió tanto en la historia para sus propias pretensiones ideológicas similares irónicamente a aquella ideología que una vez intentó aniquilar a los judíos. Por lo tanto, el sionismo es también antisemita por esta instrumentalización deliberada del sufrimiento de las comunidades judías en todo el mundo y por subyugarlas a todas a una única ideología supremacista y etnocéntrica. Y, por si fuera poco, utiliza el mismo término que designa a quien odia a los judíos («antisemita») para designar también a quien condena y ataca el sionismo y las prácticas supremacistas del Estado de Israel, incrementando la confusión deliberada entre ideología y religión. Además, usa este término también contra las personas judías antisionistas que condenan las políticas de Israel, despojándolo así de todo su sentido real y resultando incluso esperpéntico.

El desmantelamiento del sionismo

Por todo esto, debido a las características propias del sionismo como ideología, no cabe negociación posible con él. Al igual que a nadie se le pasó por la cabeza negociar con el nazismo que por favor dejaran vivir en paz a los judíos (porque naturalmente no lo iba a hacer), es imposible intentar negociar con el sionismo que acepte un Estado palestino o la mera existencia de ese pueblo. Simplemente porque entre las pretensiones del sionismo se encuentra la expansión hasta conseguir lo que llama El Gran Israel, con población exclusivamente judía, y nada le hará cambiar de opinión.

Para conseguir la paz, solo cabe el desmantelamiento del sionismo, como en su día se hizo con el nazismo en Alemania y con el sistema de apartheid en Sudáfrica (recordamos también que Israel impone su propio apartheid en Cisjordania). Este desmantelamiento no implica ningún daño hacia los judíos por ser judíos, no se trata de antisemitismo, sino de una posición política contra una ideología supremacista y genocida. De hecho, el mayor foco sionista del mundo ni siquiera es judío: es el Congreso de Estados Unidos. También diferentes países de la Unión Europea. Porque se trata de un proyecto colonialista que nada tiene que ver con religiones, sino con política. Hasta que esto no se comprenda, se interpretará erróneamente lo que ocurre y se permanecerá, en el mejor de los casos, en la más absoluta ingenuidad, al creer en la buena voluntad de Israel; y, en el peor, en una terrible complicidad que seguirá masacrando, aniquilando y expulsando al pueblo palestino.

PERIODISMO ALTERNATIVO

CONJURO CONTRA CHARLY KIRK DÍAS ANTES DE SU ASESINATO


Una persona del equipo editorial del portal feminista Jezebel admitió haber contratado servicios de brujería para maldecir al activista político Charlie Kirk, días antes del atentado que le costó la vida, leemos en una noticia publicada hoy en Russia Today (RT). La confesión por escrito, publicada de forma anónima, describe a Kirk como una "máquina expendedora de noticias falsas con un peinado horrible" y detalla que el conjuro a Kirk fue adquirido a través de Etsy, un portal de artesanías que cuenta con un apartado dedicado a cuestiones relacionadas con la espiritualidad y la adivinación.

"Quiero que se despierte cada mañana con un grano inexplicable. Quiero que el micrófono de su podcast falle cada vez que pulse grabar. Quiero que todas sus chaquetas azules le queden de repente una talla más pequeña. Quiero que uno de sus calcetines se le caiga siempre del pie. Quiero que le crezca demasiado el pulgar como para tuitear. Arruinarle el día con el poder feminista colectivo del aquelarre de Etsy sería la mayor alegría de mi vida", se lee en el texto.

"Quizás sea su obsesión por decirles a las mujeres lo que tienen que hacer o su cabeza desproporcionadamente grande, pero la presencia de este 'podcaster' de extrema derecha resulta más irritante que la de la mayoría", agrega la nota. Según el relato, el conjuro fue personalizado: se seleccionó una "maldición especial contra republicanos" y se incluyó la fecha de nacimiento del activista. Además, se pagaron 50 dólares adicionales para potenciar el hechizo.

La publicación reflexiona sobre la efectividad de los conjuros contra Kirk y afirma confiar en las fuerzas de la magia para lograr su propósito. "Un agradecimiento especial a las brujas de la era moderna, que trabajan incansablemente para maldecir a los republicanos y derrocar a los regímenes conservadores (y, ocasionalmente, a algún exnovio). Apreciamos su trabajo", concluye el escrito.

RUSSIA TODAY (RT)

LA UNIÓN PALESTINA DE AMÉRICA LATINA INSTA A SEGUIR EL EJEMPLO DE ESPAÑA


UPAL*

La política internacional sobre Palestina vive un momento de inflexión. España ha decidido alzar la voz y asumir un rol que muchos gobiernos han evitado: denunciar con claridad el genocidio en Gaza y exigir medidas concretas contra quienes lo ejecutan y lo sostienen. En un contexto de silencios cómplices y cálculos diplomáticos, este paso significa mucho más que una declaración; es un cambio de tono que marca la diferencia.

España, con su historia marcada por luchas sociales y una memoria colectiva sensible a las causas de justicia, se sitúa en el centro de un escenario donde la mayoría calla. Su liderazgo no se limita al terreno político, también abre puertas en el ámbito judicial y diplomático: impulsar investigaciones, respaldar denuncias en instancias internacionales y promover sanciones efectivas contra el régimen que perpetúa la ocupación y la violencia.

El gesto español desafía la narrativa impuesta por Israel y sus aliados, que intentan encubrir crímenes atroces bajo el discurso de la “seguridad” o la “defensa propia”. Frente a esa retórica, la denuncia clara del genocidio devuelve las palabras a su lugar justo y obliga a otros países de Europa y América Latina a definirse. Callar ante la masacre de un pueblo no es neutralidad: es complicidad.

UPAL saluda y respalda esta decisión de España, y llama a que otros Estados sigan el mismo camino. Porque la solidaridad no se mide en discursos vacíos ni en gestos simbólicos, sino en la capacidad de enfrentar a los poderosos cuando sus actos cruzan la frontera de lo inhumano. Que España tome la batuta en contra del genocidio puede ser el inicio de una nueva etapa de movilización internacional. La causa palestina lo exige, la justicia lo reclama.

*Unión Palestina de América Latina

QUE SE RECUERDE TAMBIÉN POR ESTO LA VUELTA CICLISTA DE 2025


Lazarillo

La edición de este año de la Vuelta Ciclista a España está siendo marcada mediáticamente por las protestas populares contra la inclusión en la competición de un equipo israelí, del que es propietario un amigo del primer ministro de Israel, el genocida Netanyahu. Las protestas han originado que del maillot de ese equipo fuera eliminado el nombre de Israel. Es de esperar, no obstante, que además de esa circunstancia también se tengan en cuenta para que no se vuelvan a repetir imágenes como ésta, captada en el transcurso de la etapa de ayer, con salida en O Barco de Valdeorras, como testimonio de la catástrofe que arrasó una gran extensión de hectáreas en las provincias de Orense, Zamora y León, costando la vida a varios operarios. No habrá dimisión del consejero de Medio Ambiente del gobierno de Castilla y León por la desastrosa gestión de su departamento. El presidente lo respalda a pesar de que con éste lleva ya otros dos grandes incendios en su currículum, también con víctimas mortales. Esto quiere decir que, cuando estemos en vísperas del próximo y caluroso verano, puede volver a ocurrir lo que viene sucediendo en los últimos años. Sobre todo si la ciudadanía no elige otra alternativa política la próxima primavera. Lo de Mañueco con Suárez Quiñones es una ofensa a los familiares de las víctimas y a toda la ciudadanía de las provincias afectadas, las más abandonadas de su comunidad junto a Salamanca, de cuya ciudad fue alcalde el presidente autonómico. 


 DdA, XXI/6099

EN AQUEL REPUBLICANO "DÍA DEL PEDAL" DE 1933 ESTABA MI PRIMERA BICICLETA



Félix Población

Muchas de las fotografías de Constantino Suárez fueron publicadas en los diarios gijoneses de la época, sobre todo en El Noroeste. Al objeto de que quienes aparecían en las instantáneas compraran el periódico al día siguiente, era habitual que, cuando se trataba de fotos con grupos numerosos de gente, se tratara de captar al mayor número de personas identificables por su rostro.

Es el caso de esta nueva imagen que nos aporta el Muséu del Pueblu d'Asturies, depositario de la valiosa colección del fotógrafo gijonés, con motivo de lo que se llamaba en tiempos de la Segunda República la Fiesta del Pedal, equivalente en su versión regional a lo que hoy es el Día Mundial de la Bicicleta. También entonces se reivindicaba el uso de la bici, así como una rebaja en la matrícula municipal, como es el caso de esta convocatoria celebrada en Gijón en 1933, la segunda según leemos de las se organizaban en Asturias, después de la que tuvo lugar en Oviedo en 1931.

Aunque el pie informativo de la instantánea nos dice que se tomó en la Plaza del Carmen, debe puntualizarse que entonces no se llamaba así sino Plaza de Galán, en honor a Fermín Galán, uno de los militares republicanos fusilados (1930) durante el reinado de Alfonso XIII junto a su compañero el capitán José García Hernández, que se habían adelantado en Jaca con su sublevación meses antes de la proclamación de la Segunda República. (No se suele mencionar al recordar este episodio, con una monarquía y una dinastía borbónica restaurada, que aquel régimen también murió fusilando, como el del dictador restaurador muchos años después).

Me puntualiza mi apreciado Luis Miguel Piñera, cronista de Gijón, a propósito de la fotografía inferior coloreada -también de Suárez- que amablemente me adjunta, que consta en el rótulo de la plaza por esos años el nombre del militar republicano, junto a un triángulo masónico en homenaje a la organización a la que pertenecía.

Aparte de un recorrido por la ciudad, los ciclistas reunidos ese Día del Pedal, en su mayoría jóvenes, celebraron varias competiciones de habilidad y destreza sobre la bici, así como una comida campestre en los alrededores de la villa. Estoy convencido, por su afición a la bicicleta, que entre esos ciclistas se encontraría mi tío José Bernardo, que por entonces sería un espigado adolescente que ejercía como auxiliar de guarnicionero, y cuya pesada, averiada y herrumbrosa bicicleta, abandonada en la galería de la modesta casa campesina de mis abuelos, fue mi primera y tardía bici, sin que encontrara un generoso mecánico que me la quisiera poner a punto para ir pedaleando hasta las pequeñas playas emboscadas o la mar del puerto exterior, con mi caña de pescar y una cesta en la que metía peces y empezaba a guardar versos.

Siempre pensé que aquel tardío y la vez imposible acceso al sillín de aquella vieja y maltrecha bicicleta que quedó varada al pie de mis quince o dieciséis años, originó en mi ánimo un arraigado sentimiento de frustración que no dejo de reparar desde que con el primer sueldo me compré mi primera bicicleta un lustro más tarde. No podría cuantificar cuántos miles de kilómetros avalan ese afán de reparación durante medio siglo, pero me temo que nunca los consideraré bastantes.


DdA, XXI/6099

miércoles, 10 de septiembre de 2025

COMO A GLORIA FUERTES, A IRENE VALLEJO LA EROTIZA LA GENTE BUENA

Durante una tertulia televisada hace décadas, la poeta española Gloria Fuertes, inmune al sarcasmo de sus compañeros de programa, declaró con voz ronca y total convicción: «A mí solo me erotiza la gente buena». Curiosamente, tanto la palabra “bonito” como “bello” son, en su raíz latina, diminutivos de “bueno”, como si en otro tiempo el magnetismo que proclamaba la escritora hubiera sido una evidencia. Hoy, el término latino bonus alude a un incentivo económico: nuestro mundo prefiere el lujo a la lujuria. Solo en su acepción dineraria parece alcanzar la bondad su perdido prestigio.


Irene Vallejo

La lógica de la competición a ultranza nos exige convertirnos en triunfadores. Mil veces escuchaste la advertencia: quienes te rodean son rivales. Se aprovecharán de ti. Enseña los dientes, jamás te muestres débil. Eres demasiado ingenua, vas con un lirio en la mano. No sabes poner límites. Como si el problema fuera tuyo; como si la bondad fuese una deficiencia de carácter, una insignia de perdedores.

Hace casi veinticinco siglos, el historiador griego Tucídides diseccionó esta contradicción con afilada lucidez: «La mayoría de los hombres prefieren que los llamen listos por ser unos canallas, a que los consideren necios siendo honrados. De esto último, se avergüenzan; de lo otro, se enorgullecen». Tras siglos de fascinación por el misterio y el imperio del mal, nuestras historias sobre gente bien intencionada se cuentan en clave cursi o remilgada, incluso paródica. Salvo en las monsergas a los niños que incordian –¡pórtate bien!– o agazapada en la sobredosis de almíbar navideño, la bondad tiene una reputación aburrida, insulsa, moralizadora y pusilánime. Se elogia episódicamente, pero se devalúa por sistema. Pese a los disimulos y tapujos ocasionales, nadie se engaña: lo deseable de verdad es el liderazgo arrogante, carismático y con colmillo. Desde las redes sociales a las encuestas electorales, se premia la agresividad. La guerra de todos contra todos es ortodoxia, la victoria sobre el prójimo es la medida de todas las cosas, la evolución nace de una lucha feroz por la supervivencia. Sin embargo, incluso Charles Darwin reconoció que la empatía hacia los demás es tan instintiva como el egoísmo.

Durante una tertulia televisada hace décadas, la poeta española Gloria Fuertes, inmune al sarcasmo de sus compañeros de programa, declaró con voz ronca y total convicción: «A mí solo me erotiza la gente buena». Curiosamente, tanto la palabra “bonito” como “bello” son, en su raíz latina, diminutivos de “bueno”, como si en otro tiempo el magnetismo que proclamaba la escritora hubiera sido una evidencia. Hoy, el término latino bonus alude a un incentivo económico: nuestro mundo prefiere el lujo a la lujuria. Solo en su acepción dineraria parece alcanzar la bondad su perdido prestigio.

En esta época zarandeada por la incertidumbre, la avalancha de pronósticos apocalípticos y los diagnósticos fatalistas nos empujan a fijarnos mejor en lo peor. Sin embargo, a nuestro alrededor, mucha gente es buena a diario, sin que nadie parezca advertirlo o agradecerlo. La teoría de la competencia descarnada desacredita aquello que hace funcionar el mundo: los cuidados a hijos, ancianos y enfermos, nuestras más auténticas redes sociales. Ese territorio tantas veces despreciado o depredado. El filósofo romano Séneca, asmático desde la infancia en su Corduba natal –la actual Córdoba andaluza–, vivió marcado por una salud débil y la necesidad constante de asistencia para afrontar sus achaques. En una carta evocaba: «Todas las incomodidades del cuerpo, todas sus angustias y borrascas han pasado por mí». Consciente de que la enfermedad y la debilidad forman parte de nuestras vidas, escribió que la gente sabia quiere amigos no por interés propio, sino para colmar el deseo de ayudar al prójimo, porque la colaboración es sanadora. «Nadie tiene una vida feliz si lo vuelca todo en sus fines». En sus famosas Epístolas a Lucilio describió la convivencia como una arquitectura del cuidado: «La sociedad se parece a una bóveda, que se desplomaría si unas piedras no sujetaran a otras, y solo se sostiene por el apoyo mutuo». No somos islas, sino hilos entretejidos.

La bondad asusta porque nos vuelve conscientes de la vulnerabilidad ajena, y de la propia. No queremos afrontar la fragilidad acechante de nuestros cuerpos. Preferimos el ideal de suficiencia, menos promiscuo, que promete fortaleza e independencia, al precio de aislarnos. Por eso, nos obsesionamos con encontrar la seguridad en el éxito y, en esa carrera despiadada, negamos la alegría y el disfrute de apoyar a otros. Reprimimos nuestros instintos, nos refrenamos. En un océano de islas amuralladas, sin tacto ni contacto, la bondad acabará por ser nuestro placer prohibido.

PÁGINA/12 DdA, XXI/6098

DINERO PÚBLICO NI PARA RABINOS, NI PARA IMANES, NI PARA SACERDOTES

 

MHUEL

El movimiento laico aboga por estados no confesionales. Estados civiles en los que las manifestaciones religiosas son actos privados y se llevan a cabo en el hogar de cada cual y en los templos de cada confesión. El estado no establece cooperación con ninguna creencia y no pone dinero ni para rabinos, ni para imanes ni para sacerdotes.

Se nos acusa, a la genta laica de este país, de apuntar en nuestras críticas a la religión católica, que todo lo impregna. Lógico, es la religión que nos ha limitado y nos ha dado miedo cuando éramos pequeñas. Sus valores (homofobia, pederastia, misoginia, franquismo y nacionalcatolicismo) no nos gustan. Y pensamos que no deben disponer de los espacios públicos para sus manifestaciones.

Tampoco nos gusta el islam ni sus valores (homofobia, pederastia, misoginia y estados teocráticos, Qatar y Emiratos incluidos) y tampoco creemos que el islam deba disponer de espacios públicos, ni para rezar, ni para celebrar sus fiestas.

Una jugada maestra la del PP en Jumilla. Moros no (nunca critican a nuestros amigos los árabes, que cuidan del emérito), católicos sí. En el movimiento laico no vemos la diferencia. Todas las religiones buscan lo mismo: poder, dinero y control, sobre todo control de las mujeres. Y habitualmente no encontramos el momento de meternos con el islam porque el catolicismo nos da muchísimo trabajo de denuncia.

Pero que quede claro: el islam no nos gusta.

Es curioso que el cargo católico que pidió elecciones para intentar quitar a Sánchez ha sido el primero en salir en defensa de los moros. No vaya a ser que alguien ate cabos y se le ocurra pensar que es mejor que las religiones, todas, salgan de los espacios públicos. Perro no come perro.

Si tenemos un rato, ya hablaremos del judaísmo.

MOVIMIENTO HACIA UN ESTADO LAICO

LA ULTRADERECHA AVANZA CON MENTIRAS Y LA VERDAD NO NOS LLEVA A LA ACCIÓN

La ultraderecha avanza a pesar de sus evidentes mentiras porque, al contrario que la izquierda, se mueve. Las mentiras son solo una excusa para poder dibujar en el horizonte el negro futuro al que aspiran. La derecha ha puesto en marcha un tiempo político basado en la ruptura, la acción y la ley del más fuerte. La izquierda sigue inmóvil acertando de lleno en su diagnóstico: eso no es buena idea. Si la verdad no nos lleva a la acción, ¿qué importa que algo sea verdad o mentira?


Gerardo Tecé

Eres votante de ultraderecha te recomiendo que apartes la vista porque lo que viene a continuación podría herir tu sensibilidad. O tal vez no. Hace poco se publicaron nuevos datos de criminalidad en España. Según la Policía Nacional y la Guardia Civil –esos dos clubs de fans de Pedro Sánchez–, las calles de nuestro país viven uno de sus momentos de mayor tranquilidad. En el primer trimestre de 2025 se cometieron 50 delitos por cada 1.000 habitantes. Son datos tan buenos como los que había en 2005, cuando en España vivían la mitad de inmigrantes que hoy. Dicho de otro modo, en España ha aumentado la población inmigrante hasta doblarse, pero la tasa de delincuencia es la misma. No es necesario hacer un dibujo para entender que los datos policiales confirman que inmigración e inseguridad no van de la mano. Es una realidad aplastante que debería ser suficiente para, como diría el ultracentrista Miguel Tellado, cavar la tumba de una ultraderecha absolutamente dependiente de este relato. Para que Vox desapareciese del mapa y Abascal tuviese que devolverles a las víctimas de su timo los nueve millones de euros que guarda en la Fundación Disenso. El dato, sin embargo, coincide en el tiempo con otro que nos anuncia que Vox, a lomos de su discurso antiinmigración, sigue disparado en las encuestas. La conclusión es que al votante de ultraderecha no le importa que los suyos le traten como a un idiota, sino que lo agradece.

Si es triste que un relato de odio triunfe a pesar de que la realidad lo desmienta, más triste aún es ver cómo la izquierda se ve sobrepasada por una maniobra tan cutre y poco disimulada. Una izquierda incapaz de articular estrategias novedosas y adaptadas a este oscuro tiempo. Si algo debemos aprender del éxito de partidos especialistas en timar a los suyos es que la gente, no importa cuál sea su ideología, no sólo necesita identificar el problema, necesita también escuchar una solución. La ultraderecha triunfa por esto. Se inventa el problema –los inmigrantes generan delincuencia– y le da una respuesta clara y entendible: expulsarlos del país. Hay acción. Hay vida en esa orilla llena de mierda. La izquierda, por su parte, sigue persiguiendo la rueda de los ultras gritando desde atrás que lo que dicen es falso. La izquierda diagnostica que la ultraderecha difunde odio y pone en peligro la convivencia en nuestras sociedades, y es cierto, pero ahí se queda. La ultraderecha aporta soluciones a problemas inventados y la izquierda es incapaz de proponer soluciones a problemas reales. ¿Deberíamos ilegalizar a los partidos que mienten difundiendo odio contra minorías? ¿Deberíamos encarcelar a los responsables de las empresas contaminantes? ¿Deberíamos intervenir militarmente en Israel para frenar el genocidio? La izquierda repite que el cambio climático destruye el planeta y que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Y tras repetirlo, lo vuelve a repetir otra vez. Y luego una vez más.

La ultraderecha avanza a pesar de sus evidentes mentiras porque, al contrario que la izquierda, se mueve. Las mentiras son solo una excusa para poder dibujar en el horizonte el negro futuro al que aspiran. Las mentiras sirven para justificar esas soluciones que están dispuestos a tomar, y los suyos, por poco espabilados o por demasiado, ayudan a difundirlas. Si la derecha mundial va ganando esta batalla es porque, hoy, uno es capaz de imaginarse un futuro de personas inocentes encarceladas por el color de su piel o niños asesinados sin consecuencia mientras suena utópico meter entre rejas a los responsables del caos planetario, el odio y el genocidio. La derecha ha puesto en marcha un tiempo político basado en la ruptura, la acción y la ley del más fuerte. La izquierda sigue inmóvil acertando de lleno en su diagnóstico: eso no es buena idea. Si la verdad no nos lleva a la acción, ¿qué importa que algo sea verdad o mentira?

CTXT  DdA, XXI/6098

¿TAMPOCO HABRÁ REACCIÓN ESTA VEZ ANTE LOS ATAQUES A LA FLOTILLA DE LA LIBERTAD?*


Félix Población

Es significativo que los dos ataques con drones sufridos hasta la fecha por la nueva expedición internacional de la Flotilla de la Libertad, en esta segunda ocasión sobre una embarcación con bandera británica, hayan tenido lugar en Túnez. Hasta llegar a ese país no se había dado ninguna incidencia de ese carácter, denunciada por los integrantes de la expedición como ataques del Estado de Israel. Según nuestro ministro de Asuntos Exteriores, las autoridades tunecinas comunicaron en principio que la primera de las explosiones obedeció a "algún otro tipo de accidente o incidente", pero las imágenes del vídeo y la repetición de un segundo ataque contra otra de las embarcaciones permite pensar que Túnez se ha apresurado a dar una versión de nula credibilidad, sobre todo si ocurriera, como podría suceder, un tercer ataque, en línea con el tratamiento como terroristas que el gobierno de Netanyahu quiere dar a los dos centenares de integrantes de la Flotilla de la Libertad. ¿Cabe esperar de ese gobierno genocida que de estos ataques intimidatorios con drones pase a unas acciones armadas contra la expedición humanitaria en las que pueda haber víctimas? Hasta ahora sabemos el calificativo que los expedicionarios internacionales merecen a ojos de Israel, y también el modus operandi de su actual gobierno con quienes son calificados así -incluidos los miles de mujeres y menores palestinos asesinados en Gaza-, pero no sabemos nada sobre la posible reacción de los gobiernos de los países, y de la Unión Europea en su conjunto, si alguno de sus ciudadanos o ciudadanas en esa expedición es no sólo secuestrado sino asesinado por Estado israelí en aguas internacionales, como ocurrió en el pasado. ¿Seguirá siendo la de la aberrante sumisión o cabe esperar algo más, habida cuenta la magnitud internacional que esta vez tiene la Flotilla de la Libertad? De momento, los gobiernos callan y nuestro ministro de Exteriores se limita a dar credibilidad a la inverosímil versión de las medrosas autoridades tunecinas. 

703 DÍAS / 74.100 ASESINADOS (20.920 NIÑOS / 14.875 MUJERES) / 40 VÍCTIMAS ÚLTIMAS 24 HORAS

DdA, XXI/6098

PP Y VOX SON DELEGADOS DEL ESTADO DE ISRAEL EN ESPAÑA


Javier de la Puerta/ Desde Jerusalén

No creo que haya dudas sobre mi oposición radical a la política del gobierno Netanyahu. Llevo exteriorizándolo desde que empezó la guerra, no desde el salón de mi casa. Pero no es un tema de la política española y hay formas diplomáticas para condenar. Y quiero expresar unas pocas cosas que no me gustan:
1. Me parece bien que se organicen manifestaciones de solidaridad con los palestinos, especialmente con los gazatíes, pero sin violencia. Y recordando de vez en cuando el trato que les dan a las mujeres, los homosexuales y los derechos humanos en general, tanto en Gaza antes de la guerra como en Cisjordania en la actualidad.
2.El gobierno español nos está poniendo en una situación muy complicada a los españoles que vivimos en Israel y me parece que ni siquiera se les ha pasado por la cabeza el daño que nos hace.
3.Me parece que el gobierno español está usando el tema de la guerra de Gaza como un tema de política interna. No se puede pretender aprobar una ley para algo que no es de España. Intentan que se hable menos de otros temas, como por ejemplo "la para mí clara financiación ilegal del PSOE". No pierdan el tiempo con el indecente Ábalos o Cerdán. Todos los expertos coinciden en que se trata de la financiación de este partido. Y los dos citados se aprovecharon además personalmente. Otra cosa es que los jueces encuentren pruebas fiables. Pedro Sánchez llegó al poder por la corrupción del PP, pero no aprendió nada.
4.Creo que se debe condenar la política israelí, con dureza, pero en las formas y proporciones adecuadas. No es un problema interno de España.
5. Ya me gustaría que dedicaran tanta energía al principal problema que hay en España, la compra y el alquiler de la vivienda, algo prohibitivo para mucha gente. O que profundizaran de verdad en temas de libertad de expresión, anulación ley mordaza, etc.
6. ¿Por qué la sociedad no dirige las manifestaciones contra los dos partidos que no han condenado la matanza en Gaza, el PP y VOX? No he visto ni una sola manifestación al respecto delante de las sedes de estos partidos, los auténticos delegados del gobierno israelí en España.
7. A todos aquellos que jamás han estado en Israel y los territorios palestinos. Cuando se conoce algo solo por los medios de comunicación, lo mínimo que hay que hacer es tener un perfil bajo y ser cuidadoso. Y no hablar más de la cuenta.

DdA, XXI/6098