lunes, 30 de junio de 2025

DEL MANIFIESTO CONTRA EL FASCISMO EN 1925 AL MANIFIESTO DE 2025

Un total de 400 académicos y más de 3o Premios Nobel ha firmado el manifiesto contra el fascismo, a al espera de que surta mejor efecto que el publicado con retraso por el diario italiano Il Popolo hace 100 años, sin que entonces de nada sirvieran las advertencias pues Mussolini ya estaba en el poder. La amenaza del fascismo vuelve a estar ante nosotros y todo cuanto contribuya a combatirla debe ser considerado como reacción preferente. Nunca desapareció su sombra, aunque se le mantuvo a raya hasta que, en las dos últimas décadas, hemos sido testigos de una nueva ola de movimientos de extrema derecha que a menudo exhiben rasgos inconfundiblemente fascistas, como ocurre en España y tienen una representación parlamentaria predispuesta a pactar con la derecha, como antaño. Nos habría gustado que este manifiesto de 2025 se hubiera publicado en todos lo medios de comunicación de nuestro país, pero sólo lo hemos leído en CTXT. Será porque a los ausentes no les parece adecuado defender los derechos y libertades democráticos.

Manifiesto publicado en Il Popolo el 1 de mayo de 1925

El 1 de mayo de 1925, con Benito Mussolini ya en el poder, un grupo de intelectuales italianos denunció públicamente su régimen fascista en una carta abierta. Los signatarios –científicos, filósofos, escritores y artistas– se pronunciaban en apoyo a los principios esenciales de una sociedad libre: el estado de derecho, la libertad individual y la independencia del pensamiento, la cultura, el arte y la ciencia. Su abierto desafío a la brutal imposición de la ideología fascista –con el enorme riesgo personal que implicaba– demostró que la oposición no solo era posible, sino necesaria. Hoy, cien años después, la amenaza del fascismo ha vuelto. Por eso debemos armarnos de valor y desafiarlo de nuevo.

El fascismo surgió en Italia hace un siglo, y con él, la dictadura moderna. En cuestión de unos años se extendió por Europa y por el mundo, adoptando distintos nombres pero conservando la misma esencia. Allá donde se hacía con el poder, socavaba la separación de poderes al servicio de la autocracia, silenciaba a la oposición por medio de la violencia, tomaba el control de la prensa, detenía el avance de los derechos de las mujeres y oprimía la lucha de los trabajadores por la justicia económica. Irremediablemente, penetró y distorsionó todas las instituciones dedicadas a labores científicas, académicas y culturales. Su culto a la muerte exaltó la hostilidad imperial y el racismo genocida, detonantes de la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, la muerte de decenas de millones de personas y los crímenes contra la humanidad.

Al mismo tiempo, la resistencia al fascismo y a tantas otras ideologías fascistas se convirtió en terreno fértil para imaginar vías alternativas de organizar sociedades y relaciones internacionales. El mundo que surgió tras la Segunda Guerra Mundial –con la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos, los fundamentos teóricos de la Unión Europea y la argumentación jurídica contra el colonialismo– seguía marcado por profundas desigualdades. Sin embargo, representaba un intento decisivo de establecer un ordenamiento jurídico internacional: una aspiración que apuntaba a la paz y democracia mundial, basadas en la protección de los derechos humanos universales, entre ellos no solo los civiles y políticos, sino también los económicos, sociales y culturales.

Fieles al viejo guion fascista, estas figuras socavan el estado de derecho, apuntando a la independencia del poder judicial, la prensa, la cultura, la educación y la ciencia

El fascismo nunca desapareció, solo se mantuvo a raya durante algún tiempo. No obstante, en las dos últimas décadas, hemos sido testigos de una nueva ola de movimientos de extrema derecha, que a menudo exhiben rasgos inconfundiblemente fascistas: ataques a las normas e instituciones democráticas, un nuevo empuje nacionalista impregnado de retórica racista, impulsos autoritarios y ataques sistemáticos a los derechos de aquellos que no tienen cabida en el tradicional poder de las masas, anclado en la normatividad religiosa, sexual y de género. Estos movimientos han resurgido por todo el planeta, incluso en democracias consolidadas, allá donde el descontento generalizado con la incapacidad política de abordar las crecientes desigualdades y la exclusión social ha sido explotado, una vez más, por nuevas figuras autoritarias. Fieles al viejo guion fascista, disfrazado de irrestricto mandato popular, estas figuras socavan el estado de derecho nacional e internacional, apuntando a la independencia del poder judicial, la prensa, las instituciones culturales, la educación superior y la ciencia, y hasta intentan destruir información científica y datos esenciales. Fabrican “hechos alternativos” e inventan “enemigos en casa”; convierten los asuntos de seguridad en un arma para afianzar su autoridad y la de ese 1% ultrarrico, a los que ofrecen privilegios a cambio de lealtad.

El proceso está ahora ganando velocidad: la discrepancia se ve cada vez más reprimida mediante detenciones arbitrarias, amenazas de violencia, deportaciones y una campaña implacable de desinformación y propaganda, operada con el apoyo de los barones de siempre y de los de las redes sociales, unos meramente complacientes y otros abiertamente tecnofascistas.

Las democracias no son infalibles: son vulnerables a la desinformación y todavía no son lo bastante inclusivas. Sin embargo, las democracias, por naturaleza, constituyen un terreno fértil para el progreso intelectual y cultural y, por ende, siempre tienen potencial de mejora. En las sociedades democráticas, los derechos y libertades de las personas se despliegan, las artes florecen, los descubrimientos científicos prosperan y el conocimiento crece. Estas sociedades garantizan la libertad de cuestionar ideas y estructuras de poder, y de proponer nuevas teorías incluso si son culturalmente incómodas, esencial para el progreso humano. Las instituciones democráticas suponen el mejor marco para abordar injusticias sociales y la mejor esperanza para cumplir las promesas contraídas en la posguerra sobre el derecho al trabajo, a la educación, la salud, la seguridad social, la participación en la vida cultural y científica y sobre el derecho colectivo de las personas al desarrollo, la autodeterminación y la paz. Sin todo esto, la humanidad se enfrenta al estancamiento, a una desigualdad cada vez mayor, a la injusticia y la catástrofe, por no hablar de la amenaza existencial provocada por la emergencia climática que la nueva ola fascista se empeña en negar.

En nuestro mundo hiperconectado, la democracia no puede existir aislada. Como las democracias nacionales requieren instituciones fuertes, la cooperación internacional depende de la aplicación efectiva de principios democráticos y del multilateralismo para regular las relaciones entre naciones, y de procesos participativos con múltiples actores para entablar una sociedad sana. El estado de derecho debe trascender fronteras y asegurar que los tratados internacionales, los convenios de derechos humanos y los acuerdos de paz se respetan. Si bien la actual gobernanza mundial y las instituciones internacionales requieren mejoras, su erosión a favor de un mundo gobernado por la fuerza bruta, la lógica transaccional y el poder militar supone un retroceso a una época de colonialismo, sufrimiento y destrucción.

Igual que en 1925, hoy los científicos, filósofos, escritores, artistas y ciudadanos del mundo tenemos la responsabilidad de denunciar el resurgimiento del fascismo en todas sus formas y oponer resistencia. Llamamos a actuar a todos aquellos que valoran la democracia: 

  • Defiendan las instituciones democráticas, culturales y educativas. Denuncien los abusos de principios democráticos y derechos humanos. Niéguense al cumplimiento preventivo.
  • Únanse a acciones colectivas, a nivel local e internacional. Hagan boicot y huelga cuando puedan. Que sea imposible ignorar la resistencia y salga caro reprimirla.
  • Defiendan hechos y pruebas. Fomenten el pensamiento crítico e involúcrense con sus comunidades en estas causas.

Esta es una lucha constante. Que nuestras voces, nuestro trabajo y nuestros principios sean un baluarte contra el autoritarismo. Que este mensaje sea una declaración renovada de resistencia.

Firman los premios nobel: Eric Maskin, Roger B. Myerson, Alvin E. Roth, Lars Peter Hansen, Oliver Hart, Daron Acemoglu, Wolfgang Ketterle, John C. Mather, Brian P. Schmidt, Michel Mayor, Takaaki Kajita, Giorgio Parisi, Pierre Agostini, Joachim Frank, Richard J. Roberts, Leland Hartwell, Paul Nurse, Jack W. Szostak, Edvard I. Moser, May-Britt Moser, Harvey James Alter, Victor Ambros, Gary Ruvkun, Barry James Marshall, Craig Mello y Charles Rice.

Así como destacados académicos en el estudio del fascismo y la democracia: Ruth Ben-Ghiat, Timothy Snyder, Jason Stanley, Claudia Koonz, Mia Fuller, Giovanni De Luna y Andrea Mammone.

– La lista entera de signatarios está disponible aquí.
– Se puede firmar la carta aquí.


DdA, XXI/6.025

NI EN EUSKADI NI EN CATALUÑA: LOS VITO QUILES SON COSECHA DE MADRID

Ni en Euskadi ni en Cataluña, que sepamos, tienen los políticos y periodistas acosadores de micrófono como los que se estilan en Madrid, protegidos por el Partido Popular y Vox. El articulista lo tiene en cuenta cuando nos habla de Felipe González, a quien ninguno de estos provocadores osará acercarle el micro porque sabe que es de los suyos. Estuvo toda la vida poniéndonos los cuernos -escribe Tortosa- y abochorna constatar hasta qué punto nos engañó nada menos que durante 13 años, [pero] aún cuesta digerir verlo ahora alineado con los protectores de Quiles y el pequeño Nicolás. Ni en Euskadi ni en Cataluña, los Vito Quiles y demás acosadores de micro son rancia cosecha del Madrid ayuso, donde florece el pseudoperiodismo más deplorable del país.

Juan Tortosa

Se imaginan a Felipe González acosado por el fascista Vito Quiles y su micrófono a la salida de cualquier acto público madrileño? La respuesta es no, porque aquellos que manejan los hilos de las insolencias de este cansino profanador del oficio periodístico no tienen ningún interés en molestar a quien, como el expresidente socialista, le está haciendo el trabajo sucio al involucionismo más desprejuiciado. Niño, ni se te ocurra incordiar a Felipe, que es de los nuestros. Nada tiene que temer pues el augusto ex presidente, como tampoco nada han de temer Lambán, Page, Nicolás Redondo, Cándido Méndez o el condenado Barrionuevo, por ejemplo. Zapatero ya es otra cosa, no le perdonan su cuota de responsabilidad en los resultados  electorales del 23 J, como no le perdonan a Silvia Intxaurrondo la ya histórica entrevista televisiva en la que desenmascaró a Núñez Feijóo para los anales.  

Cuando Zapatero e Intxaurrondo acudieron el miércoles pasado a recoger los Premios Público 2025, a la salida del CaixaFórum, el lugar donde se celebró el acto, estaban los acosadores esperándolos. Esta vez el quimérico reportero andaba acompañado nada menos que por… ¡el pequeño Nicolás! Todo va encajando ¿Cómo no se nos había ocurrido antes que son la pareja perfecta, los Roberto Alcázar y  Pedrín de nuestro días? Como comenté con algunos de mis compañeros, solo les faltaba Froilán, pero todo llegará. 

¿Se imaginan a esta parejita de prendas a las puertas del Parlament catalán o del Ayuntamiento de Donosti perpetrando las mismas tropelías que llevan a cabo a la salida del Congreso de los Diputados? Claro que no, porque esa impunidad solo pueden exhibirla en los predios del alcalde Martínez (el facha) y del ventrílocuo Miguel Ángel Rodríguez. Igual les estoy dando ideas, porque la verdad es que sí me imagino algunas ciudades españolas donde aplaudirían estas performances intimidatorias.  

Este tipo de personajes, jóvenes por lo general, descarados, que van por el mundo provocando con la seguridad de que nada les va a ocurrir por mucho que se extralimiten, son genuino producto de la madrileñidad mas tóxica, de esa olla a presión que se cree el ombligo del mundo sin serlo, que se niega a admitir la existencia de un país diverso y plural donde todos tenemos cabida, incluso ellos. El problema es que a la inversa, si son ellos quienes acaban teniendo la sartén por el mango, las cosas no funcionarían igual. Hacen uso de una libertad que los suyos no tardarían en recortar, si no liquidar, apenas lleguen al poder.   

¿Cómo le puede dar lo mismo a Felipe González que este tipo de cosas acaben sucediendo? Porque sucederán si gobiernan los ultras, y él lo sabe. De gira permanente por radios y televisiones hostiles con el Gobierno de coalición,  no doy crédito cuando le escucho cabreado con Catalunya, con el hecho de que Sánchez esté apoyado por EH Bildu, un partido tan democrático como cualquier otro, cuando llama barrabasada a la amnistía... Estuvo toda la vida poniéndonos los cuernos y abochorna constatar hasta qué punto nos engañó nada menos que durante 13 años, aún cuesta digerir verlo ahora alineado con los protectores de Quiles y el pequeño Nicolás.  

Me pregunto qué opinión tendrá el expresidente, quien no disimula su incomodidad cuando accede a algún canutazo improvisado, de la persecuciones callejeras a las que Vito Quiles y compañía someten a muchas personalidades de izquierdas. ¿Qué ocurriría si la desfachatez con la que los ultras se comportan la ejerciera alguien con él? ¿Qué pasaría si, cada vez que salen del Congreso Cayetana Álvarez de Toledo o José María Figaredo el sobrinazo de Rodrigo Rato, se encontraran, como le ocurre a Gabriel Rufián, con una mosca cojonera que, micrófono en mano, se dedicara a proferirles insultos disfrazados de preguntas? 

Porque las preguntas que estos tipos hacen no son preguntas, sino juicios de valor, provocaciones para poner a prueba la capacidad de aguante de quien se ve obligado a contar hasta cien para no caer en la tentación de acabar haciendo algo de lo que tendrían que arrepentirse. El interpelado no puede perder los nervios si no quiere buscarse la ruina, tiene que respetar el despreciable comportamiento de quien le asalta, porque a la mínima que invadas su espacio ya te están diciendo no me toques que llamo a la Policía. Se trata de una trampa infernal, de una pesadilla que la convivencia en paz no se merece. Esto es crispación, provocación auspiciada por personajes como Eduardo Inda o Alfonso Rojo, periodistas que en su día mamaron de las enseñanzas de Pedrojota y con el tiempo se convirtieron en alumnos aventajados. 

Una vez más nos vemos en la tesitura en que los demócratas se han visto tantas veces a lo largo de  la historia. No nos gusta ni lo que dicen ni lo que hacen, nos molesta profundamente cómo se comportan, pero seguiremos luchando para que, incluso ellos, continúen teniendo ese derecho. 

PÚBLICO  DdA,XXI/6.025

GAZA: TRUMP ES LA NUEVA AMENAZA QUE SE CIERNE SOBRE EL MUNDO

 Caza en Gaza


Félix Maraña


No demos a Trump más baza.
Si eres hijo de la Tierra,
protesta contra la guerra
y el genocidio de Gaza.
Trump es la nueva amenaza
que se cierne sobre el mundo,
le demos un no rotundo
para parar a la fiera
su discurso vil e inmundo.
Piensa que en cada batida,
los precisos cazadores,
disparan con miradores
precisos contra la vida,
destruyendo de partida
las escuelas y hospitales,
como en Vietnam, arrozales,
sustento para el futuro.
Derribemos ese muro
del mal de todos los males.

DdA, XXI/6.025

EL ABRAZO DE LÓPEZ OBRADOR CON EL PUEBLO DE MÉXICO



Félix Población

Los españoles y los gobiernos democráticos de este país tenemos muchas razones para que México sea una de las naciones más queridas que hablan nuestro idioma. Habrá quien piense que la más querida entre las de América Latina y no exagerará. Sólo hacer falta recordar la solidaridad de aquella república con la española cuando una guerra atroz trajo consigo la larga dictadura franquista y México acogió con los brazos abiertos a miles de exiliados, entre los que algunos tuvimos familiares que siempre guardaron perenne gratitud por ello hasta el fin de sus días, como mi recordado Amaro del Rosal. Desde hace unos años, coincidiendo con los gobiernos progresistas en nuestro país, los Estados Unidos Mexicanos están experimentando un crecimiento económico y social como nunca se registró en su historia. Se inició con la presidencia de López Obrador y continúa ahora bajo la de Claudia Sheinbaum. Casi al final de su mandato, el primero de los nombrados experimentó lo que ningún presidente ni primer ministro ha experimentado en carne propia: la efusiva admiración y cariño de la ciudadanía, juntándose con ella, cuerpo a cuerpo, en una concentración multitudinaria. Ocurrió esto en una nación que todavía sufre problemas graves de violencia en las calles, aunque se haya reducido en los últimos años, y donde como recientemente ocurrió han sido asesinados dos alto funcionarios del actual gobierno. Es muy posible que este baño de multitud en el que se sumió el anterior presidente mexicano no vuelva a ocurrir, pero la instantánea ahí queda, con López Obrador levantando la vista hacia la cámara y Claudia Sheinbaum, actual presidenta a su lado. En lugar de diferencias de criterio por el pasado colonial mexicano, el actual gobierno de España debería cuidar más las relaciones con un país que, si todo sigue como hasta la fecha y a la vista del incuestionable progreso experimentado en los últimos seis años, podría llegar a ser una potencia mundial. Quedamos a la espera de leer lo que López Obrador cuenta en su próximo libro, donde de seguro no faltará una glosa de esta fotografía del abrazo con su pueblo. 

DdA, XXI/6.025

domingo, 29 de junio de 2025

A LA VERA DEL RÍO CURUEÑO, PALADAR MEDIANTE

 


David Rubio

"Depende", responde a todas las preguntas del viajero un niño impertinente apoyado en el pretil del último puente del Curueño. Allí arranca ‘El río del olvido’, de Julio Llamazares, eterno aspirante a mejor escritor de su familia. Dice el crío que depende, entre otras cosas, de a quién se pregunte dónde se unen el Porma y el Curueño, si a los Barrio o a los de Ambasaguas, aunque ese pique tendría más sentido entre los de Devesa y los de Cerezales. Luego el viajero, que en realidad eran tres y uno de ellos mi padre, inicia su recorrido desayunando huevos fritos con jamón en la fonda Curueño, que hoy ya no es fonda pero sigue en forma, más o menos. Enfrente siempre estuvo el Fleta, el Río Luz, últimamente Casa Manuela, que ayer mismo abrió de nuevo un matrimonio, asturiano para más señas, lo que sin duda es motivo de celebración tanto en la comarca del Curueño como en la del Porma, se unan donde se unan. Por éste y otros ejemplos, definitivamente los asturianos, con sus sonoras particularidades, han venido a salvar la hostelería leonesa: después de tantos años manteniéndola como clientes, han decidido saltar al otro lado de la barra y en ese movimiento ganamos todos. 

El libro continúa por la ribera, a contracorriente, relatando la leyenda del Polma y el Curienno que, para que hoy quepa en un tuit, se reduce a que un guerrero montañés bajó hasta León para buscar a su amada, aprovechó que su marido estaba borracho para llevársela, les persiguieron y, cuando les iban a capturar, la mató. Fin. Hoy en vez de leyenda sería otro asqueroso caso más de violencia de género. Que los tiempos han cambiado demasiado rápido como para asimilarlo todo no hace falta ser viejo para verlo. En el primer pueblo, Barrillos, el próximo fin de semana no van a hablar de la leyenda del Curienno sino que van a celebrar el festival Cuireño, versión rural del Orgullo que no entiende de sexo ni de género. Me escribieron para que cambiara en la noticia LGTBI+ por LGTBIQA+ y creo que lo decían en serio, así que lo hice. Para su desgracia tiquismiquis es neutro. Olé por elles. Hay en Barrillos una quesería infalible, Zarandiel, y un bar pintoresco, El Gato Negro, que por las noches se convierte en improvisado karaoke donde, como suele pasar, puedes ganar amigos a base de perder la dignidad.

Más arriba, se te pone nostálgico el paladar echando de menos el restaurante que hubo en Santa Colomba, regentado por un tipo que aseguraba parecerse a Mariano Rajoy, haber nacido el mismo día que él y que en vez de tarjetas de visita te daba una botella de vino firmada. Su hijo siempre hacía el mismo chiste: «Os dejo por aquí el Peter. Perdón: el pan». Lo más difícil en aquel lugar era saber reírse cuando tocaba. No te puedes saltar, después, Las Colineras, en La Mata de Curueño, el que medio León conoce como «el del pollo con bogavante» pero en realidad tiene mucho más que eso. Lo cobran bien. Y lo vale, supongo. Por el pueblo, paseando la digestión, el libro cuenta la historia del pobre Femiano, el topo, el enterrado vivo que cuando salió de su escondite los niños decían: «Pero si no es rojo, es blanco». No hay placas que le recuerden (se pondrá remedio, por suerte, este agosto) pero, en cambio, han instalado hace poco un tótem que te informa sobre la distancia a la que está Dubai.

Al llegar a La Vecilla, en esta época puedes volver a irte de campamento fugazmente, lo justo, escuchando el griterío de imberbes en la Granja Santa Catalina. Para volver a Casa Chana no hacen falta excusas, ni para tomar algo en el maravilloso chiringuito del río. El Rojo queda en el barrio de la estación. Aciertas fijo en el Zaguán de Colín, en Valdepiélago, restaurante en el que a veces, como en casi todos de aquí para arriba, tienes que ir sorteando excursionistas de ropas fluoradas que quieren completar las publicaciones de paisajes en su Insta con un plato tradicional. En Montuerto tienes la oportunidad de comprobar que la vida puede ser tan sencilla como maravillosa: tortilla, embutido y sidra. En Nocedo, después de la cascada, vuelve el paladar a hacer memoria, pero del restaurante solo queda la sombra del sauce. Al pasar por las ruinas del balneario mejor no te pongas a sacar conclusiones. Si es por echar de menos, que en gloria esté la tarta de queso de los caseríos de Valdeteja. Más arriba vienen mejores noticias en La Venta del Aldeano, lugar mítico y privilegiado en su exterior, su interior y su huerta, ahora con carpa y regentado por una nieta del recordado Valentín. En Tolibia, la escuela a cuyo maestro se le dedicó una escultura se ha convertido también en punto de encuentro de familias uniformadas de Quechua. La comida es correcta, no pega con el entorno pero sí con la compañía. Un lugar agradable. En Valdelugueros, donde hubo cuatro restaurantes, la oferta se ha reducido a cero pero, con este calor, el chiringuito de su playa fluvial, tan heladora como maravillosa, mitiga la ausencia del Peñas, el Bodón, el cuartel, la fábrica... 

La traca final (o, como llaman ahora a los fuegos artificiales de San Juan: la luminosidad silente) empieza en Redipuertas, donde por cierto ayer no se anduvieron con tantas hostias y recuperaron el Día del Pan y la Manteca. El Aprisco puede ser, sin exagerar, el mejor restaurante del mundo. Perdón: la mejor casa de comidas, que es como le gusta llamarla a su dueño, Alejandro. Si las truchas se pueden pescar a la leonesa, allí puedes comprobar que también se pueden escabechar a la leonesa. 

Las rampas se retuercen después hacia Vegarada y sientes pena de no ser chivo, ternera o potro para disfrutar del dulzor crujiente de aquella hierba, aunque acabes después servido en alguno de estos restaurantes. Hay pozas como para gozar. Donde acaba la carretera, otra pareja asturiana está a punto de reabrir el refugio. Las vistas vienen de serie, desde allí casi se huele el mar y, encima, anuncian cordero a la estaca. Es la mejor noticia que leerás este verano. De nada.

Allí terminan el libro, el viaje y el asfalto. Siempre es buen momento para volver a ‘El río del olvido’, aunque sea a salto de bar. Termino de leerlo tumbado en una de aquellas laderas. Me cubre la espalda, como siempre, la única persona capaz de contener la amenaza del cierzo y devolverle la serenidad al paisaje. Un pie desnudo, pequeño y a la vez ya demasiado grande, me rasca la barba, buscándose las cosquillas. Me siento un poco más afortunado por cada metro que la vista se pierde entre las montañas.

LA NUEVA CRÓNICA

GERMÁN GULLÓN, SIEMPRE BUSCANDO LO HUMANO EN EL AULA Y POR ESCRITO


Félix Maraña

Sabio era Germán Gullón
Siempre fue Germán Gullón
un literato muy sano
a quien nunca di la mano,
porque no medió ocasión.
Cuando vengas por León,
cuando vaya a Santander,
pero sí pudo crecer
el aprecio y la amistad.
Hombre de Universidad
y muy recto proceder.
Como su padre, Ricardo,
como su abuelo Germán,
sus raíces siempre están
del futuro a buen resguardo,
desde su origen lisardo,
ha recorrido la pista
de firme institucionista,
de arraigado pensamiento,
razón y conocimiento
y mirada progresista.
Interpretó a don Benito,
con criterio galdosiano,
siempre buscando lo humano,
en el aula y por escrito
con sencillez de erudito.
Preocupado por Europa,
su discurso nos evoca
su argumento partidario
de menos escapulario,
más cultura y menos tropa.
Dedicó estudios profundos
a Emilia Pardo Bazán,
mujer libre y talismán,
encuentro de nuevos mundos,
de ideas nobles, fecundos
impulsos de nueva historia.
Sus obras crean memoria
de una nueva tradición
donde prima la razón,
como norma obligatoria.

DdA, XXI/6.024

UN ARTÍCULO DE ANTONIO ARAMAYONA SOBRE EL MAESTRO QUE PROMETIÓ EL MAR

 Con ocasión del visionado de la película El maestro que prometió el mar, de Patricia Font, en memoria del maestro republicano asesinado Antonio Benaiges, este DdA recupera el artículo firmado por mi recordado amigo el profesor de Filosofía Antonio Aramayona, publicado en este mismo blog el 17 de febrero de 2016. La vida, magisterio, promesa y desenlace de Benaiges necesitaba ser contada en el cine, como pensamos desde el mismo día en que conocimos su historia. Por desgracia, los restos mortales del maestro catalán de la localidad burgalesa de Bañuelos de Bureba son unos más, entre los miles, que todavía no han podido ser recuperados. Antonio Aramayona también fue un maestro que dejó en este DdA con puntual regularidad la coherencia e inteligencia de su vivir y pensar. Te recordamos, amigo. 

EL MAR Y LAS PIZZAS

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Foto de Antonio Benaiges con sus alumnos/YOUTUBE

Antonio Aramayona

La vida, la obra y la muerte de Antoni Benaiges cada vez son más conocidas gracias a la incansable labor de muchos miembros de la Memoria Histórica, al excelente documental El retratista, de Alberto Bougleux y Sergi Bernal, al libro Desenterrando el silencio. Antoni Benaiges, el maestro que prometió el mar y a otras varias iniciativas.
Antoni se dejó arrebatar por su amor a la educación y la pedagogía (especialmente el método de Célestin Freinet) y por el ilusionante empuje imperante desde los inicios de la II República Española por la escuela y la cultura (basta leer el artículo 48 de la Constitución de la Segunda República), trabajando como maestro rural en una recóndita localidad de Burgos de cuyo nombre sí quiero acordarme (Bañuelos de Bureba). Terminó torturado y asesinado por los falangistas en 1936 y sus restos fueron exhumados en 2010 en una gran fosa común (La Pedraja) de fusilados y represaliados republicanos.
Corría el año 1936, Antoni Benaiges tenía 33 años, cuando 30 falangistas llegaron al pueblo, quemaron el material de la escuela, buscaron a los amigos del maestro, registraron sus casas, detuvieron a Antonio y a todos los sospechosos. A Antoni le torturaron, le arrancaron los dientes, le pasearon medio desnudo por el pueblo y lo fusilaron con muchos otros, en una fosa seca y honda cavada en un lugar alejado. ¿El delito?
El gran delito de Antoni Benaiges fue ser maestro, un verdadero maestro. Como contaba con una vieja gramola les enseñó a cantar y bailar, y con el auxilio de una imprenta, logró publicar Cuadernos donde los chicos y las chicas de Bañuelos volcaban sus experiencias, sus sueños, sus planes, sus anhelos de volar más allá de su aldea, incluso de la cercana Briviesca. Antonio encauzó todos esos deseos y les prometió el mar, viajar en autobús hasta el mar, ese mar cerca del que había nacido (Mont-roig del Camp, Tarragona): en las vacaciones del verano de 1936 los llevaría a conocer, a extasiarse ante el mar. Pero el cura y los caciques del pueblo no lo tragaban, pues Antoni, siguiendo los pasos de su maestro Freinet, era muy consciente de la necesidad de "la formación moral y cívica de los niños y las niñas, ya que sin ella no puede haber una formación auténticamente humana", pero resultaría imposible preparar a sus alumnos para que construyesen el mundo de sus sueños, si el maestro no cree en esos sueños; ni prepararlos para la vida, si no cree en ella; ni mostrarles el camino, si el profesor está sentado, cansado y desalentado en la encrucijada de los caminos". A raíz de todo ello, sus alumnos de la escuela de Bañuelos publicaron un nuevo Cuaderno: El mar: Visión de unos niños que no lo han visto nunca.
Han pasado 80 años y fresco aún en nuestra memoria el recuerdo de Antoni Benaiges leemos otra noticia tremebunda: la Audiencia Provincial de Sevilla ha confirmado la condena de un año y tres meses de cárcel impuesta a un hombre acusado de robar (porque "tenía hambre") varias cajas de pizzas congeladas del interior de un convento de monjas de Alcalá de Guadaíra. La condena es "por un delito de robo con fuerza": trepó por el muro, se subió al tejado y afanó unas cuantas pizzas congeladas, con la eximente incompleta de alteración psíquica ("tenía gravemente afectadas sus capacidades volitiva y cognitiva, sin llegar a tenerlas anuladas completamente, a causa de un trastorno psicótico"), a lo que la Audiencia Provincial opone que según el informe del médico forense "padece un trastorno psíquico aunque sin actividad delirante o alucinatoria activa al momento de cometer los hechos", considerando que el hecho cometido "fue un acto impulsivo propio sin el control volitivo adecuado".
El pobre hombre entregó después diez euros a las monjas como reparación del perjuicio ocasionado, cantidad infinitamente mayor comparada con el cero patatero devuelto hasta ahora por un sinnúmero de chorizos, corruptores y corruptos individuales y colectivos.
Esta historia de monjas y pizzas me recuerda otra historia de unas bolsas de plástico negras sustraídas a principios de 2011 en un monasterio de monjas cistercienses de Zaragoza que, según declaración de las propias religiosas, guardaban en un armario y contenían 1,5 millones de euros en billetes de 500, "producto del ahorro". Desde entonces nada se ha sabido de las bolsas, las monjitas y los billetes de 500.
A lo lejos, se escucha las voces de Antoni Benaiges y Paco Ibáñez cantando A galopar, poema de Rafael Alberti, repetido desde hace muchos años por millones de gargantas de ciudadanas y ciudadanos. 

Las tierras, las tierras, las tierras de España,
las grandes, las solas, desiertas llanuras.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
al sol y a la luna.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
A corazón suenan, resuenan, resuenan
las tierras de España, en las herraduras.
Galopa, jinete del pueblo,
caballo cuatralbo,
caballo de espuma.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!

 
DdA, XXI/6.024

sábado, 28 de junio de 2025

POR QUÉ FELIPE GONZÁLEZ ESTUVO DONDE ESTUVO Y ESTÁ DONDE ESTÁ


Lasa Lasaeta

¿Por qué Felipe González estuvo donde estuvo? Porque muchos se jugaron el puesto de trabajo con huelgas prohibidas. Porque muchos estuvieron en la cárcel por luchar por mejores condiciones de vida para los débiles. Porque muchos estudiantes pusieron su entusiasmo al servicio de la transformación de una sociedad injusta y desigualitaria. Porque muchos intelectuales pusieron su inteligencia al servicio de todos estos valores renunciando a su individualidad patrimonial. Porque hubo curas obreros. Porque ni los sanitarios ni nadie queríamos que la gente se muriera por falta de asistencia médica por falta de dinero, ni que los ricos se curaran con medicamentos de estraperlo y los pobres quedaran con secuelas. Porque los universitarios quisimos una Universidad al alcance de todos y no solo del que elegía y señalaba el cura o el fascista del pueblo porque el niño era buen monaguillo y sabe Dios por que cosas. Porque todas las viudas e impedidos pudieran vivir dignamente y no sólo aquellas a las que les ponían un estanco por su fidelidad al glorioso alzamiento cabrón. Porque queríamos ser el sur de Europa y no el norte de África. Porque las familias querían un hogar y no una habitación con derecho a cocina. Porque estábamos hasta los huevos de sargentos chusqueros que daban hostias a su libre albedrío. Porque las ricas abortaban en Londres y las pobres morían desangradas o infectadas en la clandestinidad. Porque a los maricones los metían en el calabozo y los denigraban por vestirse de mujer en carnaval. Porque los escritores no querían el "nihil obstat". Ni los directores de cine o teatro la censura. Porque queríamos una sexualidad sana y libre de tabúes impuestos. Porque queríamos unas fuerzas de orden público para el pueblo y no contra el pueblo. Porque no queríamos que las palizas y asesinatos de mujeres quedaran en el ámbito doméstico y no se pudiese entrar en eso. Porque las tribus tendemos a reflejar todo esto en un líder, y entonces ese líder eras tú.
¿SABE FELIPE PORQUE ESTÁS AHORA DONDE ESTÁS?
Porque has traicionado a tu clase. Porque no has sabido envejecer. Porque Carmen Romero es mil veces mejor que tú. Porque eres un narciso. Porque no existe un más allá socialista donde pudieras pagar tu ignominia. Porque las bases de tu ,aún, partido valen más que mil como tú.
No te equivoques. NO ESTÁS EN LA ÉLITE, estás en la mierda y no precisamente por la Gracia de Dios.

DdA, XXI/6.023

LA JUEZA BIEDMA QUE PROVOCA TIÑA Y SAÑA Y ESTÁ EN LOS EJES DEL MAL


Félix Maraña
El eje del mal

Juezas de la pulserita,
españolas, hora a hora,
ultras, muy conservadoras,
que vienen presto a la cita,
con su soberbia infinita,
de la finca de Abascal.
La jueza Biedma es la sal
en la salsa marca España,
que provoca tiña y saña
y está en los ejes del mal.

España de la pulsera,
la charanga y pandereta,
España de la retreta,
España de la frontera,
España tumba y barrera
del más libre pensamiento.
De Falange y Movimiento,
de cárcel y sacristía.
Una España que te espía
y que desprecia el talento.

DdA, XXI/6.023

SI SE ASESINA A MENORES POR MILES, POR QUÉ NO ASESINAR TAMBIÉN A LOS HAMBRIENTOS



Félix Población

El diario Hareetz es uno de los de más prestigio de Israel. No se trata de un periódico que busque escandalizar con su noticias ni buscar una notoriedad que se la da su propio y encomiable desempeño profesional a lo largo de su trayectoria. Por eso es muy grave, y es de suponer que se tenga en cuenta en el Tribunal Internacional de La Haya, la información que confirma lo que venimos leyendo desde que se reparte ayuda humanitaria a la población masacrada de la Franja de Gaza: que los soldados israelíes tienen permiso para disparar contra aquellas personas hambrientas que llegan antes del horario a la apertura de los centros de reparto, algo que se repite después del cierre para dispersar a la muchedumbre. "Es una zona de matar", ha contado un soldado al diario israelí que estuvo destinado en una de esas zonas. Asegura que entre una y cinco personas morían a diario. El periódico recuerda que más de 500 gazatíes fueron asesinados hasta ahora -Hareetz dice que murieron- desde que hace un mes los residentes acuden a los camiones de alimentos de la ONU en Gaza, con más 4.000 personas heridas, sin que se pueda dar una cifra exacta tanto de estas como de las víctimas mortales. Obviamente, desde el gobierno israelí se califica de patraña esta información, que pretende denigrar a uno de los ejércitos "más morales del mundo". El pasado domingo una organización merecedora de crédito, la Cruz Roja, confirmó la muerte de al menos 21 palestinos cerca de uno de esos puntos de distribución de ayuda. Los supervivientes  aseguraron que iban a buscar comida y acusaron directamente a los soldados israelíes de la matanza. Deberíamos dar la mayor credibilidad a la información publicada por el diario Hareetz. Al fin y al cabo, si uno de los ejércitos "más morales del mundo" pasará a la historia por la mayor masacre de inocentes desde los tiempos bíblicos del rey Herodes y por dinamitar escuelas y hospitales, por qué no iba a complementar esas hazañas con una masacre de palestinos hambrientos. El Estado genocida de Israel ha convertido la recogida de alimentos de una población masacrada, según declara la ONU, en una sentencia de muerte. Quizá si los soldados israelíes no hubiesen asesinado también a más de 200 periodistas palestinos tendríamos ahora más información sobre esto de la que aporta el diario israelí.

Estos son algunos de los hallazgos más importantes del informe:

➛ Oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel afirman que las muertes no son errores aislados, sino parte de un patrón denominado "Operación Pescado Salado", la versión israelí de la "Luz Roja, Luz Verde". "Disparamos, corren, volvemos a disparar", dijo un soldado. "Esta es nuestra comunicación".

➛ Al menos 549 palestinos han muerto y más de 4.000 han resultado heridos cerca de estos centros de ayuda desde el 27 de mayo, según el Ministerio de Salud de Gaza. Muchos esperaban camiones de alimentos de la ONU.

➛ Testimonios revelan que los comandantes israelíes ordenaron a las tropas abrir fuego contra los civiles que se acercaban a los centros de ayuda antes de que abrieran o después de que cerraran, utilizando ametralladoras, morteros y granadas. Los soldados describieron fuego real sistemático, incluso desde tanques.

➛ Un oficial dijo que disparan "para indicar a la población que esta es una zona de combate". Los soldados reportaban bajas a diario. Otro soldado recordó que le ordenaron disparar un proyectil contra una multitud "para enviar un mensaje". ➛ Soldados israelíes afirmaron que los equipos de demolición suelen estar presentes en los centros de ayuda y que se paga a contratistas privados para que derriben casas cercanas. Un combatiente declaró: «Están matando gente para que alguien pueda derribar una casa y cobrar».

➛ Oficiales de las FDI declararon a Haaretz que el ejército suprime las imágenes de estos sitios, creyendo que la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH) ayuda a preservar la «legitimidad internacional» de la guerra.

➛ La fiscalía militar israelí ha ordenado al Mecanismo de Evaluación de Determinación de los Hechos del Estado Mayor que investigue los tiroteos por posibles crímenes de guerra.

➛ Los centros de ayuda están gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (FGH), respaldada por Estados Unidos, creada por Israel con la ayuda de figuras evangélicas pro-Trump en Estados Unidos.


             DdA, XXI/6.023