José Ignacio Fernández del Castro
«[...]Hoje é sábado, amanhã é domingo
Amanhã não gosta de ver ninguém bem
Hoje é que é o dia do presente
O dia é sábado.
Impossível fugir a essa dura realidade
Neste momento todos os bares estão repletos de homens vazios
Todos os namorados estão de mãos entrelaçadas
Todos os maridos estão funcionando regularmente
Todas as mulheres estão atentas
Porque hoje é sábado..[...]»
«[...]Hoy es sábado y mañana domingo.
Al mañana no le gusta ver a nadie bien
Hoy, que es el día del presente
El día es Sabado.
Imposible huir de esta dura realidad
En este momento todos los bares están llenos de hombres vacíos
Todos los enamorados se cogen de la mano
Todos los maridos están funcionando regularmente
Todas las mujeres estan atentas
Porque hoy es sábado. [...]»
Marcus Vinícius da Cruz de Melo Morais, conocido como
Vinicius de MORAES (Río de Janeiro, Brasil,
19 de octubre de 1913 – 9 de julio de 1980):
Estrofas de la Parte Primera de O Dia Da Criação (1971).
Hoy tal vez no es sábado... Pero como si lo fuera.
Porque para muchísima gente el mañana se ha tornado en inmenso domingo, lleno de un tedio casi viscoso y víspera de algo que se presiente peor...
Imposible para esa gente sentir el viejo carpe diem, pues vivir su presente es es aceptar las continuas heridas y tantas sombras que amenazan con destruirlo todo… ¡Imposible aceptar esa proliferación enloquecida de un ocio de precio mínimo para una alienación máxima!.
Pero acaso en este perpetuo temor al mañana desde el dolor presente, todavía haya sitio para alguna pareja de personas enamoradas, cuyas manos entrelazadas se conviertan en signo de resistencia ante el oprobio globalizado que mercantiliza el amor en cómodos plazos y con financiación exclusiva; o para algún marido que funcione regularmente con esas mujeres que han de permanecer atentas ante tantas discriminaciones, tanta violencia y tantas presiones simbólicas para que a lo único que presten atención sea esa insignificancia rosa que llena las pantallas de vidas ajenas prefabricadas, absurdas, prescindibles.
Porque, en definitiva, es como si hoy fuese uno de esos sábados en los que, perdidos en la incomprensión de cuanto nos rodea, sólo acertamos a esperar el sopor anodino que precede al esfuerzo inútil y casi autodestructivo.
Vinicius lo sabía... Por mucha creación que nos cuenten que en uno de ellos se había culminado, ¡los sábados tienen inmerecida buena prensa!. ¡Reivindiquemos los días en los que todo está desordenado!.
DdA, XXI/6164

No hay comentarios:
Publicar un comentario