Ahora Feijóo, además de amigo de un narcotraficante, es cómplice de una trama corrupta de espionaje y difusión de informaciones falsas contra rivales políticos con dinero público. Informaciones fácilmente contrastables que a Feijóo, despistado como pocos, se le pasó contrastar antes de lanzar públicamente una gravísima acusación que diarios como ABC dan por cierta después de una sentencia judicial que hace años dio por falsa. Obviamente, este periódico no se hace eco de la información publicada por eldiario.es acerca del abuelo falangista de la esposa de Feijóo, que se hizo con la farmacia de su propietario fusilado en Pontedeume.
Gerardo Tecé
Empatizo mucho con Alberto Núñez Feijóo. Me caen bien las personas despistadas. Cuando uno, de manera habitual, tiene que buscar las gafas por toda la casa con estas puestas o el friegasuelos acaba en la nevera, es difícil no sentirse reconfortado e identificado cuando ves casos peores. Feijóo se llevaba a su familia a veranear con un conocido narcotraficante gallego sin saber a qué se dedicaba el tipo. Y, para colmo, todos los veranos se le olvidaba preguntarle. “Marcial nos ha vuelto a invitar al yate”, le decía Feijóo a su señora y ésta, un verano más, le preguntaba a qué se dedicaba su amigo con embarcación de lujo. “Ni idea, será fontanero o electricista”, respondía Feijóo, porque, al final, los que estudian una FP son los que más se forran. “¿Tú sabes cuánto cobra un electricista por una visita?”, le decía Don Alberto a su señora y, divagando sobre esto y aquello, de nuevo se le olvidaba preguntar. Se hacían fotos juntos. Desayunaban juntos. Se daban crema en la cubierta del yate juntos. Y nunca, jamás, salió Alberto Núñez Feijóo de su despiste. Nunca, en años, le lanzó a su amigo íntimo la pregunta que se lanza a un desconocido al minuto de que te lo presenten: “¿tú a qué te dedicas?”. Un nivel de despiste tan grande me hace plantearme que quizá el líder del PP no haya decidido quitarse las gafas en estos últimos tiempos por una cuestión estética, sino que lleva meses buscándolas sin éxito. De despistado a despistado: mire encima de la mesilla de noche, señor Feijóo.
Para combatir la fama de tremendo despistado que le persigue, Núñez Feijóo ha decidido tomar medidas drásticas. Desde ahora, quien no sabía lo que pasaba delante de sus ojos, comenzará a hacer como que sabe lo que pasa en cualquier lugar, por muy ajeno que le sea. Don Alberto ha comenzado por asegurar que sabe lo que pasaba en el interior de las saunas que regentó en el pasado el padre de la esposa de quien años más tarde se convertiría en presidente del Gobierno. “Eran prostíbulos”, asegura el Feijóo que ni idea de quién era el dueño del yate en el que su familia pasaba los veranos a pesar de llamarse justo como un narco gallego investigado por sus actividades. Como despistado profesional que soy, creo que no me equivoco si advierto a Don Alberto de que no es buena estrategia la de impostar un exceso de viveza. Precisamente porque el despistado lo es siempre, mientras Feijóo aseguraba que Sánchez es beneficiario a título lucrativo del negocio de la prostitución, al despistado líder del PP se le pasó que existe ya una sentencia judicial que niega eso que él asegura. Según el auto redactado por un juez conservador, el invento de Villarejo y la policía corrupta durante el Gobierno de Rajoy sobre las saunas del suegro de Sánchez era eso, un invento. Esas saunas eran, según el auto que recriminaba la “deplorable utilización partidista” de este asunto, una “actividad privada lícita” en la que no existía ni prostitución ni tráfico de personas.
Ahora Feijóo, además de amigo de un narcotraficante, es, por culpa del despiste, cómplice de una trama corrupta de espionaje y difusión de informaciones falsas contra rivales políticos con dinero público. Informaciones fácilmente contrastables que a Feijóo, despistado como pocos, se le pasó contrastar antes de lanzar públicamente una gravísima acusación. Si las encuestas están en lo cierto, en un par de años podríamos tener viviendo en La Moncloa –si es que encuentra el sitio– al tipo más despistado de España. Eso o a alguien capaz de cualquier cosa incluyendo negar lo evidente y asegurar lo descartado. Quien sabe. Como despistado no me atrevo a dar nada por hecho, no vaya a ser que al final, más que despistado Feijóo sea alguien que miente a título lucrativo.
CTXT DdA, XXI/6.041
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