Celso Miranda
El "Caso Montoro" tiene tal dimensión que, de momento, va a mantener en silencio a Feijóo y a Tellado todo este fin de semana veraniego, que no es poca cosa. Ahora que habían encontrado el filón del Caso Cerdán, Ábalos, Koldo y sus derivados. El "Caso Montoro" que, en realidad, es el "Caso Hacienda", debería apagar incluso los fuegos del debate de la fiscalidad interterritorial (la financiación singular de Cataluña), porque si bien es cierto que hay negociaciones con los dineros en el ámbito territorial, al menos aquí se producen en el ámbito político, con representantes surgidos de las urnas. Y no en oscuros despachos privados y en reservados de restaurantes de las cercanías de las madrileñas calles Goya y Velázquez, donde se decidía quién paga y quién no paga los impuestos en este país. La zorra cuidando el gallinero. Las puertas giratorias entre el ámbito público y el privado, de las que dejo aquí una breve alineación, con los fichajes más conocidos: Felipe González, José María Aznar, Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Narcís Serra, Pedro Solbes, Josep Borrell, Julián García Vargas, Josep Piqué, Isabel Tocino, Eduardo Serra, Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes, Pío Cabanillas, Elena Salgado, Trinidad Jiménez, Luis de Guindos, Pedro Morenés, Miguel Arias Cañete, Fátima Báñez, Isabel García Tejerina, José Manuel Soria, Rafael Catalá, Román Escolano, el propio Montoro,... Todos estos (y estas), sólo al máximo nivel, de Presidentes o Ministros. A Pablo Iglesias, en cambio, no le han renovado su puesto de profesor de Políticas en la Universidad Complutense. No todos son iguales, unos son más iguales que otros. Chapoteamos en el cenagal de una transición "imperfecta" desde la dictadura a la democracia. Y el bipartidismo turnista sigue siendo fruto de nuestra anomalía democrática. Pienso que merecemos algo mejor para este país, pero requiere medidas estructurales y sacar a los zorros (y las zorras) del gallinero.
DdA, XXI/6.046
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