Ana Montojo
Pues verá, Sr. González, estamos en paz. Usted consiguió hace muchos años que una servidora dejara de votar al PSOE. ¿Se acuerda de los GAL? ¿Del cuartel de Intxaurrondo? ¿De Lasa y Zabala? ¿De la cal viva? Porque yo sí me acuerdo, la edad es lo que tiene. Y de sus indultos a Barrionuevo, Vera y demás banda.
Sr. González, nunca he entendido la veneración casi religiosa hacia su persona, como si fuera el oráculo de Delfos. Porque desde el "OTAN, de entrada no", no ha hecho más que engañar a este país. Ya se lo dijo Javier Krahe: "Hombre blanco hablar con lengua de serpiente", y eso. Repase la letra, ande.
Felipe, el emperador, por Félix Maraña
Felipe vuelve a la cancha,
se manifiesta a diario
su torpe vocabulario
Tiene ganas de revancha
y cierto todo de enfado,
con lenguaje descuidado
y una soberbia infinita.
Ya no piensa, no medita;
le persigue su pasado.
Viene huyendo del pasado,
le aplauden sus enemigos,
sus errores son testigos,
si algún día sea juzgado,
de las cosas que ha logrado
y renegado a la vez.
Engorda su inmadurez
a la vera de la historia,
ha perdido la memoria,
quiere volver otra vez.
¿Es asunto de vejez?
No, Felipe siempre fue igual,
era terco de chaval
y habla con tal altivez,
con oscura desnudez,
creyendo ser la verdad,
que obra con impunidad
cuando insulta a su partido.
Ya no se siente querido
ni goza de autoridad.
Oscuro su personaje,
oscuras sus compañías,
oscuras ideologías
hechas por el rancio traje
de un pensador como Page
y de la Trilateral.
Él va la lo suyo y da igual
que perjudique a los pobres.
Los de Rajoy y sus sobres
coinciden y no es casual.
DdA, XXI/6.022
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