jueves, 19 de junio de 2025

ARGÜELLO INSTA A LA "BATALLA ESPIRITUAL" DE LA ULTRADERECHA CATÓLICA

Ojo con Argüello, jefe de la obispalía patria, que en medio de la crisis por la que pasa el gobierno de coalición, insta a este por primera vez en democracia, por parte de la institución que preside, a convocar elecciones, para añadir al día siguiente, en presencia de Abascal, uno de los mantras de la ultraderecha católica: la necesidad de una “batalla espiritual” para que los creyentes participen en la “batalla cultural”. Muy batallador se nos muestra con el nuevo Papa el presidente de la Conferencia Episcopal. ¿Cuántos de su colegas se decantan por esa línea retrógrada?


Francisco Torres

Argüello, acaba de romper una tradición no escrita en las relaciones Iglesia-Gobierno en España, según la cual ni los obispos se metían en la conformación del Ejecutivo, ni el poder civil entraba a valorar los procesos electorales en el seno de la Casa de la Iglesia. En pleno vocerío de las fuerzas de derechas y reaccionarias por el caso “Cerdán”, el arzobispo de Valladolid ha declarado que “la salida a este bloqueo (supuesto) institucional es dar voz a los ciudadanos”. Esta declaración se ha dado en una entrevista concedida este domingo al diario ABC. En ella, Argüello ha respondido con un rotundo “sí” a la pregunta directa de si habrían de convocarse elecciones anticipadas. Para el líder de la Iglesia católica española “la situación” que se vive en España “muestra hasta qué punto es un timbre de alarma fuerte el respetar las reglas del juego”.

Es la primera ocasión en democracia en la que el presidente de los obispos exige al presidente del Gobierno en ejercicio que convoque elecciones. A eso se le une el hecho de que lo hizo la víspera de encontrarse, mano a mano, con el líder de Vox, Santiago Abascal, y con el filósofo de cabecera de la ultraderecha, Miguel Ángel Quintana Paz, en la presentación del último libro de éste, celebrado el lunes en la sede de la Fundación Pablo VI. Allí, el arzobispo hizo suyo uno de los mantras de la ultraderecha católica: la necesidad de una “batalla espiritual” para que los creyentes participen en la “batalla cultural”.

Según informa ElDiario,es, Argüello se ha explayado en las páginas del referido diario argumentando que “el punto de referencia inexcusable pasa por el respeto a la división de poderes y a la independencia de los jueces, a las investigaciones que las policías judiciales, se llamen UCO o de cualquier otra forma, a la Policía y la Guardia Civil que colabora en los procesos de instrucción con los jueces y los tribunales de Justicia”. Es decir, todos los políticos deben observar la división de poderes, pero él, el representante de la Iglesia Española, esa no injerencia en asuntos políticos de los representantes de la Iglesia se la pasa por debajo del perineo. “Es una clara extralimitación y estas son las cosas por las cuales gran parte de la sociedad española aviva su rechazo a una Iglesia politizada”, reflexiona el sociólogo Fernando Vidal, que lamenta la petición de dimisión: “Es cruzar una línea roja”. Según este mismo diario digital, fuentes gubernamentales critican el “doble rasero” de Argüello, que “se siente capacitado para criticar las acciones de un Gobierno legítimamente constituido, o para exigir dimisiones o elecciones anticipadas”, pero “no tolera que le digamos que algunas de sus normas son inconstitucionales”. Desde el Ejecutivo, por el momento, no contemplan tomar medidas ni hacer una crítica oficial a las palabras de Argüello. Pero ahí están los hechos.

Todo hace suponer que vamos de cabeza de nuevo a aquel “Dios, patria y rey”, o algo parecido. La Iglesia española siempre ha sido como una sanguijuela para la ciudadanía de nuestro país. Y otra vez tenemos en danza los mismos actores que propiciaron el golpe de Estado del 36: Una derecha rancia, inmovilista, pertrechada de sables y puñetas afines, y una Iglesia que defiende con uñas y dientes su ascendiente sobre la sociedad española y su influencia a través de la educación. Hasta ahora no había sido neutral pero su influencia había sido discreta, salvo casos como el del ínclito Rouco Varela; ahora, en pleno auge de la ultraderecha en el mundo, el señor Argüello se despelota y aparece emparentado con VOX: el heredero natural del franquismo.

“Mal se le pone el ojo a la burra”, comentará algún paisano, porque, en esta reedición de la unión de fuerzas reaccionarias que se están dando, y que recuerdan la alianza que fraguaron en el 36, además de sumarse la Iglesia, ha aparecido la presidenta de la Comunidad de Madrid con una de sus pulmonías. Cuando llevamos más de cien ataques a sedes del PSOE en ciudades de España y todas las noches los fachas del aguilucho van a dar serenata a la sede de Ferraz, la señora Díaz Ayuso, como buena falangista que no ha dejado de ser, anima a sus cachorros a que no bajen la guardia en verano y sigan haciendo barbaridades, como las que hicieron hasta conseguir el levantamiento de parte del ejército en el 36.

Todo parece indicar que la historia está a punto de repetirse.

DdA, XXI/6.015

No hay comentarios:

Publicar un comentario