martes, 7 de noviembre de 2023

LA MIRADA DEL GATO MONTÉS



Félix Población

Aunque la modestia del autor de la fotografía no la considere excepcional, me he sentido muy impresionado ante la imagen, posiblemente porque quien la captó se quita méritos y porque, entre los animales salvajes que resisten en nuestra península, siento una muy especial predilección por el huidizo gato montés, tan difícil de avistar en los boscosos montes que frecuenta. Además de ser un animal en peligro de extinción, su carácter solitario y reservado le hace buscar parajes muy aislados, lejos del mundanal ruido o la presencia humana, a solas con sus hábitos de cazador nocturno, salvo en el periodo invernal en que se adapta al tiempo diurno. En España hay tres tipos de gato montés, con sus respectivas denominaciones latinas: el que habita la zona norte del país, el que lo hace en la isla de Mallorca y el que vive en la zona sur, este último más grande y con el pelaje más oscuro. Todos se caracterizan por lo musculado, estilizado y flexible de su cuerpo, con un peso superior al de una gato doméstico y un tamaño obviamente mayor, sobre todo el macho. Su pelaje es entre pardo y gris, con patrón atigrado o moteado, rayas oscuras por todo el cuerpo menos en el vientre que es de color blanco pardusco, a veces con manchas negras. Se trata de un pelaje espeso, denso, de longitud media y aspecto satinado, por lo que en el pasado fue muy cotizado en la industria peletera, para merma de la especie. La vida de estos hermosos animales, tan parecidos a los linces por sus orejas grandes y puntiagudas, puede  estar entre los seis y los doce años (con casos excepcionales que llegan a los quince), y su alimentos básicos son los conejos, las liebres y los roedores en general. Uno de los ámbitos geográfico en donde resulta más factible o menos dificultoso ver al gato montés en España es en el Parque Natural de la Montaña Palentina, cuando este felino aguarda pacientemente a una de sus presas favoritas: la rata topera. Esta posibilidad de avistamiento en esa zona es algo singular en el continente europeo, por lo que es en la Montaña Palentina donde los biólogos suelen realizar censos de este bellísimo mamífero. Hace una semana lo pudimos ver en el programa El escarabajo verde de RTVE, por lo que sería cosa de darse una caminata de observación por esos magníficos parajes. La hibridación del gato montés con los felinos domésticos, los atropellos en las carreteras (57%) y la puñetera caza furtiva (22%) han dejado al gato montés en peligro de extinción. He de decir, sin que tenga absoluta seguridad en ello, que creí ver un ejemplar de felis silvestris silvestris en un sombreado y ameno camino entre robles  de la montaña oriental leonesa hace unos meses. Fue tan súbita su aparición como su huida. Y además me faltaron tiempo y perspectiva para verle los ojos, esos ojos que miran al fotógrafo con atisbo de alerta y por los que la instantánea de este debe ser valorada, porque si ver a estos gatos salvajes es ya arduo, verlos y captar la mirada con que nos miran me parece excepcional. Nuestra gratitud por ello a David G. Malo

   DdA, XIX/5.492    

3 comentarios:

Folía dijo...

¡Qué preciosura!

David G.Malo dijo...

Muchas gracias por compartir la imagen. Bonitas palabras la acompañan. Un abrazo!!

Félix Población dijo...

Gracias a ti, David, por captar la belleza viva.

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