viernes, 15 de septiembre de 2023

LA LIBERACIÓN DEL OSO PRESO EN UN BIDÓN DE MAÍZ



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Lazarillo

Es muy de celebrar la diligente actuación de los equipos de rastreo de la Junta de Castilla y León para, después de recibir un aviso de la Fundación Oso Pardo, localizar con prontitud en el municipio de la villa leonesa de Páramo del Sil al oso cuya cabeza quedó atrapada en un bidón de maíz. El animal, de casi cien kilos de peso, llevaba así varios días, por lo que su situación podría haber tenido un desenlace fatal al no tener posibilidad de orientarse visualmente por el monte. Es muy reconfortante que, en su lugar, el oso haya podido quedar libre después de que se le aplicara una inyección anestésica y se le pusiera un collar de geolocalización, además de hacerle las correspondientes medidas biométricas y de tomarle unas muestras biológicas. Impresionante la fotografía publicada en el Diario de Valderrueda en la que aparece el equipo de veterinarios y el oso anestesiado en el suelo, con la cabeza en primer plano. Observando su envergadura y sabiendo que a estas horas habrá vuelto a su vida habitual en los montes leoneses, cabe recapacitar en el privilegio que es para esas tierras y para una parte de la cordillera Cantábrica y los Pirineos contar en la actualidad con hasta 400 ejemplares habitando en sus montañas, toda una singularidad en cuya conservación se ha de poner el máximo empeño. Hubiera sido penoso haber encontrado a este oso adulto muerto en un despeñadero o atropellado en una carretera, como ocurrió no hace mucho en el transcurso de diez días con dos oseznos (uno de ellos hembra) en sendas carreteras de montaña de la provincia de León. Este es un riesgo que convendría tener en cuenta al ser cada vez más frecuente la presencia de estos animales en las vías de circulación, según hemos podido comprobar en alguna grabación de vídeo temeraria realizada en Asturias por parte de quienes se los encuentran en ruta. No seamos imbéciles y tengamos el máximo respeto a la fauna que sobrevive en nuestros montes, todo el que se merecen los osos después de haberlos acosado y matado hasta dejarlos al borde de la extinción.

     DdA, XIX/5.445     

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