No es la primera vez ni será la última que el diario monárquico utiliza el bulo como asunto de portada. Lo más grave es que el equipo directivo de ese periódico, sea el de antes o el de ahora, cada vez se supera más en este nefasto entendimiento del periodismo, algo que comparte con otros medios conservadores de la capital de este reino en declive. Pareciera que con el inicio del curso político y ante la imposibilidad de que la derecha y extrema derecha puedan formar gobierno, el mal perder de esos partidos y de la cobertura mediática que los respalda no tuviera reserva en fomentar manifestaciones e informaciones donde se cultiva la patraña a toda página, en esta ocasión para atacar la Ley Trans, sobre la que se pretende crear una confusión que la propia ley desmiente con rotunda claridad. A este Lazarillo le gustaría saber qué grado de frecuentación tienen las páginas de ABC en los despachos de nuestros jueces, dando casi por descontado que muchos de ellos estén abonados a su lectura. El grado de socavamiento de la democracia que esta prensa y otros medios de comunicación audiovisual viene llevando a cabo desde hace no pocos años es de suma gravedad. Como también lo es la indiferencia con la que el común de la ciudadanía asiste a la creciente oleada de patrañas que los sazona para desazón de quienes entendimos y entendemos el periodismo con más dignidad.
Elena de Sus
Dejando en un segundo plano la manifestación convocada por Alberto Núñez-Feijóo contra una eventual amnistía del procés, el diario ABC ha decidido dedicar hoy su portada a Antonio, un hombre condenado por violencia de género en Sevilla que, según nos cuentan, ha decidido solicitar el cambio de sexo registral y pedir un indulto al Gobierno para no entrar en prisión.
Por la forma en que está redactada la noticia, ABC da a entender que esta táctica del maltratador va a dar resultado casi seguro, por lo cual las víctimas se sienten “desprotegidas”. Nada más lejos de la realidad. Pese a la evidente falsedad, la presidenta madrileña Isabel Díaz-Ayuso utilizó sin el menor rubor la portada de ABC para atacar esta mañana a la oposición.
En primer lugar, la ley trans en su artículo 46.3 especifica que “la rectificación de la mención registral relativa al sexo y, en su caso, el cambio de nombre, no alterarán el régimen jurídico que, con anterioridad a la inscripción del cambio registral, fuera aplicable a la persona a los efectos de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género”. Es decir, si alguien que se identificaba como hombre ha cometido violencia de género antes de tramitar el cambio registral, tiene que ser juzgado como hombre por ello.
El ABC está manipulando y sembrando la confusión con el objetivo de atacar al colectivo trans
Pero además, tal y como recoge la noticia, en este caso hablamos de una persona que ya ha sido juzgada y condenada en el momento en el que anuncia que realizará el cambio de sexo registral, y está usando su “último cartucho” para evitar la prisión: pedir el indulto.
Esta es una medida excepcional que se concede en muy pocos casos (el año pasado hubo 18 sobre una población penitenciaria de más de 46.000 personas). No hay ningún motivo para pensar que el Gobierno concedería el indulto a alguien simplemente por solicitar el cambio de sexo registral y decir que es “una persona nueva” en un caso de violencia machista como el que describe el ABC. Sin embargo, en el texto prácticamente se da por hecho. Es demencial.
El diario insiste en la facilidad con la que se puede cambiar el sexo registral en la nueva ley y lo relaciona con la “desprotección” de las víctimas de este maltratador, pero no da ningún argumento coherente que lo sostenga.
Es lamentable que la desinformación más burda ocupe la portada de un gran medio tradicional
El ABC está manipulando y sembrando la confusión con el objetivo de atacar al colectivo trans y a la ley que permite la autodeterminación de género en nuestro país. Con ello contribuye, por un lado, a generar rechazo social hacia los derechos de las personas trans, un colectivo históricamente excluido y maltratado, y por otro, a alimentar una sensación de desprotección infundada en las mujeres víctimas de violencia de género. Es, en el mejor de los casos, profundamente irresponsable, y en el peor, un delito de odio.
Es lamentable que la desinformación más burda ocupe la portada de un gran medio tradicional, de esos que luego se muestran muy preocupados por las fake news en internet. También lo es la falta de escrúpulos generalizada a la hora de atacar la ley trans y la autodeterminación de género, y la naturalidad con la que se fomenta el odio y los ataques a los derechos de toda una comunidad y, en el fondo, de cualquiera que no encaje en los rígidos moldes de los roles de género.
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CTXT DdA, XIX/5.444
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