lunes, 5 de diciembre de 2022

MARIPOSAS EN MATARROSA DEL SIL


Ana Gaitero

El efecto mariposa nos dice que el simple vuelo de un mariposa en Oriente puede ocasionar una tormenta en el Occidente. Es la teoría del caos, que en cierto modo ha tenido su reflejo con la pandemia que empezó con ¿el vuelo de un murciélago en Wuhan? Aún no lo sabemos.

El efecto mariposa tiene algo de inquietante, pero en una sociedad global todo lo que sucede en una parte del mundo tiene efectos en la otra. La guerra de Ucrania, la opresión de las mujeres en Afganistán, el fracking en Estados Unidos, el deshielo del Ártico... Todo son palancas que acaban por levantarnos o expulsarnos sin miramientos de nuestra cómoda zona de confort.

Sentir que somos una comunidad global no nos vendría mal. Hacer comunidad a pequeña escala, en nuestros pueblos, barrios, asociaciones o centros de trabajo, nos vendría muy bien. Es mejor hacer red que acabar atrapadas en las redes.

Hay un pueblo en El Bierzo, Matarrosa del Sil, que conocí en medio de batallas mineras y luchas por los servicios públicos. Allí las mujeres siempre han sido bravas. Han sufrido lo indecible. Y nunca se han rendido. Tampoco ahora que los cierres de minas y térmicas han dejado un erial económico y de silencio en la cuenca del Sil. Este año se han puesto a hacer alas de mariposa para agitar conciencias en el Día Internacional contra la Violencia de Género. Hicieron un centenar a ganchillo, ochenta de gomaeva para un mural y las que quisieron para poner en el pueblo. Con cada mariposa, en el mural, una frase. Un deseo, una convicción para acabar con la violencia de género.

Fue un honor aportar mi granito de arena junto a Sonia Linares, Mariví Gonçalves, la asociación de Jubilados y Pensionistas, Marisol Pereira, Andrés Campelo, Chelo, Conchi Ruiz, Junta Vecinal de San Pedro Mallo, María Luisa Picado, Itziar e Isabel, Clara, Minerva, Malala Yousafzai, Paquito Caballero, María Joaquina Rodríguez, José Manuel Rodríguez Asensio, Mari Flor Álvarez, Rosi Pérez, Manuel Gonçalves, Ampa Santa Bárbara, Asociación Rosa del Sil, Protección Civil de Toreno, Izan y Claudia Campelo...

Formar parte de comunidades que se comprometen en pequeñas cosas, que son grandes gestos, no sé si tendrá efecto mariposa. Pero creo que estas mariposas de Matarrosa del Sil forman parte de ese otro efecto, el de la gota de agua que horada la piedra, necesario para eliminar las desigualdades que son la base de las violencias machistas.

Cierto es que necesitamos un caudal más grande que todo el que el Sil va recogiendo en su descenso desde Babia, por El Bierzo a Galicia, para acabar con las violencias de cada día, como la de querernos convencer de que vender vino con unos tíos solazándose en el culo de una mujer es una cuestión de arte. Y que una valla publicitaria en realidad es un museo al aire libre.

Diario de León DdA, XVIII/5.321

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