lunes, 24 de octubre de 2022

LA CARTA DE OCTUBRINA, HIJA DE AURORA PICORNELL Y HERIBERTO QUIÑONES

 


Félix Población

Tal como escribía mi colega y amiga desde los viejos tiempos de la Transición Carmen Ordóñez, en el artículo La pluma de Aurora Piconell, La Pasionaria de Mallorca, publicado el pasado viernes en este mismo DdA sobre la mencionada -cuyos restos mortales fueron identificados recientemente-, Aurora y el dirigente comunista Heriberto Quiñones tuvieron una hija a la que llamaron Octubrina Roja, cuya imagen de niña encabeza estas líneas. 

Quiñones fue un militante comunista, agente del Komintern en España, sobre el que no se conoce a ciencia cierta su lugar de nacimiento.  Según algunas fuentes parece que nació en Besarabia, que antes de la Primera Guerra Mundial pertenecía al Imperio ruso. Hartmut Heine, en cambio, cree más probable que naciera en la región de Bucovina, que antes de la citada guerra pertenecía al Imperio austrohúngaro. Lo cierto es que el pasaporte que llevaba cuando entró en España en 1930 iba a nombre de Yefin Granowdiski. El nombre de Heriberto Quiñones lo consiguió gracias a un funcionario del registro civil de Gijón que fue quien le proporcionó la partida de nacimiento que decía que había nacido en esa ciudad asturiana en 1907.  

Gracias a la investigación sobre Quiñones llevada a cabo por Carmen Ordóñez en los últimos meses para escribir un libro que pronto tendremos la oportunidad de leer, podemos publicar esta carta dirigida a su progenitor,  escrita por Octubrina el 23 de septiembre de 1942, poco antes de que su padre, después de ser torturado,  fuera fusilado por la dictadura el 2 de octubre de ese mismo año.  La misiva se inicia con una frase muy alejada de la realidad: "Ya tengo prisa que vengas a mi casa; a ver si te curas pronto y te ponen en libertad que quiero verte". A continuación, Octubrina, que obviamente hubo de cambiar su nombre por el de Franscisca bajo el régimen franquista, informa a su progenitor del envío de la fotografía que muestra a la niña con ocho años y cuya imagen acompañará a Heriberto Quiñones en sus últimos días, aunque también cabe la posibilidad de que no la recibiese.

Después de contarle cosas de la familia, la carta de Octubrina, cuya buena ortografía a su edad es de resaltar, se refiere a los regalos que ha recibido por su cumpleaños y a la escuela a la que acude, y termina, antes de la despedida, con esta frase: "Así aprenderé mucho para ser como tú quieres". Llama la atención que sea Octubrina y no Francisca quien firma la misiva, algo que quizá pudo impedir que la carta llegase a su destinatario, si es que pasó previamente por la obligada censura penitenciaria.

Octubrina Roja, que nació en el verano de 1934 y se crió con su abuela y sus tías tras el asesinato de sus padres,  falleció en 1964 en una parada de autobús, víctima de de un paro cardíaco, cuando tenía 32 años de edad. Esta es la transcripción literal de la carta dirigida a su padre: 

Palma 23 septiembre 1942
Querido papá: Ya tengo prisa que vengas a mi casa; a ver si te curas pronto y te ponen en libertad que quiero verte.
Mi abuelita el día de mi cumpleaños me regaló tres fotos y te mando una para que la tengas. Ya ves que he quedado bien, así como soy.
Tío Miguel también me regaló unos zapatos que llevo en la foto; la Juanita un vestido; la mamá [se refiere a una de su tías] una camisa y unos pantalones y mi primo Julián unos plátanos y manzanas y mi primo Gabriel unos calcetines y la abuelita un lazo. Con tantas cosas estuve muy contenta. Todos me quieren mucho.
Ya he empezado otra vez la escuela y me han puesto con los mayores. La escuela es muy bonita y muy alegre y tiene un patio muy grande. La empezaron antes de la guerra y ahora está terminada.
Todo el verano he ido a repaso con doña Francisca y ahora cuando salgo de la escuela también voy.
Así aprenderé mucho para ser como tú quieres.
Adiós, papá. Recibe muchos besos de tu hija. Octubrina.



   DdA, XVIII/5293   

No hay comentarios:

Publicar un comentario