lunes, 24 de octubre de 2022

¿APROBACIÓN DE LEY TRANS O FASCISMO?



David M. Rivas

Reconozco que no tengo una opinión muy formada para participar en la polémica sobre la ley de la transgenia. En principio, soy partidario de ampliar las libertades individuales hasta donde sea posible, pero también sé que hay límites. Me preocupa el asunto de los más pequeños, de los muy jóvenes. Para mí es un asunto ético y, por tanto, no puedo despacharlo con cuatro consignas o con tres lugares comunes. Repito que reconozco mi ignorancia. No obstante, seguramente como hijo de un tiempo y de un lugar, tiendo a compartir los escrúpulos de lo que ahora algunos llaman "feminismo clásico" y algunos otros, directamente, "feminismo retrógrado". Me convence más el argumentario "clásico", ¿qué le voy a hacer? Además hay un asunto, este político, que preocupa y mucho: el tono de la descalificación de los contrarios al proyecto de ley defendido por Podemos y por parte del PSOE, no sé si parte mayoritaria o parte minoritaria. Parece ser, y fue evidente en la manifestación de Madrid de ayer, que la dicotomía es "o aprobación de la ley o fascismo". Yo, como no lo tengo muy claro, supongo que sólo soy "medio fascista". A mí, la verdad, a estas alturas de curso, como si me califican como "edecán del antipapa", pero ese brutal reduccionismo falto de todo razonamiento hace posible ocultar socialmente a los enemigos de los transexuales y blanquear a los verdaderamente fascistas, que seguramente son pocos pero que existen y, seguramente, están creciendo. Y crecen, entre otras cosas, porque algunos "progresistas" les dicen que "o compartes todo o al rincón del fascismo". Yo no soy contrario a los cambios de sexo, ni siquiera soy contrario a este proyecto de ley, aunque creo que debería meditarse un poco más y no acelerar el bólido con fines electorales. Tampoco soy fascista y me da lo mismo lo que me griten bajo unas banderas que, de tanto mezclar colores, ya no distingo. Pero pienso en los que están extrañados o perplejos, los que no saben qué pensar, que son como yo pero, tal vez, con menos recursos intelectuales. Y a esos van y los llaman "fascistas". Y ellos puede que se pregunten: "¿y si es cierto que soy fascista o por eso me tienen y me han declarado la guerra?

DdA, XVIII/5.293

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