viernes, 8 de julio de 2022

POR UNA SIERRA DE LA CULEBRA RENACIDA

 



Félix Población

Como se dice en la nota difundida por la web La Culebra no se calla, todo el planeta debería conocer los nombres de esta pareja. Se llaman Lélia Wanick y Sabastiao Salgao, y plantaron en Brasil dos millones de árboles en 18 años. Con esa extraordinaria empresa devolvieron al ámbito natural 172 especies de aves, 33 de mamíferos, 15 de anfibios, 15 dereptiles y hasta 293 especies vegetales. Ellos fundaron una organización llamada Terra Institute, convencidos de que solo hay una criatura en el planeta que puede convertir el dióxido de carbono en oxígeno. Se llama árbol y no pueden faltar en la tierra que habitamos, sobre todo cuando se producen incendios -o no se hace todo lo posible por sofocarlos- tan atroces como el de la Sierra de la Culebra zamorana hace unas semanas o talas abusivas como las que se registran en la Amazonia brasileña desde hace decenios. Usando sólo las plantas locales, esta pareja reconstruyó todo el ecosistema desde cero y la zona
floreció significativamente, permitiendo que la fauna regresara."La tierra estaba triste como yo, todo fue destruido. Entonces mi esposa tuvo una fantástica idea para replantar este bosque: todos los insectos, peces y pájaros volvieron, y gracias al nuevo crecimiento de los árboles volví a nacer", recuerda Salgao. El vecindario de los pueblos afectados por el incendio de 35.ooo hectáreas en la Sierra de la Culebra quieren experimentar lo que sintió Sebastiao Salgao cuando LéliaWanick le propuso esa iniciativa. Le corresponde a los gobiernos central y autonómico hacer lo posible para que renazca nada menos que la mitad de esa sierra calcinada. En las comarcas afectadas por el incendio de La Culebra se empieza a sentir la sensación, que tan bien conocen sus gentes, de que pasados los días en que fueron foco de actualidad periodística, volverán a vivir las décadas de abandono y olvido a las que está acostumbrada esa parte de la España vaciada. Ojalá esas sensaciones no se cumplan porque sería una ignominia.



DdA, XVIII/5215

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