Lazarillo
En torno a cien kilos pesaba Ron, el mastín leonés ganador de más de una decena de premios internacionales por su raza, hechura y apostura, entre ellos el de campeón de Europa en Bruselas hace seis años y el de campeón del mundo un año después, en Alemania, cuando estaba en plena juventud. A este último certamen concurrieron nada menos que 31.000 mascotas de todo el planeta, de un total de 73 nacionalidades diferentes. Ayer se nos contó en los periódicos de la provincia que Ron ha muerto sin llegar a viejo, a los nueve años y un mes. Es de comprender que Pablo y Noelia, su criadores en la localidad de Navatejera, en el municipio de Villaquilambre, sientan la ausencia de quien de modo tan destacado ha mostrado al mundo las características más sobresalientes de un perro inmemorialmente unido al paisaje y al paisanaje leonés, y constituye uno de los patrimonios de su tierra, aunque su origen date del Tíbet. Se ha llegado a decir que su existencia para uso ganadero se puede rastrear ya en los tiempos de la Hispania prerromana y que fue introducido posiblemente en la península por los celtas. “Hoy un trocito de mi corazón se rompe. Te has ido en mis brazos, luchando hasta el último suspiro... Me has dejado destrozada, bollito. Me queda el consuelo de que te he dado la mejor vida que podías tener”, escribió Noelia en las redes sociales. “Gracias infinitas por los momentos que nos has hecho vivir. Hasta siempre peludín, te amo infinito". Es muy posible que Noelia y Pablo vuelvan a tener un mastín leonés en sus vidas, aunque cada perro sea único. En este caso, Ron el Peludín quizá sea insustituible por su historial, estampa y memoria. Y por esa mirada de fidelidad y afincamiento al terruño en el que creció su belleza.
DdA, XVIII/5163
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