Ana Cuevas
En
mi día a día procuro no hablar de política por una mera cuestión de
estabilidad mental. Pero renunciar a hablar de política supone también
la renuncia a debatir sobre las cuestiones que más afectan a las
personas como la sanidad, la educación, las reformadas leyes
laborales... En fin, las cosas reales que determinan que una sociedad
sea más justa y civilizada.
En una democracia real no sería
posible un nivel de corrupción institucional como el que soporta este
pueblo endémicamente. La política sirve de salvoconducto para que
ladrones y facinerosos se forren a costa de todos nosotros. Da igual que
te sientas mucho y muy español o que seas independentista. Te roban. ¿O
los brutales recortes que padeció Cataluña no fueron ejecutados por un
partido nacionalista?.
Tenemos la memoria floja de serie y
una predisposición enfermiza a obviar las vejaciones recibidas. El PP
lleva el latrocinio grabado a fuego en su adn. No lo digo yo, lo dicen
los cientos de miles de legajos y la pila de sentencias judiciales que
apuntalan esta afirmación. Y por si fuera poco, ahora nos enteramos que
hemos pagado casi un millón de euros por la defensa de los mafiosos que
facilitaban la trama Gürtel. ¿Se nos pueden descojonar más en la
cara? Sin embargo, las encuestas vuelven a colocar al PP en posición
preferente. ¿Amnesia o estulticia?.
En cuanto al PSOE, le ha
venido de perlas que la sentencia de los eres andaluces salga después de
las elecciones. Aunque, a estas alturas, una estafa de 742 milloncejos
de euros a más de uno le pueda parecer una fruslería. Sánchez mantiene
la esperanza de que aprendamos a votar bien, osea a él, y pueda gobernar
como dios y el IBEX mandan.
Hay mucha mierda sí. Y mientras
tanto las izquierdas se atomizan y sus votantes les ponen morro caparra
amenazando con abstenerse el 10-N y quedarse viendo Netflix en sus
casas. En esa línea nos enteramos de una campaña en las redes, pagada
¡cómo no! con dinero público, orquestada desde la derecha con el
propósito de desmovilizar el voto de la izquierda.
¡Viva el
mal, viva el capital! Que diría la bruja Avería.Orgullosa estaría hoy de
estos cachorros del mal que aprenden técnicas propias de gobiernos tan
liberales como el del señor Putin.
Pues eso, que cada uno
vote según sus intereses o, si lo prefiere, para engordar los intereses
de los delincuentes habituales. Yo tengo claro mi voto y sus motivos. No
es necesario ir a votar con arrobo incondicional a un partido. Basta
con tener claro contra quién o qué votas.
Yo voto contra VOX.
Contra su neofascismo esperpéntico que se ha colado como una sabandija
en el sistema para destruirlo desde dentro.
Voto contra la
repugnante sonrisa que le provoca a Iván de los Monteros la alusión a
las miles de víctimas que nos convierten en el segundo país, después de
Camboya, con más muertos pudriéndose en las cunetas. Voto contra su pose
de caballeros cruzados a la vez que se financian con dinero de un grupo
terrorista iraní. Y esto no es un bulo, está confirmado. Voto contra
los turbios negocios inmobiliarios de la siniestra pareja formada por
Monasterio y su churri que nos indican el pedigrí ético que se gasta
esta peña. Voto contra Abascal, el rey de las subvenciones, cero años
cotizados, cuyo apellido, ¡anda mi madre!, aparece entre los más
beneficiados por la trama Gürtel. Voto contra su misoginia, su
homofobia, su racismo.
A pesar de la decepción o el
desencanto, no pienso quedarme en casa. Justamente porque es eso lo que
quieren los que pretenden seguir saqueando la caja común y recortando
nuestros derechos ciudadanos.
Para frenar el fantasma del
fascismo, que ya galopa desbocado en toda Europa, no tenemos mejor arma
que hacer uso responsable de nuestra democracia.
¡No pasarán!, al menos por mi abstención o mi voto. Allá cada cuál con su conciencia.
DdA, XV/4328
1 comentario:
Basta ya de despotricar contra la abstención o el voto nulo. Es una opción tan madura como cualquier otra.
De hecho, es una forma de decirle a la sociedad (que no al cis-tema), "eh, gente, que yo quiero votar, pero ninguna de estas 6 opciones mayoritarias me parece mejor que una mierda; que me la sopla el fascismo de Vox, el capitalismo rosa de PSOE o el lila de Pablemos; que tenemos que organizarnos"
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