domingo, 28 de abril de 2024

OVIEDO, VISITA GUIADA: DE CARBAYONES Y MOSCOVITAS


Manuel Maurín

Al principio del recorrido, por el entorno de San Vicente y la Catedral, la guía explicaba el origen de la ciudad y la importancia de los monumentos medievales erigidos por la monarquía asturiana y, sobre todo, por la iglesia. Una de las turistas le preguntó de dónde había salido tanto dinero para costear aquellas obras fastuosas, a lo que contestó que fundamentalmente de las donaciones, las peregrinaciones y las rentas de la tierra que acumulaban los monasterios. Rentas que, añadidas a los ingresos del comercio, también habían servido para financiar los grandes palacios barrocos erigidos por la nobleza en los siglos XVII y XVIII, que visitaron después.

Desplazado el grupo hacia la Escandalera y el Paseo de los Álamos, la misma turista, a los pies del conjunto escultórico de José Tartiere – con el preboste tallado en bronce y acompañado por agradecidos y sumisos obreros pétreos- volvió a insistir en el origen de los fondos que habían permitido la construcción de los hermosos edificios modernistas que se abrían a la propia plaza y se alineaban por la calles de Fruela, Uría y Marqués de Santa Cruz.

-Pues aunque no soy especialista supongo que, además del capital acumulado y el retornado de Indias, habrá tenido mucha importancia la expropiación de bienes a la iglesia tras la desamortización y, sobre todo, las plusvalías de los negocios industriales, ferroviarios y bancarios.

Mientras subían hacia el Palacio de Congresos de Calatrava, la guía ya iba preparando una respuesta sobre su financiación, aunque no sería fácil de explicar dado el enrevesado proceso de privatizaciones, especulación, sobrecostes y pelotazos que acompañaban al caso. Sin embargo, no hizo falta que se explayara porque rápido un valenciano del grupo se le adelantó contando lo que había ocurrido con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, del mismo arquitecto y con bastantes rasgos comunes en la operación urbanística. Otros integrantes del grupo, de diversas ciudades, también se animaron a decir que conocían casos similares y las conversaciones derivaron definitivamente hacia la vertiente socioeconómica en detrimento de la histórico-artística.

En la última parada de la visita, sobre la Losa de Renfe -y hablando del Cinturón Verde- volvió a la carga la señora del principio:

-Perdone ¿Y no hay algo en la ciudad que se haya construido sin especular o robar? ¿Algo que sea el resultado del altruismo, la colaboración o el trabajo voluntario?

La guía pensó en diversas iniciativas y citó el Campo de San Francisco, que ya habían visitado, y el acueducto de Los Pilares, cuyo único tramo conservado tenían enfrente y que había sido construido en el siglo XVI con impuestos que grababan el comercio del vino y la sidra en la ciudad.

-¿Y algo más reciente?

-Ejem…bueno, hace unos años, el tejido vecinal, en colaboración con el ayuntamiento, diseñó un hermoso parque lineal en sustitución de la autopista que rompía los barrios orientales y, tras aprobarse en concurso público un proyecto destinado a tal fin, fue premiado con fondos europeos y muy apreciado a nivel nacional e internacional: El Bulevar de Santuyano, se llamaba.

-¿Y donde está? ¿lo podemos visitar?

-Se lo comentaré en privado. Muchas gracias por su atención y que sigan disfrutando de la ciudad. Les recomiendo los carbayones de Camilo de Blas y las moscovitas del Rialto.

DdA, XX/5625

EL LAWFARE CONTRA SÁNCHEZ SILENCIA Y SEÑALA A SUMAR

Tal como subraya mi estimado Raúl al final de este interesante artículo en Diario Red, donde las colaboraciones con su firma son de lo mejorcito que se publica en un medio que debería responder con más alicientes informativos y opinativos a la expectativas que generó la creación de Canal Red,  la crisis de régimen, lejos de haberse cerrado, es cada vez más profunda porque le ha roto las costuras a un sector del 15M que priorizó la táctica y el cortoplacismo antes que defender a sus compañeros de la mafia jurídica y mediática.

Raúl Solís

En política hay chispazos que se convierten en fogonazos porque cambian la conversación pública. El 15M fue un éxito porque puso a España a hablar de las puertas giratorias, del capitalismo financiero, de gente que era tirada a la puta calle por no poder pagar su hipoteca, de la corrupción, del dinero público que se había dedicado a salvar a los bancos, del abuso de poder, de la casta enmarañada en las telarañas del Estado, de la performance del bipartidismo y de tantas otras cosas más. Hubo cosas de las que no se habló, no al menos los suficiente. Del poder mediático, del entramado de medios de comunicación que, financiados por bancos, industria militar, energéticas y dinero público, sirven para defender los intereses de sus pagadores y no el derecho a la información de la ciudadanía que contempla el artículo 20 de la Constitución como un derecho fundamental.

Tampoco se habló del poder judicial, una casta nobiliaria con un casi insuperable sesgo de clase que termina convirtiendo un poder fundamental del Estado de derecho en un reservorio de las élites, con intereses reaccionarios que se convierten en el brazo armado de la derecha para derribar a opositores.

De hecho, si las demandas del 15M no han podido aterrizar con la radicalidad necesaria y deseada es porque estos dos poderes, el mediático y el judicial, han ido con todo, por lo legal y por lo ilegal, contra los actores políticos que el régimen ha sabido que iban más lejos de lo permitido. El lawfare o guerra jurídica y mediática no son unos jueces prevaricando para triturar el honor de políticos indomables, que también, sino la suma de los sectores reaccionarios del poder judicial con el poder mediático para matar civilmente a quienes osen disputarle el poder a los que mandan.

De hecho, en la mayoría de los casos de lawfare que hemos vivido en España en los últimos diez años, la prueba que ha servido para que un juez decida abrir diligencias son recortes de periódicos y declaraciones en medios de comunicación de supuestos afectados. La falsa causa judicial contra Podemos por supuesta financiación de Venezuela no hubiera hecho daño a la democracia española sin el papel estelar de Antonio García Ferreras, director de La Sexta y presentador de Al Rojo Vivo, o sin el Informe PISA que emitió en primicia la Cadena Ser a través de la periodista Ana Terradillos.

Sí, la misma Cadena Ser que estos días están tan preocupada por la democracia después de que Pedro Sánchez haya pedido una reflexión pública en lugar de usar el BOE para legislar y poner en orden al régimen del que el PSOE es parte indisociable, por mucho que María Jesús Montero se crea Evita hablándole a los descamisados en la Plaza de Mayo de Buenos Aires. El lawfare lleva diez años operando en España y no ha empezado con Pedro Sánchez. Igual se olvida que fue una presidenta del Congreso con carné del PSOE, Meritxell Batet, quien le quitó el escaño al diputado Alberto Rodríguez después de haber sufrido un caso de libro de lawfare. 

Ha ocurrido lo mismo con el lawfare que ha sufrido Mónica Oltra. Es La Sexta, El País y la Cadena Ser quienes convierten las denuncias falsas contra la exvicepresidenta valenciana en un escándalo y empujan al PSOE a pedirle la dimisión, con el empujón definitivo de sus compañeros de Compromís que se la quieren quitar del medio porque pensaban más en elecciones que en defender el honor de una mujer decente que estaba siendo masacrada por tierra, mar y aire con un tema de alto voltaje moral.

Situación similar se dio con el lawfare contra Irene Montero por la ley del sólo sí es sí. Ferreras llegó a poner un contador de los supuestos violadores que eran puestos en la calle por los jueces prevaricadores, pero responsabilizando en todo momento a Irene Montero. El veto de Yolanda Díaz a la ex ministra de Igualdad se justificaba precisamente en que había sido víctima del lawfare contra la ley de libertad sexual. Díaz llegó a pedirle la dimisión a Irene Montero durante los días del lawfare contra la ley del sí es sí.

A pesar de que Antonio García Ferreras es uno de los actores principales de la guerra jurídica y mediática contra líderes progresistas, en su mesa tiene sentados a miembros de Más Madrid y Sumar y cada día, a eso de las 13 horas, entran en directo ministros o diputados de la formación de Yolanda Díaz mientras que Podemos está vetado por haber señalado el proceder de La Sexta.

La carta de Pedro Sánchez se ha convertido en ese chispazo que cambia la conversación y de golpe ha silenciado a Sumar, que vive con un miedo atroz a que el PSOE convoque elecciones o que Sánchez dimita. La formación de Yolanda Díaz lo vive con miedo porque esta conversación la señala a ella y a sus socios como agentes directos del lawfare contra sus antiguos compañeros, como beneficiarios directos, como mascotas del poder para edulcorar las operaciones mafiosas del régimen contra dirigentes de izquierdas.

Lo más radical que ha defendido Sumar contra el lawfare estos días es crear una comisión de expertos para combatir los bulos porque defender una ley de medios que tipifique como delitos la mentira, la desinformación o la publicación de noticias creadas a través de redes criminales sería señalar directamente a Antonio García Ferreras, a la Sexta y al presidente de Atresmedia, José Creuheras, ese señor con el que Yolanda Díaz entregó el Premio Planeta a Sonsoles Ónega, uno de los grandes baluartes de la Operación Sumar.

Al igual que en el 15M la vieja izquierda de las tarjetas black, de las puertas giratorias o que tributaba en Luxemburgo se quedó sin voz, el lawfare silencia a Sumar porque permite ver con claridad que es un producto directamente horneado por la guerra del régimen contra la izquierda que no aspira a ser mascota del poder. Lo que estamos viviendo estos días es un espejo que retrata a los poderes mediático y judicial, que fueron justamente los dos sectores que se quedaron fuera en la década pasada.

Mientras los medios de la derecha son cada vez más ultras, los medios progresistas, inclusos los nacidos al albur del 15M como Eldiario.es, están hoy en la esfera tranquilizante del neoliberalismo progresista que representan el PSOE y Sumar. La crisis de régimen, lejos de haberse cerrado, es cada vez más profunda porque le ha roto las costuras a un sector del 15M que priorizó la táctica y el cortoplacismo antes que defender a sus compañeros de la mafia jurídica y mediática.

DIARIO RED  DdA, XX/5625

sábado, 27 de abril de 2024

EN EL PSOE Y SUS MEDIOS SABEN QUE SÁNCHEZ NO SE VA, SE QUEDA



Lazarillo

La verdad que a este Lazarillo hay cosas que le sorprenden aún a estas alturas de su vida, que no es poca, y la del país en el que vive. No habiéndome creído la espontaneidad de la conmoción que en el PSOE y medios afines ha tenido el anuncio de dimisión comunicado por Pedro Sánchez si sus reflexiones -en compañía de su amada esposa- así lo estiman este fin de semana, el mensaje lanzado por Jordi Évole al respecto me ha parecido un poco simple. Ha escrito el periodista catalán que si el Presidente del Gobierno dimite se va a lo grande, de una forma inédita (como su llegada a Moncloa con la moción de censura, como inédito fue su regreso al mando del PSOE) y desmontado su apego al poder. Si no dimite, se convierte en el líder contra la política basura. Siempre gana. Y lo saben. No creo pertinente afirmar lo primero, aunque acierte Évole plenamente en lo segundo. Me consta que Sánchez no va a dimitir porque con su anuncio se ha limitado a hacer campaña electoral, como líder contra la política basura, ante la doble cita de las autonómicas en Cataluña y las europeas en el mes de junio. Esto será lo que ocurra y el inédito y raro anuncio de una dimisión tendrá así su sentido, porque si Sánchez se "fuera a lo grande", como escribe Jordi, sería una cobardía en toda regla y una traición a los votantes de su partido. No puede bajo ningún concepto un Jefe de Gobierno, elegido democráticamente, ceder a la mafia política, mediática y judicial que lo ha venido acosando. Me parece que en su partido lo saben muy bien, aunque se hayan prestado hoy al montaje escénico/electoral del "te queremos, no te vayas, amado presidente", coreado por periódicos y periodistas de su cuerda como El Plural.

DdA, XX/5624

POR TI QUE TE PROTEGES DEL ARDOR DE LA SEDA...



Inés Marful

Oración infinita / Ánima mundi
Por ti que te proteges del ardor de la seda
Por la columna erguida, por el cáliz
Por la humedad del loto y por la especie
Por el pecado
Por las aguas salvajes y el tacto del satén
Por la res naturae y por la lana virgen
Por el tallo
Por los dientes del lobo y el pulso del marfil
Por el sudor helado y por la fiebre
Por el que escucha
Por el hueso malar y el fulgor en la estopa
Por lo que vierte el cántaro
Por la huida
Por el lomo del puma y el clavo en la pared
Por el arma del duce y el palio de la lluvia
Por la rana en el charco y la latitud más honda
Por el silencio
Por las siete partidas y el último recodo
Por la angustia
Por la nave en el fondo y el alambre de espino
Por la exacta memoria y el sol del arrecife
Por la rareza
Por las cruces del diablo y el taco en la pared
Por la cantera exhausta y el vértigo del lirio
Por la luna en el charco y el olor de las heces
Por este día
Por la quietud del puma y la aguja en la ingle
Por el toro de barro, por la vana ortodoxia
Por el relato abierto
Por el libro de infancia que amaneció mojado
Por la red
Por la clave de bóveda y el ensueño
Por quien revienta el quicio, por quien se para
Por las ruinas circulares y Beatriz Bitervo
Por la rima tatuada y por lo que acecha
Por Paul Celan y el Sena que acunó su cadaver
Por cada río
Por los cien mil horrores, por el talud de arcilla
Por el hedor del vientre y el códice que sangra
Por lo Absoluto
(…)
Versión sin revisar. Con el taller al sol.
Así empezó este poema infinito. Sumergida en el bahía de la albufera (Mallorca) con traje y sombrero de Balmain. Las corrientes tiran y es difícil, mucho, quedarse clavada como un Cristo en el mar. Clavada como un Cristo sin ferralla ni duelo. Y sostenerse en paz.
Foto: Su Alonso

DdA, XX/5624

viernes, 26 de abril de 2024

HACE 92 AÑOS, ESTA ERA LA PROPUESTA DE LA ESCUELA REPUBLICANA

 


La filosofía educativa de la República a principios de 1932*   

Eduardo Montagut

 En la historia de la educación en la Segunda República aportamos un documento legal, no de rango superior, pero sí, creemos harto significativo, sobre los cambios que se pretendían hacer en la escuela. Estamos hablando de la circular de 12 de enero del director general de Primera Enseñanza, Rodolfo Llopis. Ahora, hace 90 años, recuperamos esta disposición.

La Dirección General había suministrado a través de los Consejos Provinciales de Protección Escolar a las escuelas ejemplares de la recién aprobada Constitución. Los maestros debían enseñar la Constitución, explicando lo que significaba un texto constitucional para las democracias, las luchas que habían tenido que sostener los españoles en demanda o defensa de la Constitución, y como la República, al promulgar la Constitución, señalaba un momento histórico en el proceso de liberación de los españoles.

Se abría un nuevo período histórico para España, donde debían aunarse la alegría, la meditación y la responsabilidad. A los maestros les tocaba una misión en relación con esa responsabilidad general.

El maestro como educador

Para las nuevas autoridades educativas el maestro debía ser considerado un educador. La escuela debía convertirse en la casa del alumno, un lugar donde desarrollar su infancia. En este sentido, el maestro debía entender que además de instruir debía educar para que el niño pudiera alcanzar el desarrollo de su personalidad.

Vitalizar la escuela

Había que dar vida a la escuela, y había que llevar la escuela donde estaba la vida. La escuela libresca debía ser superada por una escuela activa. Por eso, había que cambiar los horarios viejos y los programas rutinarios para conseguir centros vivos de interés y por la libre curiosidad del niño. La escuela debía responder a los interrogantes del niño, y convertirse en un hogar donde pudiera trabajar. Precisamente, el trabajo se convertía en el eje pedagógico de la nueva escuela. Pero hacer al niño un trabajador no significaba que la escuela primaria fuera un centro para aprender un oficio determinado. Lo que quería decir es que todo lo que se aprendiera en la escuela debía hacerlo el niño con sus propias manos, y en colaboración con los otros niños como compañeros suyos. Era una manera de enseñar que el trabajo propio o individual era más útil si servía a los intereses de la comunidad.

La unión entre la escuela y el pueblo

En la circular se afirmaba que había que unir la escuela al pueblo, es decir que la escuela debía vivir en contacto con la realidad. Los niños tenían que conocer su entorno mediante excursiones, paseos y visitas. El ambiente geográfico se convertía en un recurso didáctico para el maestro. Ese entorno de fábricas, campos, talleres, el mar, etc. debía ser totalmente familiar para los alumnos. La escuela debía establecer una relación íntima con el trabajo y con el hogar. De ese modo, la misma podrá ejercer mucha influencia. La escuela puede interesar a los padres organizando enseñanzas que respondiesen a sus inquietudes, organizando bibliotecas, lecturas, audiciones y conferencias. Todo lo que estaban haciendo las Misiones Pedagógicas estaba convirtiendo a la escuela en el eje de la vida social de los lugares, y de ese modo el pueblo acabaría sintiendo a la misma como una cosa suya.

Escuela laica

Así era, la escuela debía ser laica, porque tenía que respetar la conciencia del niño. La propaganda de todo tipo estaría prohibida en la escuela, porque no se podía coaccionar las conciencias. La escuela debía ser respetuosa y liberadora, un lugar neutral donde el niño viviese, creciese y se desarrollase.

Había que recordar que la Constitución establecía en su artículo 48 que la escuela debía ser laica. En dicho espacio no podía existir signo alguno que implicase confesionalidad, además de la prohibición de la enseñanza y práctica religiosas. La escuela debía inhibirse de los problemas religiosos. La escuela era de todos y aspiraba a ser para todos.

Pero, además, la circular pedía que los maestros revisasen los libros de texto por si incluían apologías del ex rey y de la Monarquía.

Llopis recordaba una circular de mayo donde se pedía al docente un esfuerzo, aprovechando las oportunidades que ofrecían sus lecciones en otras materias, el diario hacer de la escuela y los ejemplos de la vida de los pueblos, para inspirar a los alumnos un “elevado ideal de conciencia”.

Para el cumplimiento de todo lo dispuesto apelaba también al trabajo de la inspección educativa, sin olvidar la labor asesora para los maestros que debían desempeñar los Consejos locales, provinciales y universitarios de protección escolar.

*Hemos trabajado con el número 7156 de El Socialista, del día 14 de enero de 1932.

La Voz de la República DdA, XX/5623

CLAVELES ROJOS PARA FÉLIX MARAÑA


  Bernardo Pérez

Con prólogo de Valentín Martín, ayer se celebró en el Ateneo de Madrid la presentación del libro de Félix Maraña El bosque no es un árbol repetido. Sonetos y soñetos, que este Lazarillo va leyendo día a día para disfrutar de cada pieza, pues el soneto, cuando está colmado de hondura, sentido, emoción y forma, invita a reiterarse en el recitado y hasta alojarlo en la memoria antes de pasar de uno a otro como si se tratara de cualquier otra lectura en prosa. No pocos de los sonetos de Maraña que llevo leídos merecen un lugar emocional en mi retentiva, la pena es que ésta no es la misma que cuando hacía lo propio, allá en la adolescencia y primera juventud, con los poemas de Alberti, Cernuda o Lorca. Bien sabe Félix que me hubiera gustado estar en la biblioteca del Ateneo ayer para disfrutar de su compañía y palabra, como de la de Valentín Martín, con quien este Lazarillo tiene la primera memoria y las primeras y falsas expectativas de la profesión que compartimos en un país que posiblemente se auguraba algo mejor de lo que fue y, sobre todo, es. En todo caso, nos queda la palabra, y ayer estoy convencido de que en el Ateneo de Madrid se celebró de muy buena manera la lucidez e integridad de la palabra en unos tiempos donde cada vez se prodigan más las palabras que se arrastran por el lodo contagioso del bulo y la falacia hasta apestarnos.


Valentín Martín

Pronto llegarán las amapolas con su vocación de soledades al campito del suburbio de donde no salgo nunca sin motivos. Anoche, antes de que el sueño portugués expirase en el hermoso libro de Antonio Mata, comprobé una vez más la hostilidad física de la ciudad. Para ir al Ateneo, el mismo de Agustín en los 80, tuve que soportar una asfixia que aterrozaría a Adriano emperador. Casi me bajo del uber y me pongo a caminar por el atascazo. Yo he subido al Almanzor, quede claro que para mí los kilómetros son pan comido. O eran.
Llegué cuando la biblioteca ya se había quedado sin costuras, gente de pie que no quería perderse la ocasión. Antes de someterme a la disciplina del lugar para la voz, frente al gentío, me dio tiempo a abrazar largamente a Rodolfo Serrano, ese inmenso poeta hijo del barro que no conoce la rendición. Y al final, a la joven Irene con quien concuerdo en el amor al padre. Así se cerró el círculo de la emoción sin vallas. En medio, mucha gente y una declaración o varias sobre Félix Maraña que había venido con Koro para iluminar Madrid.
A Félix Maraña y a mí nuestras madres nos nacieron en la misma parte. Él arriba donde los hojaldres más ricos, y yo abajo donde el bollo maimón enamoriscado del café portugués. Él, hermano chico, mejoró la raza: mientras yo segaba el trigo famélico con hocina, él ya manejaba la guadaña para el forraje. Luego la mejora de la raza resultó imparable: yo dormía en cama de viuda sin viuda, y él en palacio de duquesa enamorada de un torero. Pobrecitos los dos, -el torero y la duquesa- se murieron de viejos sin olvidarse de un amor prohibido.
Lo siento por Juan Cabrera (cada día se parece más a Juan Marsé), Lola Álvarez Feito (nada que ver con la Lola espejo oscuro, de Darío) y otros hermanos de Asturias patria querida, pero mientras ellos estaban tras las montaña mirando al mar, nuestra influencia resultó inevitable.
Sí, Félix Maraña y yo fundamos el Estado.
De esto hace siglos, y a ello contribuyeron Amancio Prada y Charo Fierro. Que se sepa.
Anoche dije que Félix Maraña es el hombre más culto que he conocido. No es una hipérbole. Y que su cultura tiene el comportamiento de las cerezas. Un ejemplo: yo hablé una vez sobre la posible confusión de los garbanzos de Pedrosillo el Ralo con los de Pedrosillo de los Aires. Los buenos y famosos son los del primer Pedrosillo, el otro Pedrosillo tuvo su momento de gloria en la endecha española de María Elena Walsh que iba por los teatros con nuestro Juan Diego. Félix Maraña apuntó enseguida y disparó: ahí iba destinado Pío Baroja como médico. Y ante un amago de perplejidad, Félix abundó: le recomendó Unamuno, pero el alcalde no lo quiso. (Ya veis que lo de alcaldes bobos no es de ahora). Y para rematar la función, Félix Maraña me regaló el libro que él editó "Pío Baroja, escritor y médico". En una conversación pasamos de los garbanzos a Pío Baroja, Unamuno, y un libro desconocido pero necesario. Y añado yo: aún se recuerda en Salamanca la conferencia de Félix Maraña en la Sala de la Palabra sobre el destierro de Unamuno en Hendaya.
Me parece que ahora el de las cerezas soy yo. Yo que me puse para el fiestón de Félix Maraña en el Ateneo la camisa blanca que me regaló José Luis Ferris este verano en Santa Inés. Vestido así de gala para sentarme junto a Charo Fierro, José Antonio Expósito, Soledad Serrano, Enrique Gracia Trinidad, Joaquín Lera y Amancio Prada para dar paliques.
¿Pero no me llevaron para hablar del libro de Félix Maraña? Claro que sí. Esto ha sido sólo la introducción. El libro es " El bosque no es un árbol repetido", muy musical, está dando mucho que hablar y tiene futuro. Una delicia.
(Creo que a la misma hora se presentaba en Lisboa el libro "Claveles rotos" de Antonio Mata y Antonio no estuvo. Está en nuestro corazón nada más).
Qué raro. Al salir del Ateneo el frío de Madrid había huido de las calles.

DdA, XX/5623

MALA GENTE QUE CAMINA Y VA APESTANDO LA TIERRA



Félix Población

Un día después de que se estrenara el Cuatro TV el nuevo programa de Sistiaga Otro enfoque, que trató sobre la polarización política con Miguel Ángel Rodríguez y Pablo Iglesias como invitados -sin que su director y presentador hiciera memoria sobre los orígenes de esta lacra-, la televisión pública invitó ayer a su programa En primicia al comunicador que más bregó y sigue bregando por la crispación política en España. 

Jiménez Losantos, que llama a TVE la tele de Sánchez, es a juicio de la dirección de esa casa uno de los trece periodistas relevantes y singulares que han pasado y pasarán por el programa que presenta Lara Siscar. Es como si, a falta de la documentación no manejada por Sistiaga para rastrear los comienzos de la polarización política en España, antes incluso del 11-M, la televisión pública nos quisiera recordar, calificándolo como periodista relevante, a quien, a través de una cadena de emisoras de la iglesia católica, fue pródigo como muñidor de bulos e infamias, alentó teorías conspirativas sobre la mayor tragedia terrorista ocurrida en la historia de este país, no dejó de utilizar el insulto desde los micrófonos y hasta se permitió amenazas de muerte en alguna ocasión con total impunidad. 

Nada de eso forma parte de la trayectoria profesional del resto de los profesionales del periodismo que, con una carrera dilatada, sí pueden resultar de interés para un programa de entrevistas en profundidad sobre su trayectoria. Me estoy refiriendo a Raúl del Pozo, Rosa Montero, Pepa Bueno, Miguel Ángel Aguilar, Nativel Preciado, Jesús Maraña o Rosa María Calaf, entre otros. 

Que el protagonista de la entrevista de ayer en el programa de Siscar se crea, según sus propias palabras, que tiene por misión decir la verdad, podría interpretarse como un desequilibrio psicológico, a no ser que su hipocresía haya llegado a un grado de fatuidad que no conoce límite, con tal de defender su protagonismo mediático, que tan bien le ha ido partiendo de unas colaboraciones en el Diario 16 de Pedro Jota cuando era profe de instituto, para llegar a empresario de la comunicación como dilecto e idolatrado predicador de la derecha más reaccionaria. 

Me parece que fue Alaska, una de las intervinientes en el programa, quien definió mejor a su amigo, con el que lleva decenios colaborando. Ciertamente, Losantos como comunicador es una bestia, pero una bestia nefasta para la convivencia democrática. Sólo hubiera hecho falta recurrir a la fonoteca o videoteca para ilustrar hasta qué punto se ha caracterizado este individuo como vocero del odio en los últimos treinta años, consciente -porque a Federico no se le puede negar cultura- de lo que una práctica  mediática de ese tenor puede hacer reverdecer en un país cuya historia está marcada por sucesivas guerras civiles, con el colofón brutal de la última con su consiguiente y larga dictadura.

Me consta que como exprofesor de Lengua y Literatura a Federico Jiménez le suena estos versos de don Antonio Machado: Mala gente que camina/ y va apestando la tierra. Pues eso.

DdA, XX/5623

jueves, 25 de abril de 2024

SE ESTÁ CREANDO UN MUNDO DE MIERDA QUE NOS AFECTA A TODOS



Pablo Rivas

No voy a entrar en el movimiento de Pedro Sánchez. No sé si es un golpe en la mesa real, un grito de ahogo ante una situación personal, o algún tipo de jugada del político de las mil vidas, especialista en órdagos mediáticos. Pero hay algo de todo esto que me tiene maravillado: el presidente del Gobierno de una de las naciones más importantes del planeta ha anunciado públicamente que se plantea dimitir ante una campaña “de acoso y derribo por tierra, mar y aire” mediática perpetrada por lo que llama en su carta “constelación de cabeceras ultraconservadoras”. En connivencia, añado yo, con una importante parte de la judicatura afín a estas que ya no esconde su mal hacer para favorecer a quienes defienden su misma ideología ultraconservadora. Eso que llaman el lawfare.

Imagino que tienes televisión, cuenta de Twitter/X o de Instagram. Puedes escuchar la radio o abrir uno de los muchos periódicos impresos o digitales que se extienden por el país. Y hay una tónica general que hay que poner sobre la mesa, y hacerlo ya. La mierda nos come.

Hay que llamarlo por su nombre. Basura, bazofia, mugre, desinformación, fake news, mentira, calumnia, falacia, falsedad, patraña, ficción, falsificación… El panorama mediático español se ha convertido con el paso del tiempo en una amalgama de espacios a cada cual más insano. Es un conjunto de contenidos perturbador, que desequilibra a la sociedad, nos vuelve esquizofrénicos, metidos en un continuo lanzamiento de obuses que nos llevan a un nivel de fricción y de permanente choque de trenes que nos escora a esquinas agresivas y a vivir en un permanente enfrentamiento tenso en el que la información ya no es tal y todo vale para arrasar al contrario. Fake news en estado puro, la parida del día creada por el gabinete de cierta presidenta autonómica, y multiplicada hasta la saciedad por “la constelación de cabeceras ultraconservadoras” —en adelante, el montón de mierda, al menos en este artículo—, como centro del debate público.

Las bases afines al PSOE reaccionaron bien en las redes sociales ayer. #NoTodoVale era uno de los temas del momento en Twitter. El llamado llega tarde, por supuesto. Mi compañero Yago Álvarez lo decía ayer en una columna en la que se recordaban hechos similares que no nos contaron en su día con tanto bombo mediático como el que ha cosechado el anuncio de Sánchez. Con la voz entrecortada entre —imagino— una profunda frustración y rabia, la ex vicepresidenta primera de la Comunitat Valenciana, Mónica Oltra, decía el 21 de junio de 2022 ante los medios que se iba “con la cara bien alta”, pero también “con los dientes apretados, muy apretados, por muchas cosas”. Y dijo más. Entre sus frases de aquel día se cuelan algunas como “esta historia pasará a la infamia política, jurídica y mediática de este país”, “nos están fulminando uno a uno con denuncia falsas” o “que nadie se pregunte de aquí a 20 años, o de aquí a 20 meses, qué cojones pasó en este país”. 22 meses entre aquello y lo que ha pasado este miércoles. Añado una más: “Este país es un problema cuando no nos defendemos de la extrema derecha”.

Oltra fue derrotada políticamente en una operación similar, absolutamente asquerosa en la que se mezclaban los términos “encubrimiento”, “exmarido”, “abusos sexuales”, y “menores”. Una deposición fabricada por el montón de mierda que, por supuesto, el juez archivó. Dos años después, eso sí, con Oltra tocada y hundida, y la basura que perpetró aquello en el mismo sitio. Sufrir eso, sabiendo que es todo una creación de gentuza, debe de ser aterrador.

Hay que ser un espécimen extremadamente vil para arengar a las masas contra la familia de Irene Montero y Pablo Iglesias, en su propia casa como se hizo, bajo todo un ingente número de acusaciones fabricadas y ejecutadas por organizaciones filofascistas y ultras, acusaciones todas ellas desestimadas y basadas en “informaciones” de ese montón de mierda. Los escraches del 15M que tanto enarbolaron los ultras de las heces para justificar semejante brutalidad —que afectó a sus hijos— ni se le acercan en concepto: aquello fueron momentos puntuales, duraban unos minutos, bajo peticiones concretas en un contexto de crisis social brutal y explosión de pobreza, paro y desahucios. En Galapagar, cientos de pijos, ultraderechistas, fascistas y colgados persiguieron durante meses a una pareja de políticos por el simple hecho de ser los contrarios. Algo deleznable, que no se atajó. De aquellos barros, estos lodos.

Pero el panorama mediático no es solo un montón de mierda, hay una palabra que creo que se ajusta al dedillo, y esa es mafia. Lo cuenta bien Yago Álvarez, y en El Salto lo hemos explicado y denunciado largo y tendido con una extensa ristra de artículos sobre cómo gobiernos conservadores y ultras riegan con dinerito fresco —y público— pseudomedios de comunicación especializados en ser la parte más asquerosa, olorosa y putrefacta del montón de mierda. Que tus impuestos vayan a semejante calaña es algo que también debería producir serias apreturas de dientes, al más puro estilo bruxista.

Seamos serios. Que organizaciones estilo Manos Limpias o Abogados Cristianos —por citar solo dos— puedan seguir permanente e insistentemente perpetrando sus atentados políticos sin ningún tipo de consecuencia no es ni lógico ni aceptable en una democracia que se jacte de serlo. Una panda de ultras utilizando la justicia y fabricando bazofia, todo ello amplificado por el montón de mierda mediático, que a su vez recibe su sustento de partidos que participan de esa estrategia de fake news y acoso insistente es más propio de una novela de ciencia-ficción que de una democracia que se base en la convivencia y la lógica. Y todo con dinero público.

Sí, lo sabemos, es una tendencia global. Bolsonaro, Milei, Meloni o Trump nacen de ese proceso, cocinado a fuego lento en las cloacas estadounidenses en los inicios de los años 2000. Les ha funcionado, y va a más. Llevan décadas poniendo inmensos recursos y toda la carne en el asador para que sus posicionamientos ultras triunfen, llevándose por delante el periodismo, la calma y la convivencia. En El Salto tenemos claro que pondremos nuestro grano de arena para pararles los pies, aunque no nos llegue un duro de su mafia, aunque solo subsistamos con el dinero de gente que pone una pequeña parte de su sueldo para que existan medios fuera del montón de mierda, que no estén controlados por fondos de inversión o multinacionales foráneas o patrias.

EL SALTO DdA, XX/5622