Lazarillo
La verdad que a este Lazarillo hay cosas que le sorprenden aún a estas alturas de su vida, que no es poca, y la del país en el que vive. No habiéndome creído la espontaneidad de la conmoción que en el PSOE y medios afines ha tenido el anuncio de dimisión comunicado por Pedro Sánchez si sus reflexiones -en compañía de su amada esposa- así lo estiman este fin de semana, el mensaje lanzado por Jordi Évole al respecto me ha parecido un poco simple. Ha escrito el periodista catalán que si el Presidente del Gobierno dimite se va a lo grande, de una forma inédita (como su llegada a Moncloa con la moción de censura, como inédito fue su regreso al mando del PSOE) y desmontado su apego al poder. Si no dimite, se convierte en el líder contra la política basura. Siempre gana. Y lo saben. No creo pertinente afirmar lo primero, aunque acierte Évole plenamente en lo segundo. Me consta que Sánchez no va a dimitir porque con su anuncio se ha limitado a hacer campaña electoral, como líder contra la política basura, ante la doble cita de las autonómicas en Cataluña y las europeas en el mes de junio. Esto será lo que ocurra y el inédito y raro anuncio de una dimisión tendrá así su sentido, porque si Sánchez se "fuera a lo grande", como escribe Jordi, sería una cobardía en toda regla y una traición a los votantes de su partido. No puede bajo ningún concepto un Jefe de Gobierno, elegido democráticamente, ceder a la mafia política, mediática y judicial que lo ha venido acosando. Me parece que en su partido lo saben muy bien, aunque se hayan prestado hoy al montaje escénico/electoral del "te queremos, no te vayas, amado presidente", coreado por periódicos y periodistas de su cuerda como El Plural.
DdA, XX/5624
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