Félix Población
Ayer se celebró en el estadio de San Mamés un espectáculo deportivo con marcado carácter político, porque la solidaridad con los pueblos es una cuestión política. La selección de Euskadi disputó un partido con la selección de Palestina en el que lo menos importante fue el resultado deportivo final. Fue todo un homenaje masivo a un pueblo masacrado hace demasiados decenios. Supongo que entre los espectadores estaría el portero de la selección española de fútbol y del Athletic de Bilbao. Se trata de uno de los pocos deportistas que se ha permitido decir recientemente en una entrevista que no quiere para su país ni fascismo, ni racismo, ni xenofobia. Aunque luego Unai Simón haya añadido que quienes deben hablar de política son los políticos, no los futbolistas. Está en un error que sus propias declaraciones desmienten. No querer para España fascismo, racismo o xenofobia es una opinión política en defensa de la democracia. Y eso es lo que al menos deportistas con su impronta social entre los más jóvenes no deberían eludir cuando la democracia en este país vuelve a ser acosada. En el caso de Palestina y su pueblo, víctimas de un genocidio, tampoco se puede mantener silencio, porque se trata del derecho de su ciudadanía a ser libre y de oponerse a la barbarie de quienes, frente a ese derecho, se dedican a asesinar decenas de miles de niños y niñas. "El tema político -ha dicho Simón- es muy delicado y arriesgado, sobre todo porque somos personajes públicos y hay muchos jóvenes que está perdidos políticamente y que puede dejarse influir". Ni fascismo, ni racismo, ni xenofobia, Unai Simón Mendibil. Debes tener muy claro que diciendo esto puede bastar para que esos jóvenes no se pierdan ni nos volvamos a perder. Lo que hace falta es que muchos otros compañeros tuyos tengan también la dignidad de decirlo públicamente. No se puede guardar silencio ante el riesgo de nuevos tiempos de aquella barbarie, sufrida hoy por el pueblo palestino.
DdA, XXI/6169

No hay comentarios:
Publicar un comentario