Félix Población
Sorprendería hoy el silencio de la prensa conservadora ante
las palabras con las que Gabriel Rufián calificó ayer a Carlos Mazón
durante la penosa comparecencia de éste en el Congreso. Nunca, que yo recuerde,
se llamó psicópata, miserable y homicida a un político en la sede parlamentaria y, sin embargo, aunque
este político haya sido defendido por su partido y la extrema derecha, la
prensa y la radio conservadora no se han volcado en criticar a Rufián con la
airada disposición que haría al caso y que les es propia. Se entiende ese silencio si se considera
que todo cuanto sea tratar de excusar a Mazón de sus responsabilidades o
defenderlo de quienes ayer sólo escucharon más mentiras de su parte, sería
prolongar una situación que podría repercutir negativamente en las urnas y en la continuidad del gobierno de la derecha y extrema derecha en la Comunidad de Valencia cuando se convoquen elecciones. ¿Podría
darse esta continuidad después de la mala gestión de una catástrofe de la que no se advirtió a tiempo a la ciudadanía, el mantenimiento que su partido hizo de
Mazón como president de la Generalitat durante algo más de un año y todas sus deplorables comparecencias con el colofón de la de ayer en el Congreso?. Tenemos precedentes para
pensar que sí, y hasta podemos basarnos en un similar estilo de argumentación al empleado ayer
por el expresident valenciano. “Nada habría
cambiado si yo hubiera llegado antes al Cecopi”, dijo este señor mientras en la
calle los familiares de las víctimas se manifestaban con gritos y lágrimas por
las 229 personas ahogadas en la riada. No hace mucho, porque sus efectos aún
duelen y deben seguir doliendo mientras no haya justicia, Isabel Díaz Ayuso se
refirió a los más de 7.000 ancianos abandonados y fallecidos en las residencias de la región diciendo que no habría servido de nada internarlos en los hospitales porque “cuando una
persona estaba gravemente enferma con el COVID, no se salvaba en ningún sitio”. No olvidemos que, después de esto, esta señora siguió presidiendo el gobierno autonómico de Madrid con el voto mayoritario de quienes acudieron a las urnas.
DdA, XXI/6171

2 comentarios:
Realmente el egoísmo ufano de estos dirigentes (y de la gente que los vota) es demoledor y señala el éxito de las estrategias de subjetivización de la sociedad que viene articulado mediáticamente el neoliberalismo desde hace décadas... Pero hay una pequeña diferencia, en el caso de Mazón parece tratarse simplemente de un inútil inconsciente y sin muchos escrúpulos (tal como lo definió Rufián -los rasgos psicopáticos a quienes llegan a las cúpulas de los grandes partidos les vienen de serie-) que, por todo ello, puede convertirse en un momento en homicida por inacción. En el caso de Isabel DA (siempre con el sinestro "apuntador" MAR) ese egoísmo es altanero y agresivo, "a la madrileña", y por eso ella pudo llegar a decir cosas en la pandemia como que ello no iba a sacrificar los negocios de muchos miles de personas por la poca vida que les podía quedar a unos ancianos. Sin recato. Y eso no sólo es inmoral, resulta insultante.
La distinción creo que favorece a Mazón. También las circunstancias.
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