miércoles, 22 de octubre de 2025

SARKOZY DEBERÍA DEVOLVER EL TOISÓN DE ORO PORQUE EL REY NO SE LO RETIRARÁ




Lazarillo

Mira que hay días en el calendario santoral español para la concesión del preciado Collar de la Insigne Orden del Toisón de Oro (todo con mayúsculas, no vaya a ser), una joya calificada como la mayor distinción de la Corona española y cuyo valor se calcula en la módica cantidad de 50.000 euros. Pues no, va el rey de España, Felipe VI, y se la concede a Felipe González, líder otrora del Partido Socialista Obrero Español y presidente del Gobierno durante el más largo periodo del vigente reino borbónico, el mismo día que ingresa en la prisión parisina de La Santé el expresidente de aquella república Nicolas Sarkozy, que recibió esa misma distinción hace algunos años de manos del actual rey emérito, Juan Carlos I, huido de España por incurrir en cinco delitos fiscales. Sarkozy cumplirá una condena de cinco años de cárcel por financiación ilegal y asociación ilícita, por lo que se plantea ahora la disyuntiva de si el laureado delincuente debe devolver la preciada distinción o, si no lo hace, reclamarla Felipe VI. Según fuentes del palacio de La Zarzuela, el jefe del Estado español estaría a la espera de que el propio Nicolas Sarkozy devolviera el preciado collar, dado que está estipulado -según leemos- que el "agraciado que haya sido sentenciado por la comisión de un delito doloso o haya incurrido pública y notoriamente en actos contrarios a las razones determinantes de la concesión de la distinción podrá, en virtud de expediente iniciado de oficio o por denuncia motivada, y con intervención del Fiscal de la Real Orden, ser desposeído del título correspondiente a la distinción concedida, decisión que corresponde a quien la otorgó". Estamos convencidos, sin preciarnos de linces, de que el nuevo presidiario de La Santé no se va a quedar sin sus 50.000 euros, que ahora le han tocado a quien lideró al partido Socialista Obrero Español y que ha sido anunciada en la misma fecha en que Sarkozy ingresó entre rejas. Al parecer no había otro día mejor en todo el santo calendario de este reino llamado a la extinción.

DdA, XXI/6142

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