miércoles, 29 de octubre de 2025

MERCEDES GONZÁLEZ, LA EJEMPLAR CONCEJALA OVETENSE DEL TRIPARTIDO


David Acera

Se nos ha marchado Merce.
En otro momento —lejano y cercano a la vez— nos tocó compartir trabajos, anhelos y también momentos duros, tratando de mejorar este mundo que nos ha tocado vivir.
Bajo su dirección en la Concejalía de Educación del Ayuntamiento de Oviedo, trabajamos para convertir la ciudad en la capital de provincia con mayor inversión per cápita en educación de toda España, se ampliaron las becas escolares hasta alcanzar a la inmensa mayoría de la población —no solo a los pobres de solemnidad—, se mejoraron los comedores escolares, se impulsaron la Escuela de Salud y la Popular Ovetense, y se reconstruyó por completo el Albergue de Animales de Oviedo, que durante años había sido un lugar indigno tanto para los animales como para quienes trabajaban allí. Y muchísimas más cosas que, desgraciadamente, no ocuparon titulares de una prensa más ocupada en atacar que en informar de las iniciativas que mejoraban la vida de las personas.
Con permiso de mi querida Isabel Bermejo, pocas compañeras me hicieron perder más pelo y ganar más canas que ella… y, al mismo tiempo, de pocas personas he aprendido tanto. Siempre firme, Merce encarnaba aquello que decía Mao Zedong: en la vida hay que ser como un junco, firme en la base y flexible en la superficie. Aprendí con ella que las altas murallas de la injusticia no siempre caen a cabezazos; a veces se derrumban también con palabras amables, con la capacidad de tejer complicidades y, sobre todo, con cabeza, trabajo y buena gestión.

Fueron muchas las discusiones compartidas, muchas canas —probablemente mutuas— y, creo que también cariño y respeto compartidos. Merce era una cristiana convencida, pero no de las que solo hablan o se golpean el pecho: trabajó para construir el Reino de los Cielos en el más acá, sin esperar al más allá. Quiso echar a los mercaderes del templo y hacer del milagro de los panes y los peces —y de su reparto justo— una realidad cotidiana.
La última actividad que compartimos fue la organización de un gran concierto, que ella me animó a presentar, contra el genocidio palestino en el teatro Filarmónica, hace muy poquitos meses y con su enfermedad avanzada. Así fue su vida: trabajando y peleando por los demás hasta el final.
Siempre en su equipo, doña Mercedes.
Seguimos en la pelea.

DdA, XXI/6149

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