Lazarillo
Como tantas otras veces, porque el olvido es muy largo, hay que asomarse a Google para recordar lo que fue el llamado Ferrerasgate. Lo hace este Lazarillo a propósito de la campaña de promoción que con motivo del inicio de la temporada están haciendo todo los canales de televisión, incluida La Sexta, de cuya directiva forma parte el protagonista del Fererasgate, Antonio García Ferreras. Da un poco de vergüenza ajena comprobar en esa campaña el énfasis que se hace en una información objetiva y un periodismo de calidad, con rigor y profesionalidad, cuando el Ferrerasgate supuso un caso de bulo informativo bochornoso -no manipulación como se lee en Google- con carácter difamatorio, llevado adelante por García Ferreras, como presentador del programa Al rojo vivo, contra el líder de Podemos Pablo Iglesias. A quien fuera vicepresidente del Gobierno después, se le acusó en 2016 de tener una cuenta bancaria en Granadinas y haber recibido dinero del presidente venezolano Nicolás Maduro. Es de recordar que el presentador más rebelde, más valiente y provocador que nunca -tal como se promociona esta temporada el programa del Gran Wyoming El Intermedio- se mantuvo bien calladito ante el Ferrerasgate, y ahí sigue, una temporada más, algo que no habría ocurrido de permitirse la crítica que hubiese merecido hace nueve años la burda patraña de su jefe.
DdA, XXI/6090
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