Félix Población
Se van a cumplir dos años del comienzo de la masacre planificada por el Estado de Israel para arrasar la Franja de Gaza. La mayoría de los medios siguen llamando a aquella barbarie una guerra. Lo leemos en la información facilitada hace unos días sobre el cortometraje difundido por la BBC y las agencias France Press (AFP), Associated Press (AP) y Reuters. Dos años y muchos miles de asesinatos después, y luego de la gran masacre de dos centenares y medio de profesionales de la información -en su mayoría palestinos, cuyos nombres en voz alta cuesta leer más de cuarenta minutos-, las citadas agencias reclaman que se permita la entrada de periodistas internacionales en la Franja de Gaza "para compartir la carga con los reporteros palestinos que se encuentran allí, de modo que todos podamos dar a conocer los hechos al mundo", según cita literal". La aludida película se estrenó en Nueva York recientemente en un evento organizado por el Comité para la Protección de los Periodistas, coincidiendo con la Asamblea General de Naciones Unidas. Incluye imágenes de acontecimientos históricos y atrocidades captadas por periodistas. Entre ellas se encuentran escenas del desembarco de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Vietnam, la hambruna de Etiopía de 1984, las protestas de la plaza de Tiananmen en China, el genocidio de Ruanda, la crisis de los refugiados sirios y la guerra en Ucrania. Tal como está redactada la noticia, pareciera que, una vez realizado el documental, a la BBC y a las otras tres agencias internacionales se les hubiese ocurrido reparar en haber olvidado durante casi dos años lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza, pero ya sabemos que no. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) prohibieron la presencia en el territorio de periodistas extranjeros por razones de seguridad, plegándose mansurronamente los medios de comunicación a que así fuera sin apelar al derecho a la información. Las FDI demostraron después que las razones de seguridad eran un argumento sólido. Víctimas de ellas fueron los más de 250 periodistas palestinos asesinados, los únicos que posiblemente tuvieran información útil que aportar a ese cortometraje exhibido hace unos días en Nueva York y también a la Corte Penal Internacional. Hubiera sido lo idóneo en un acto coincidente con la octogésima Asamblea General de las Naciones Unidas, la organización que dio a aquella masacre el nombre de genocidio y que en esa asamblea mostró públicamente su repulsa al primer ministro israelí.
HACE 25 AÑOS
DdA, XXI/6119
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