Félix Población
Siempre que durante los últimos días, semanas ya, nos referíamos aquí a la falta de prevención y efectivos con los que se cuenta para tratar de evitar o sofocar una vez iniciados los incendios forestales, con resultados tan desastrosos como la muerte de cuatro personas y la quema de casi 400.000 hectáreas en España -casi todas a lo largo de este mes de agosto-, dábamos por supuesto que dentro de esa esas dos carencias incluíamos la falta de vigilancia de nuestros montes. Dado que está siendo en las provincias más despobladas del país donde ha sido mayor la devastación provocada por el fuego, es de todo punto necesario que, contando con esa involución demográfica y una menor actividad agraria, la vigilancia sea mucho mayor de la que actualmente se dispone. Un porcentaje significativo de los incendios, además, son intencionados, por lo que no parece que la actividad del SEPRONA (el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) haya sido muy exitosa en este sentido, no sé si también por falta de efectivos o de coordinación. Hasta ahora, mientras el país sigue ardiendo en la vertiente noroeste sobre todo -con la mayor superficie de hectáreas quemadas-, sabemos que han sido detenidos 37 supuestos pirómanos. Desconozco si, habiendo sido tan frecuente la actividad incendiaria de estos desalmados a lo largo de los últimos años, hay alguno de ellos actualmente en la cárcel por su proceder terrorista. No me gustaría que, de estar entre rejas, estuvieran asistiendo como espectadores a lo que otros de sus colegas han vuelto a provocar en el país con resultado trágico para la vida de las personas y los pueblos. Si esos 37 detenidos son finalmente sentenciados una vez demostrado su delito, se les debería imponer, además de cárcel, una muy activa y completa jornada laboral consistente en la reforestación de lo que su vileza y ruindad han ocasionado como terroristas.
DdA, XXI/6080
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