sábado, 23 de agosto de 2025

LAS CASI 100.000 HECTÁREAS QUEMADAS Y VÍCTIMAS DEL ABANDONO, OTRA VEZ


Félix Población

Incluido en lo que se ha dado en llamar rectángulo de fuego junto a las provincias abandonadas de Zamora y Orense, el balance de hectáreas calcinadas en la provincia abandonada de León se acerca a las 100.000. Sumadas las del resto de provincias en Castilla y León -sobre todo Salamanca, otra provincia abandonada de España- el total llega ya a las 150.000 hectáreas. Teniendo en cuenta los precedentes desastres ambientales en años anteriores, con los incendios de Ávila en 2021(provincia abandonada, más de 74.000 hectáreas quemadas) y Zamora en 2022 (60.000), está claro que el gobierno de la Junta de Castilla y León debe ser suspendido en esta materia y que el consejero de Medio Ambiente debería dimitir, pues bajo su gestión se ha registrado uno de los mayores desastres forestales de Europa y me parece en cualquier país de Europa ese consejero estaría ya en la calle. Que los expertos subrayen una confluencia de factores como las altas temperaturas, el abandono rural, la velocidad expansiva de las llamas y los casos que haya podido haber de incendios intencionados, no exime al gobierno autonómico de su responsabilidad por enfrentar con carencia de medios el dispositivo, llegar en muchas ocasiones tarde y no prestar la vigilancia requerida en circunstancias como las que se estaban dando este verano. A ello hay que sumar su negativa a plantear el nivel 3 de emergencia y la tardía respuesta del gobierno central y otros gobiernos autonómicos en prestar la ayuda que luego de más de una semana llegó junto a la de bomberos forestales y maquinaria llegados de algunos países de Europa (¿para qué estamos en la Unión Europa?, ¿sólo para rearmarnos a las órdenes de Trump y no para cuando un 40 por ciento de la superficie quemada en el continente este verano pertenece a nuestro país?). Mientras aún siguen ardiendo los montes leoneses, este es el balance por ahora (casi 100.000 hectáreas, un 6 por ciento del territorio) de un desastre anunciado y no prevenido en una de las tres provincias abandonadas de eso que se ha dado en llamar comunidad de Castilla y León y que deberían haber conformado en su día la región autonómica del viejo reino leonés. Sería una medida de justicia y equidad reparar ese gran error de la transición, visto que esas tres provincias de la histórica región leonesa han venido siendo marginadas y despreciadas por los sucesivos gobiernos del Partido Popular a lo largo de cuarenta años. Cierto, para probar con otro gobierno hay que votar a otros partidos, pero esto todavía no ha calado después de cuatro décadas de abandono, que sigue vaciando esas provincias, en la mente de la mayoría de los ciudadanos que las habitan. Me resisto como demócrata a creer, como cree una tertuliana de plató, que a los políticos no les interesan los incendios porque para prevenirlos se necesitan políticas a largo plazo. ¿Qué es la política sino administrar un país o una región con perspectivas de futuro?

@Léase también: Ángel Malanda, bombero forestal de Castilla y León: Llevamos sesenta años de retraso en la lucha contra incendios.



DdA, XXI/6081 

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