Esto es bochornoso. Son demasiados testimonios los que nos llegan, a través de los medios y por personas que están viviendo la situación en su lugar natal -en distintas comarcas de la provincia de León-, acerca del avance del fuego en sus montañas sin que lo frene operativo alguno, dos semanas después. El testimonio de mi querido amigo Alejandro es uno más, al que le mando desde aquí un cariñoso abrazo, pues bien sé lo arraigados que tiene sus sentimientos hacia el hermoso Valle de Fornela, cuyos pueblos (Faro, Cariseda, Peranzanes, Trascastro, Chano, Guímara y Argayo del Sil) han sido evacuados.
Alejandro Álvarez López
El fuego sigue avanzando (con bastante libertad, añadiría yo) y hoy a las 7:30 de la tarde han decidido la evacuación de todos los pueblos del valle. El consejo es dirigirse a Fabero, al polideportivo. Bajamos. He encontrado 8 coches de guardia civil. En un punto del trayecto, con el fuego justo al lado de la carretera, llegaba en ese momento (nosotros éramos de los últimos en bajar) un camión de bomberos con dos personas. Fue la única dotación material y personal que vimos.
El fuego lleva 10 días avanzando: ha atravesado ríos, cumbres y vaguadas. Es cierto que hay mucha sequía y eso podría disculpar la catástrofe. Pero no: son demasiado evidentes las carencias de medios materiales y humanos para combatirlo, es demasiado indignante la falta de una política medioambiental global y seria para hacer frente a uno de los problemas más graves que tiene la humanidad en este momento y el que, junto al belicismo imperante, más nos sitúa al borde del abismo. Pero la ceguera política de unos, la ideología negacionista de otros y la cobardía de los demás está siendo la causa de que la catástrofe global siga avanzando sin que se tomen medidas para pararla. Lo mismo que en estos días está sucediendo con el fuego que avanza sin que nadie lo pare hacia los montes y pueblos de Fornela (como seguramente sucederá con otros de los que no soy testigo).
INEPTITUD Y NEGLIGENCIA MANIFIESTAS
La prevención vuelve a ser la debilidad de una región que tiembla cada vez que los problemas se convierten en ogros por la pésima gestión de sus dirigentes políticos. La negligencia de la Junta de Castilla y León en materia de prevención de incendios es flagrante. Es espeluznante escuchar al periodista de EL PAÍS en Castilla y León narrar episodios de abandono, maltrato institucional, precariedad, desidia y falta de planificación por parte de una administración que no afronta los problemas desde la raíz. Es sobrecogedor escuchar los testimonios de paisanos desalojados de sus casas, viendo peligrar sus vidas y sus trabajos, alcaldes de pueblos afectados y bomberos que tiran de sus propios recursos para intentar mitigar la voracidad del fuego. La ciudadanía se está organizando a espaldas de una administración regional que no asume responsabilidades, que vive ajena a una sociedad harta de promesas. Ana Belén Pérez Villa
DdA, XXI/6077
No hay comentarios:
Publicar un comentario