Era costumbre inveterada en los elementales y casi siempre infectos retretes públicos antiguos, que en España fueron los de la posguerra hasta bien avanzada la dictadura, que a falta de papel higiénico hubiera, en el mejor de los casos, papeles de periódico con los que limpiarse la mierda residual de las defecaciones. Si había suerte con la página y dilación en el cometido, el usuario del público recinto podía entretener el proceso con la lectura de alguna información que le interesara en aquella Prensa mayormente del Movimiento.
Pienso en esto porque Andrés Rábago, nuestro admirado El Roto, que hoy anda por la villa Gijón, posiblemente estableció una relación entre aquellas lecturas y el frecuente uso de teléfono móvil en los váteres para entretener la evacuación de heces. De ahí la viñeta, pasando -como es habitual en sus lúcidas ocurrencias- de la anécdota costumbristas a una consideración sociológica más trascendente.
Hoy, salvo en contadas ocasiones y por imperativos de improvisación o sobrevenida urgencia, pocas veces nos vemos impelidos a hacer uso del papel de periódico para limpiarnos la mierda, pero teniendo en cuenta la actualidad patria es el mejor destino al que se puede destinar la información de un país que ha hecho de la corrupción política materia clave para decidir los cambios de gobierno.
Nada de evaluar los méritos en tal desempeño de uno y otro partido en el ejecutivo. Lo que cuenta es el "y tú más" en el grave problema estructural que afecta a España y al que los medios de uno y otro signo se vuelcan con un frenesí paranoico cada vez que se destapa mierda en las cloacas del régimen de 78, como esta ocurriendo estos días con el PSOE de los secretarios de organización.
Desconozco qué dirá la historia de este régimen, a la espera de que no sea lo hasta ahora oficializado, pero si se aproxima a lo que estamos padeciendo desde hace demasiados años, la corrupción política será una de sus notas distintivas, con un paréntesis quizá dedicado al único partido que no robó en su corta trayectoria con responsabilidades de gobierno, pero al que sí se le acosó y difamó con todo tipo de patrañas y falsas acusaciones, muy aireadas por los medios.
La colaboración servil prestada por éstos para intentar acabar con ese partido, da idea de hasta qué punto el régimen del 78 ha llegado a un estado de putrefacción alarmante en varios e importantes ámbitos. Como desenlace previsible hay quien empieza a hablar de un cambio de régimen, pero no el que con ilusa creencia atisbábamos hace quince años. Con el 15-M, escribe Monereo, se pasó de hablar, en verdad solo hablar, de proceso constituyente a tener que enfrentar, es donde estamos, una situación donde lo que viene es un proceso destituyente que preludia un cambio de régimen.
Puede que nadie imaginara hace tres lustros que estaríamos donde estamos después de aquella primavera en las plazas y en las calles. ¿O sí? La respuesta está en las páginas de nuestra historia.
Léase@también: A la podredumbre del felipismo le sucedió la banda de cuatreros de Aznar; al agua de borrajas de Zapatero (el pobre hombre todavía no se ha enterado que el 15-M se levantó contra él) las cloacas de Mariano; y a Pedro el guapo imagínense quién. Es lo que pasa cuando piensas que sólo se puede elegir entre lo malo y lo peor. PSOE y PP son la cara y la cruz de la misma moneda: se llama bipartidismo y siempre gana la banca. Llevamos siete años de cara y ahora nos tocan unos cuantos de cruz. David Torres: El PSOE lo vuelve a hacer
DdA, XXI/6.013
1 comentario:
La corrupción va unida al poder, salvo que haya muy eficaces mecanismos de control. No los hay, ni en España ni seguramente en ningún estado moderno. La diferencia es que en España es una continuación del franquismo.
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