Esta mañana, bien avanzado mayo, pasé en bici por La Losilla (León) y me sorprendió observar entre las decenas de nidos de cigüeña que se puede encontrar en la arboleda que existe en torno al arroyo Colle, con los pollos ya en predisposición de ensayar los vuelos que les harán recorrer largas distancias cuando el verano aún no haya concluido, que en la espadaña de la iglesia de la localidad había una pareja de cigüeñas, sin que en lugar tan habitual para la crianza hubiera el más mínimo asomo de nido. Mi primera impresión fue pensar que a las dos se les había pasado el tiempo de cría sin querer y se echaban una bronca a crotoreo limpio, lamentando no haber descubierto antes esa espadaña libre para tal menester. Luego reparé en la cruz y me dije que una de ellas bien podría haberle replicado a la otra que el símbolo de las cristiandad les habría impedido tan encomiable objetivo. También pensé si algún día en esa espadaña no hubo cruz y en tiempos pasados pudieron anidar otras parejas de cigüeñas. Lo cierto es que, entre una cosa y otra, cuando me detuve para hacerles la correspondiente fotografía que dejara el testimonio de una pareja de cigüeñas sin nido en una espadaña en tiempo de crianza, las dos aves echaron el vuelo dejándome sin el testimonio gráfico correspondiente, como si lo suyo hubiera sido sólo un posado retórico para llamar la atención de este Lazarillo sin que del mismo quedara constancia.
DdA, XXI/5.996
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