Félix Población
Eran las seis de la tarde de ayer cuando una noticia fechada el pasado martes sólo había aparecido publicada en español, según los titulares de Google, en 20 Minutos, Tercera Información, el diario La Jornada de México, la agencia de noticias china Xinhua y algún medio más. Se trata de la presencia en Cannes del periodista australiano Julian Assange con motivo de la presentación en la edición del festival internacional de cine correspondiente a este año del documental The Six Billion Dollar Man (El hombre de los seis mil Billones de dólares).
Dirigido por Eugene Jareck y protagonizado por el propio Julian Assangge, en el film se cuenta, a partir de la fundación de su agencia, el largo y duro proceso judicial y político -con encarcelamiento incluido en una cárcel londinense de alta seguridad- a que fue sometido Assange después de la publicación de documentos clasificados (400.000 sobre la invasión de Irak) que reflejaban torturas y crímenes de guerra por parte de Estados Unidos y que fueron difundidos a través de Wikileaks.
La cifra que da título al documental hace referencia al supuesto valor económico e impacto global de la información que Assange hizo pública, con la colaboración de los más importantes periódicos del mundo. Sobre la figura del periodista se ha extendido desde entonces un velo de silencio que ha llegado hasta el festival de cine francés, con todo el valor informativo que tiene el film que protagoniza.
Como no podía ser de otro modo en quien hizo posible una de las páginas más memorables de la historia del periodismo internacional, Julian Assange apareció en Cannes vistiendo una camiseta en la que consta el número de los 4.985 niños palestinos menores de cinco años que fueron asesinados hasta ahora a causa de los bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza desde octubre de 2023, según datos de las organizaciones humanitarias.
Es de suponer que además de su indignación por esa masacre de menores, a Julian Assange le haya afectado también el asesinato en Gaza de más de 200 periodistas y demás profesionales de la información palestinos, cuya vida y testimonio periodístico han quedado silenciados para siempre, porque con ellos se acabó a muerte.
Cabe preguntarse, ante el propio silencio de Assange después de haber padecido un prolongado acoso y persecución por parte de Estados Unidos, si el periodismo internacional libre y crítico que representaba su agencia será sólo ya una brillante página de la historia. Tal como el gobierno de Netanyahu ha demostrado con los periodistas asesinados en poco más de año y medio, hasta se podría pensar que aquel episodio de Wikileaks se puede quedar como una página excepcional con muchas dificultades para volverse a repetir*.
*Sería muy oportuno e interesante que algún medio intentara entrevistar a Julian Assange con motivo de la película mencionada, el genocidio en Gaza y la masacre de periodistas perpetrada por el Estado de Israel. Está claro que el mundo ha ido a peor desde que se le persiguió y encarceló por contar la verdad. Nunca como en Gaza se asesinó a tantos periodistas que intentaban lo mismo.
The Six Billion Dollar Man
DdA, XXI/5.994
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