Félix Población
Era muy prometedor que Jesús Cintora volviera a la televisión pública con un programa que en principio parecía tener como propósito el desmontaje de bulos y patrañas en los medios de comunicación y redes sociales, tan pródigas estas últimas en falacias y tergiversaciones.
Me extrañó que la dirección de TVE optara por emitir al unísono Las malas lenguas en La Uno y La Dos, así como el horario de difusión, a última hora de la tarde. Ambas circunstancias han cambiado un poco a los pocos días, pasando a emitirse exclusivamente en La Dos y un cuarto de hora más tarde. Esto denota, obviamente, que quizá se acordó lo primero de modo precipitado, o que Las malas lenguas no está dando el nivel de audiencia que se esperaba, dado el predicamento profesional y crítico de su director y presentador.
Los datos no son nada halagüeños y cabe pensar que Cintora se está equivocando en algo, si bien no puedo saber en qué, puesto que sólo he visto una parte del programa. Me atrevería a sugerir que el formato, por repetitivo, y los analistas políticos, por lo mismo, están demasiado vistos, y que para hacerse notar con alguna diferencia con el resto de programas similares en los demás canales privados, Jesús Cintora debería explorar más la vida cotidiana, la realidad que afecta a diario a la ciudadanía, dando menos cancha a la política oficial, que ya cuenta con sobrada y con frecuencia tediosa y bochornosa visibilidad.
Juega en contra de Las malas lenguas que se emita a una hora no habitual para cosechar grandes audiencias, sin que se pueda entender que esta posibilidad sí la tengan programas de concursos o programas/relleno con un horario preferente. De los algo más de 900.000 espectadores de la primera emisión en los dos canales, Cintora pasó a los poco más de 600.000 con la segunda, quedándose con poco más de 300.000 cuando Las malas lenguas sólo se emitió en La Dos.
Si TVE tiene de verdad interés en recobrar audiencias con Jesús Cintora, un profesional que sí las tuvo en La Uno hace años en horario matinal, su programa debería pasar al tiempo nocturno en que más personas están conectadas a la televisión, lo que se llama prime time, y Cintora, por su parte, debería tratar de ser más original en el formato y contar con analistas menos repetitivos en los estudios y platós.
DdA, XXI/5.962
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