LA CENIZA DE LA CRUZ EN LA FRENTE DE MARIO RUBIO

Félix Población

Quienes profesamos por obligación en un tiempo la religión católica en aquella España donde tanto poder tuvo la iglesia de Roma, sabemos que una cruz de ceniza en la frente del feligrés marca el inicio de la cuaresma, periodo de cuarenta días antes de la Pascua. Esta celebración, que cada año cambia de fecha  con arreglo a las fases de la luna y el equinoccio de primavera, es conocida como Miércoles de Ceniza y fue en esta ocasión el 5 de marzo. Este día, el secretario de estado de Donald Trump quiso ostentar la cruz de ceniza en su frente durante una entrevista concedida a la Fox News, el canal de televisión más conservador de Estados Unidos. Quizá lo hizo para ganarse a la ciudadanía católica más reaccionaria de su país, habida cuenta las desavenencias entre su jefe y el papa Francisco, que como es sabido se ha mostrado muy crítico con la política de las deportaciones de migrantes con la que Trump inició su mandato. Las deportaciones, subrayó el pontífice, lastiman la dignidad de las personas  y esto no es una cuestión menor: "Un auténtico Estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, las más pobres y marginadas". No sabemos de momento si Francisco superará la gravedad de su enfermedad, si se mantendrá al frente de la iglesia de Roma o pasará al retiro -con la posibilidad de que Trump tenga en el solio de San Pedro a un papa más afín-, pero la cruz de ceniza de Mario Rubio es todo un escupitajo de hipocresía a todos los cristianos de buena y evangélica fe del mundo, porque lo que lleva el secretario sobre su frente no son las cenizas de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos, según es tradición, sino las del pueblo palestino masacrado por las armas de su país, especialmente las de varias decenas de miles de mujeres, ancianos, niños y niñas asesinados.

DdA, XXI/5.923