miércoles, 19 de marzo de 2025

CARTAS A MI NIETA MALENA: LOS CHINITOS SOMOS AHORA NOSOTROS



Félix Maraña

Que sepas, querida nieta, que en aquel tiempo, entonces, había un continente, que se llamaba Europa, que parecía un país grande y fuerte, moderno, muy moderno, pero que no era tan moderno, ni fuerte ni grande. Tampoco era país. Y un día fue invadido por un virus muy malo, muy malo, muy malo, que contagió a miles de ciudadanos, algunos enfermos muy enfermos. Y entonces, querida nieta, pidió auxilio a China, que sí era un país, incluso era otro continente. Y los chinos de China, que eran muy modernos, muy modernos y muy solidarios, enviaron a aquel lugar llamado Europa a médicos, medicinas, instrumentos de sanación. Y quiero que sepas que los chinos ayudaron a los europeos, quienes desconocían su identidad o carecían de ella, a salvar muchas, muchas vidas. Cuando el aitona era niño, salíamos a pedir limosnas en colecta, para salvar a los chinitos. Decían que había que salvar a los chinitos del infierno, porque eran infieles. La amona también pedía de niña, y era muy buena pidiendo, para salvar a los chinitos de entonces. Pero luego supimos que el dinero recaudado nunca llegó a China, porque lo administraban a su antojo las empresas de organización de las conciencias. Nos engañaron, pero los niños de entonces dormíamos tranquilos, al saber que habíamos salvado a los chinitos de ir al infierno. Ahora, el infierno somos nosotros. Y los chinitos de ahora vienen a liberarnos de este infierno. El aitona, querida nieta, da por buenas aquellas colectas de la infancia: era nuestra inversión de futuro. Porque los chinitos, Malena, ahora somos nosotros.

DdA, XXI/5.935

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