domingo, 23 de febrero de 2025

NO ES QUE QUEDEN SIN PALABRAS, ES QUE ESTÁN A LA VENTA


Lazarillo

No es la primera vez que se habla del silencio de los intelectuales en los últimos años, que ya van siendo muchos. Tampoco se ha dejado de hablar de la involución que han experimentado algunos de los que así fueron considerados en el pasado. No hace falta repetir los nombres. Nuestro admirado Andrés Rábago, si por algo se caracteriza, es por acompañar a sus dibujos de una frase rotunda y concisa que los haga más explícitos de contundencia y/o ironía. Es el caso de la que explica el silencio de los intelectuales porque se han quedado sin palabras. Pero mi estimado Javier Batanero, cantautor, actor y guionista, al que tanto quiere mi reencontrado primer redactor jefe Valentín Martín, ha sabido acertar con la réplica pertinente a la frase de El Roto: "No es que queden sin palabras, es que están a la venta". Ahora sí que no cabe añadir una palabra más. Sólo cabe pensar en lo que puede comportar que los intelectuales, y por lo tanto sus palabras, están a la venta, porque eso puede llevarnos a pensar que todos vamos siendo ya mercancía.

DdA, XXI/5.916

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