Fernando Granda
Estrena este febrero su cuadragésima temporada la compañía y escuela de teatro La Cuarta Pared, un grupo de jóvenes que abrieron en Madrid un nuevo tipo de teatro, actual. Cuarenta años en pequeñas salas con obras de la vida de hoy. A partir de entonces el teatro se modernizó, sin abandonar las obras clásicas, desde salones montando una veintena de sillas para realizar un representación de piezas de autores nuevos, gente de hoy que llevaban, llevan a los pequeños escenarios la vida del siglo XX, hoy la del XXI.
Nací y crecí en un pueblo industrial asturiano donde, aparte de los grandes montajes mineros y siderúrgicos, el edificio más emblemático de La Felguera era un gran teatro, el Teatro Pilar Duro, a donde llegaban compañías nacionales más o menos una vez al mes. Eran en su mayoría obras de autores clásicos que se representaban con su atrezzo original, obras de Lope, Calderón… y de vez en cuando obras costumbristas asturianas de Pachín de Melás, José León Delestal…
Llegué a Madrid para estudiar y el primer año asistí a un pequeño curso donde al final nos entregaron un diploma de “director de grupos teatrales”. Pero acudir al teatro era caro para un estudiante, así que comprábamos entradas del último anfiteatro, desde donde veíamos la calva de Cara de Plata. Aprovechábamos también ofertas para estudiantes en los teatros nacionales para contemplar temporadas de obras secundarias de los grandes monstruos de nuestro teatro clásico y de vez en cuando reuníamos suficiente pasta para ver alguna obra de autores internacionales clásicos o modernos.
Hoy vivo en un barrio con cierto bagaje intelectual, una franja del distrito de Chamartín, que incluye La Prosperidad-Ciudad Jardín –donde residen o residieron Ana Belén y Víctor Manuel, Miguel Ríos, Alberto Sanjuán, Rafael Sánchez Ferlosio, Gabriel Celaya y Amparitxu…–, barrio donde desaparecen los comercios locales pero gracias a la popularización traída por La Cuarta Pared han nacido, al menos, tres pequeñas salas de teatro (alternativo según antiguo lenguaje popular) que representan obras de hoy, con interactuación de actores y público en algunos casos, y con obras sobre la cotidianidad de la vida actual.
“El Tríptico de la Vida” es el título de la conmemoración, entre este febrero y el próximo abril, de la cuarta década de resistencia de La Cuarta Pared, un proyecto llevado a cabo por tres directoras, “tres miradas distintas y genuinas sobre aquello que construye la vida, nuestras vidas”.
DdA, XXI/5.916
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