CHOPERAS PARA EL PORMA EN LA VILLA DE BOÑAR

Félix Población

Lo que se merece un río de montaña leonés como el Porma, kilómetros abajo del embalse que lleva su nombre y el del escritor e ingeniero Juan Benet que dirigió las obras, son sendas choperas altas y enhiestas a una y otra orilla, en concordancia con el paisaje de las tierras altas de esa provincia. Fue con José Ortega y Gasset, leyendo sus Notas de andar y ver, con quien aprendí a interpretar y admirar desde la ventanilla de los trenes ese rasgo de identidad del paisaje leonés. Desde el airoso puente medieval de Boñar, muy cerca del tantos años abandonado balneario -ahora por fin en vías de recuperación para dar aliento a una tierra despoblada-, se echa de menos en las orillas del río una arboleda que marque las orillas de las aguas y se deplora que, en su lugar, los tocones de los árboles cortados o descuajados por los vientos sustituyan a la que podría ser una doble ringlera forestal que diera realce al paraje, en concordancia con los más bellos y característicos cauces de los ríos leoneses. Hace unas semanas vi aparcado junto al puente el vehículo de una empresa destoconadora que posiblemente estuviera allí para algún tipo de trabajo en este sentido, quizá para hacer sitio en las orillas del Porma en Boñar a una joven arboleda. Sería un aconsejable propósito destoconar el Porma para hacerlo más río y más leonés con sus altas choperas, las que mueven los fríos aires de montaña y se encienden de verdor con la primavera, las que hacen más honda la respiración de los otoños y me movieron de adolescente a amar estas tierras y sus límpidos cielos, leyendo como una oración de fe literaria aquel librito del filósofo español desde la ventanilla de los viejos trenes, cuando toda la vida estaba por delante y eran tantos los anhelos que se desprendían de los sueños como tránsitos de vida y de palabra.

Léase@tambien: Radiografía de los chopos, un sector que ha convertido a la provincia en potencia nacional

DdA, XXI/5.906