Lazarillo
Junto con el brazo en alto de Elon Musk saludado por dos veces al respetable en la toma de posesión del cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos, algo que se interpreta como un guiño nazi-fascista a la ultraderecha internacional presente y ausente en el acto, lo más destacable para este Lazarillo fue el sombrero de ala ancha de la esposa del presidente. No sólo impidió que durante toda la ceremonia se le vieran los ojos a Melania, denotando quizá la falta de interés de la primera dama por la misma, sino que en el momento del beso protocolario de su marido, tal como lo recogió la prensa mundial, Trump no pudo acceder a la mejilla de su esposa. El ala del sombrero diseñado por Eric Javits y elegido por Melania para asistir al acto de investidura evitó ese contacto, que más parece un nuevo desplante entre ambos en público, sumado a los que protagonizaron durante la primera etapa de su esposo en la Casa Blanca. Recientemente fue noticia en la CNN que Melania no tiene intención de residir todo el tiempo en la Casa Blanca, dado que no lo llevó bien anteriormente. Una de las primeras decisiones de Melania ha sido no acudir a la reunión previa al acto de este lunes en el Despacho Oval de Trump con el presidente saliente, Joe Biden. Se espera que Melania pase la mayor parte de su tiempo entre la ciudad de Nueva York y Palm Beach, Florida, según el mencionado medio, donde también se dice que sí estará presente en los eventos importantes y tendrá su propia plataforma y prioridades como primera dama. Me gustaría pensar que entre esas prioridades figurase una entrevista con Claudia Sheinbaum para una armoniosa relación entre vecinos.
DdA, XXI/5.886
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