Félix Maraña
TVE de Franco, incorporada ya a su plantilla la gramática fluida de una princesa de España, como Belén Esteban, lo que quiere ahora es consolidarse como el Telecinco de la basura, para lo que aprieta con Broncano, original en algunos pasajes, pero que tropieza en la gramática, la prosodia y la historia tanto o más que la Belén. En su programa, en donde compareció Fernando Arrabal, un intelectual libre de marca, quiso marcarlo haciéndole preguntitas de gracioso, pero Arrabal, que ya vino peinado de casa, en esta ocasión no cayó en la trampa. Lo que quería Broncano era que Fernando montase la bronca de su borrachera con Fernando Sánchez Dragó [ver vídeo]. Pero Arrabal llegó, pasó de Broncano y dijo lo que le venía gana. No es difícil pensar que Broncano y su cuadrilla esperaban un escándalo mayúsculo de un escritor, un intelectual entero, que un día vino a Barcelona y anunció que se la había aparecido la virgen santísima, por supuesto, dijo, que es la virgen más española. Nadie quiso creer a Fernando por esta aparición, llamándole de todo, y apelando a su enajenación. Fernando se quejaba de que no le creíamos que en las Ramblas pudiera pasearse a cubero una virgen de las de verdad. A Fernando no le cree nadie. Acaso Carlos Edmundo de Ory y este que lo es. Fernando no es todo y sabe a qué hora hay que beber, o venir bebido de casa. Y si Broncano se quiere reír de alguien, que procure reírse de sí mismo, que sabe cómo se hace. Por cierto, dejo constancia de que yo no vi el programa en cuestión, pero hoy te lo meten hasta en los bolsillos. Y tampoco lo veré.
DdA, XXI/5.884
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