Lazarillo
Algunos, entre los que se encuentra este Lazarillo, quisimos ver y soportamos durante un cierto tiempo las transmisión con sonido ambiente -sin comentarios de cronista alguno- que se hizo de la inauguración de la nueva catedral de Notre Dame, más que nada para observar de cerca el tinglado de la farsa entre los jefes de estado y de gobierno asistentes al evento y, también, las detenidas tomas en detalle y perspectiva de la catedral gótica, blanca y radiante. Como la tarde estaba metida en lluvia, cada uno de los asistentes hubo de ser atendido durante medio minuto, al bajar del vehículo y acceder a cubierto, por una señora que apenas podía cubrir con un paraguas la talla de algunos de los recién llegados, dejando sin esa atención al mismísimo presidente electo Donald Trump. Este tenía, además, un doble cometido: además de asistir a la ceremonia, celebró una reunión en el palacio presidencial con Macron y Zelenski, tal como el fotógrafo captó en el momento en que estos dos fijaban su atención en lo que decía Trump, haciéndose a la idea de lo que ocurrirá una vez acceda éste a la Casa Blanca, con la más que posible conclusión del conflicto en Ucrania, después de que millones de sus ciudadanos hayan huido del país, roto por una guerra que siempre debió haberse evitado. El valor periodístico de la instantánea radica en haberla tomado en el instante que marcará el final de lo que nunca debió tener principio el 21 de marzo de 2021.
DdA, XX/5.844
No hay comentarios:
Publicar un comentario