sábado, 21 de diciembre de 2024

COMO UNAMUNO HACE UNOS MESES, NADAL YA ES HONORIS CAUSA POR SALAMANCA

 


¿BON NADAL?

Félix Maraña

La Universidad de Salamanca ha decidido nombrar doctor Honoris Causa al deportista Rafael Nadal, sin duda por sus méritos académicos. Se da la circunstancia que a don Miguel de Unamuno, que hizo grande aquella Universidad, no fue sino hasta hace unos meses que fuera nombrado por Salamanca Doctor Honoris Causa.
En España la Ciencia, la Cultura y el pensamiento cotiza a la baja, pero los llamados éxitos deportivos cotizan en bolsa, en la bolsa del poder de los poderes, en los valores del dinero y la fama.
Y he recordado, ya que viene la Navidad (¿Bon Nadal?) estas décimas que dediqué en meses pasados al famoso tenista y a otros deportistas españoles que venden su expediente a tiranías del mundo en donde se mata por costumbre a todos los disidentes. En algunos casos, colgándolos en la plaza pública con una soga roñosa atada al cuello, para escarnio, como Arabia Saudí.
Todo esto ocurre mientras el rector de la Universidad es censurado por la Comunidad Científica Internacional por engorde artificial de su CV.

Mal, pero muy mal, Nadal
Un vulgar comisionista,
triunfante en todas las canchas,
mancha con oscuras manchas
su currículum tenista.
Deja de ser deportista,
-el salto no es baladí-
para que Arabia Saudí,
una sociedad enferma,
presuma de ser moderna
con oro manacorí.
Que con su pan se lo coma,
pues también los futbolistas,
vulgares comisionistas,
del Madrid y el Barcelona,
conducta que decepciona,
se venden por cuatro reales,
ahora que no está Rubiales,
exportando democracia.
Todos, maldita desgracia,
todos se muestran iguales.
Siglo oscuro, Sabugal ,
siglo veinte o veintiuno,
que no se salva ninguno,
su codicia es sin igual.
El mundo gira, fatal,
al cárcavo del abismo,
unos y otros, lo mismo,
forran su conciencia de oro,
sin vergüenza ni decoro,
la plata es su catecismo.
Donde las toman, las dan;
antes, Cristiano Ronaldo
se marchó por su aguinaldo,
pero le siguió Jon Rahm,
que son muchos los que están
barnizando al asesino,
un monarca tan divino
que mata en su paraíso
y celebra con un guiso
mientras ahorca con mimo.
Mal los gobiernos de España
que sabiendo que Rubiales
iba forrado a raudales
bendijeron la patraña,
y en una excursión extraña,
con fútbol hasta en la sopa,
fueron a jugar la copa
con la ayuda de Piqué,
otro mangante que fue
comisionista que atropa.

DdA, XX/5.858

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