Félix Población
La que hoy nos parece una excelente fotografía que documenta las costumbres sociales de los años treinta en la playa de San Lorenzo de Gijón, tal como quiso su autor Constantino Suárez -el profesional que mayor documentación gráfica aportó a la historia de su ciudad hasta que los vencedores de la Guerra de España lo encarcelaron y le impidieron durante años ejercer la fotografía-, fue mutilada en su día por el periódico La Prensa, en el que Suárez colaboraba cuando ya era un profesional respetado.
Me he cerciorado de esta circunstancia buscando en la hemeroteca de Gijón el ejemplar de este diario del 21 de agosto de 1932. En la sección Viñetas gijonesas, que La Prensa publicaba en el ángulo inferior derecho de su primera página, leemos un texto bastante anodino comentando la fotografía burdamente recortada, que se limita al propio cuarteto musical y cercena el entorno que rodea a los instrumentistas ciegos que componen la orquestina que tenía por poético nombre La Nueva Luz y que, al parecer, llevaba años amenizando de modo ambulante la vida callejera de la ciudad asturiana.
Gracias al nutrido y extraordinario archivo de fotografías de Constantino Suárez que el Muséu del Pueblu d'Asturies custodia, podemos contemplar la imagen original, en la que se puede advertir lo muy frecuentada que estaba la bahía gijonesa el 20 de agosto del año y mes en los que fue juzgado el general golpista Sanjurjo -luego reincidente- y también el barandal del paseo del Muro, como corresponde a la semana grande de las fiestas locales de la Virgen de Begoña.
A los lectores del diario local La Prensa se les privó del valor documental y panorámico que tiene la instantánea como secuencia de la vida social veraniega en aquella villa. Ni siquiera nos cabe el consuelo de que el redactor del vacuo pie de foto escribiera una texto más informativo acerca de la identidad de los dos guitarristas, el flautista y el violinista que componen La Nueva Luz, tal como podemos comprobar al leerlo.
Aparte de la falta de respeto que comporta siempre mutilar el trabajo de un reportero gráfico -sobre todo de quien ya era un profesional cualificado e iba a representar tanto para la historia de Gijón-, es muy deplorable que ni siquiera figure en la gacetilla el nombre de Constantino Suárez. Una y otra circunstancia me han movido a recuperar la instantánea original y hacerlo constar, con mi gratitud nuevamente a quien dejó tan valioso legado de imágenes a su ciudad natal.
Se advertirá, al observar el llamado Martillo de Capua al fondo que aún sobrevive como conjunto arquitectónico protegido en el paseo marítimo gijonés, que aún no se había construido la emblemática Escalerona, cuya inauguración data de 1933.
DdA, XX/5.815
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