jueves, 7 de noviembre de 2024

UN PRESIDENTE CONVICTO PARA UN CUATRIENIO SOMBRÍO


Lazarillo

Muy probablemente, mi estimado Álvaro Noguera, que dibujó esta viñeta durante la primera gobernanza de Trump con el acierto que le es habitual, no esperaría entonces que unos cuantos años después y una vez concluido el mandato nada ejemplar de Joe Biden, su viñeta recobraría actualidad con la elección del primer presidente convicto de los Estados Unidos, al que le cabe la ignominia de haber incitado a los más desalmados de sus fieles al asalto del Capitolio, al no aceptar Trump su derrota electoral en noviembre de 2020. Cinco personas murieron entonces como consecuencia del asalto. Vuelve Trump a la Casa Blanca, marcando posiblemente el sesgo ideológico de la política en el área occidental que nos toca, porque como ha dicho Mélenchon sobre Estados Unidos allí no podía ganar la izquierda porque no existe la izquierda. En Europa ocurre algo similar, salvo en Francia, donde a pesar de que la izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon ganó la segunda vuelta de las últimas elecciones (Nuevo Frente Popular), la izquierda tampoco gobierna.

EL FIN DEL MUNDO

Manuel Santana

Embrutecidos, desde la caída del Muro de Berlín y la Unión Soviética, por un capitalismo feroz y desatado, que estupidiza a sus ciudadanos para así manipularlos, liberado ya de antagonistas que lo equilibren para campar a sus anchas, las democracias occidentales se ven abocadas a una degradación y decadencia imparables, a su caída, como síntoma fundamental de nuestra época. 

La ira, la frustración, invoca a un pueblo decidido a creer al Trump de turno, incluso cuando afirma que los inmigrantes se comen a las mascotas de los estadounidenses o que la Covid19 podría curarse inoculándote lejía en vena, ciudadanos alienados durante décadas por una anticultura que ha emponzoñado e infectado sus procesos neuronales, hasta el punto de llegar a creerse que la Tierra es plana, que el cambio climático causado por el ser humano no existe, que el Presidente de Argentina puede hablar con el espíritu de su difunto perro, hasta el punto de votar por gobiernos que financian la tauromaquia mientras desoyen las predicciones científicas de catástrofes que luego cuestan cientos de muertos que todos lloran.

Es la antilustración, el zeitgeist de nuestro tiempo, que apunta a que el Dios proclamado muerto por Nietzsche, nunca fue sustituido por la Ilustración y la Ciencia Moderna, sino por un capitalismo mercantil que, ya en su fase financiera, amenaza con devastar el mundo al que debería haber servido, dentro del cual ha estado gestándose, creciendo, hasta hacerse mas grande que el huésped que lo habita, como una especie de alien que amenaza con emerger, dejando tras de sí tan sólo el cadáver de una comunidad humana que ya no sabe cómo organizarse sin que ello implique su autodestrucción.

DdA, XX/5.815

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