Nunca en los tiempos en que Podemos contaba con una mayor representación parlamentaria, y por lo tanto con mayor derecho a estar representado en nuestra televisión pública, tuvo su entonces líder fundador -vicepresidente del gobierno después- la posibilidad de asomarse a la pantalla de TVE como la está teniendo ahora. Se lo impedían cuando era diputado y ahora se le permiten en calidad de exdiputado, tal como leemos a pie de imagen. Es de celebrar asimismo que algunos de sus colaboradores en Canal Red dispongan también de la oportunidad de hacerlo en ese mimo medio. En todo caso, nos gustaría saber, a través de la opinión de los directivos de nuestra televisión pública, por qué antes no y ahora sí, aunque lo supongamos. Esta fue la intervención de Pablo Iglesias en el último programa "59 segundos", con un titular muy distinto a los habituales de esa casa:
Cuando no existían los teléfonos móviles era más fácil mentir. Hoy es muy fácil ver que Israel es un estado terrorista que está cometiendo un genocidio contra la población palestina de Gaza. Pero todo esto no comenzó el 7 de octubre. Esto empezó muchos años antes, con el nacimiento de Israel a partir de las acciones terroristas del Irgún, la base del ejército israelí, y la aplicación de los horrores coloniales en el siglo XX». Así lo dijo anoche el exvicepresidente del gobierno español y director de Canal Red, Pablo Iglesias, invitado en 59 segundos, el programa de análisis político nocturno de La 1 presentado por G emma Nierga.
«Pero el problema no es Israel: no dejará de ser un estado terrorista. El problema es el ‘jardín europeo’, como lo llamó Borrell. El problema es la democracia estadounidense. Están permitiendo un genocidio, la invasión del Líbano, los bombardeos sobre Yemen, la eliminación de los dirigentes iraníes y libaneses de Hezbolá. Y si la población occidental no se moviliza, esto puede resultar no solo en una guerra regional, sino en una guerra mundial. Y, dios no lo quiera, podría llegar el momento en que nuestros ciudadanos tengan que saber lo que significa una bomba cayendo sobre su propia casa», concluyó.
Sobre las intenciones genocidas del ejército israelí existe una gran cantidad de material, mucho del cual ha sido utilizado por el fiscal de la Corte Penal Internacional para formular su acusación contra Tel Aviv. «‘Ahí no hay inocentes’, afirmaba un soldado israelí de origen latino en una entrevista con RTVE, publicada en febrero de este año. El ente público decidió darle voz a un genocida», escribía hace pocos días Adrián Martín Andrés en Diario Red. «A un participante de lo que los medios todavía siguen llamando ‘conflicto armado’, y no por lo que es, un genocidio. La periodista preguntó al soldado: ‘¿Y cómo va a terminar esto?’ y este respondió: ‘Ojalá con una derrota aplastante. Que no quede nadie ahí’. Las intenciones de los seguidores de Netanyahu son claras. Los propios militares lo admiten, no quieren que quede nadie ahí».
En el mismo programa se abordó el candente tema de la migración. Ante los argumentos típicos de la derecha, relativos a la imposibilidad cultural de la integración o los costos excesivos de la acogida, el director de Canal Red respondió: «Se dice mucho sobre la diferencia cultural. Un dato: España ha acogido entre 2022 y 2024 a 210.000 ucranianos. No hablan español, son ortodoxos, pero son rubios y de ojos azules, y no ha habido ningún problema. En el mismo período, el número de migrantes ilegales ha sido la mitad. Y con los migrantes ucranianos se ha logrado una integración perfecta a pesar de las diferencias culturales. ¿Por qué? Porque hubo voluntad política. El problema es que ni el PP ni el PSOE han tenido esa misma voluntad política». Sobre el mismo tema, se recordó el pasado de emigración del pueblo español. «Se dice que la migración debe ser legal. Bien, cuando Franco creó el Instituto Español de Migración, la mitad de los migrantes españoles que se fueron a Alemania, Bélgica, Suiza y los Países Bajos eran migrantes ilegales. [...] El PSOE y el PP piensan lo mismo. Sus discursos esconden un mecanismo racista que, de hecho, es un negocio. El negocio de esclavizar a personas racializadas. ¿Hay esclavos en España y en Europa? ¡Claro que sí! Estoy seguro de que en este momento están viendo el programa mujeres racializadas que no pueden ir al médico y no tienen derechos; o hombres racializados que trabajan en condiciones espantosas. ¡Es necesario regularizar, dar documentos y derechos a quienes no los tienen!».
DIARIO RED DdA, XX/5790
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