sábado, 5 de octubre de 2024

LO DE LEER SÓLO LOS CRÍMENES PORQUE LO DEMÁS ES MENTIRA


MENTIRAS

Valentín Martín

Yo me crié con leche de cabra, tal vez por eso siempre fui un mezuca. Los niños de oveja no tienen curiosidad y dan menos problemas. La casa del primer llanto tenía detrás un corralito con una pared que ocupaba la ausencia antigua de la muralla. Y muy cerca, el castillo de la Mora Encantada.
En el hastial vecino de un viudo con más hijas que hijos, mi madre y ellas zurcían al abrigo de un rayito de sol, no necesitaban más. A veces mi madre leía los crímenes en el periódico que siempre llegaba dos días tarde. Las hijas del viudo tenían la complicidad de las huérfanas y habían elegido a mi madre como madre y lectora. Nadie leyó más y mejor que mi madre.
Cuando yo le pregunté a mi madre por qué sólo leía los crímenes me contestó: porque los crímenes son verdad y todo lo demás, mentira. ¿ No has oído eso de "mientes más que La Gaceta"?
Como en mi pueblo entonces éramos muy budistas sin saberlo, nos aferrábamos al mantra de que la mentira era patrimonio de nuestra Gaceta salmantina. Consecuencia de la cerrazón cuando no tienes tren ni coche de línea. Vivíamos en ese inocente error, que Dios nos perdone.
No conocíamos el mar, la ciudad nos daba dolor de cabeza aunque no fuéramos a operarnos de anginas, e ignorábamos que el dicho se refería a otra Gaceta, el Diario Oficial del Gobierno que desinformaba desde el siglo XIX.
Ahora que nos hemos puesto viejos ya no pasan estas cosas. Pero hay un error que acabo de leer en un artículo que remite al budismo pueblerino de antes: que Felipe González vendió la Gaceta salmantina porque tenía pérdidas.
Que Felipe González entiende de perras lo demuestra su trueque personal al cambiar de doctrina. Pero no vendió la Gaceta. Me atrevo a dudar de que sepa que este periódico salmantino exista, aunque él hiciera la mili de los ricos muy cerca, en Montelarreina, por donde pasaron también Adolfo Suárez y Jordi Pujol. Ya ves, el ejército los junta.
Es todo más sencillo. La Gaceta formó parte de la Prensa del Movimiento, un portaaviones de más de 40 periódicos con la suma de medios informativos de nueva creación más los incautados a la vencida República.
Al morir Franco ¿cuál iba a ser el destino de la Prensa del Movimiento? Pues el mismo que el del Movimiento.
Esto lo entendió enseguida Adolfo Suárez que emprendió el camino de disolver una cadena que había entrado en pérdidas en 1975. No era cuestión de dinero sino de imposible encaje en una sociedad democrática. Y sí, la desaparición definitiva mediante subasta o entrega a los propios trabajadores se llevó a cabo en 1984.
Mi pueblo ya no existe, lo mató un proyecto de don Filiberto Villalobos que entregó a Indalecio Prieto y Franco consumó al alba. Ya no hay hastiales ni mujeres zurciendo. Y lo de leer sólo los crímenes tal vez sea una costumbre perdida en el sueño de las madres muertas.

DdA, XX/5.790

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