sábado, 26 de octubre de 2024

EN RECUERDO DE RAÚL LOSA Y EL ÚLTIMO MOVIMIENTO OBRERO EN ASTURIAS


Félix Población

La calle Fundición fue una de las calles de mi niñez, aquella niñez que no conocía límites a nuestro albedrío, extendido a lo largo y ancho del centro de la ciudad, cuando se podía jugar a las chapas, a las canicas o al fútbol incluso en algunas callejas como la de la Costanilla de la Fuente Vieja o la calle del Agua, por citar dos en el corazón de la villa. La fotografía que rescata mi estimado Chema Castañón data del 24 de octubre de 1984, una fecha marcada por la huelga general que vivió Gijón luego de que, en las manifestaciones de protesta contra la reconversión industrial, falleciera víctima de un disparo en el pecho un adolescente de 19 años llamado Raúl Losa, hijo de militantes del Partido Comunista. Me parece que las informaciones sobre la identidad del causante de esta muerte se refirieron a un joyero que trató de impedir a tiros que los manifestantes usaran su coche como barricada. Aquella desindustrialización afectaba entonces a casi 1.500 trabajadores. En esa misma calle Fundición de mi niñez, que veinte años más tarde casi seguía siendo la misma que cuando la llenábamos con los gritos de nuestros juegos, el fotógrafo Juan Carlos Tuero captó la que quizá sea una de las imágenes más ilustrativas de lo que fue el movimiento obrero en Asturias después de la dictadura. No le falta a la instantánea la perspectiva de los manifestantes al fondo de la calle, la de los policías antidisturbios en primer plano con las armas en las manos, un manifestante herido, tendido a los pies de uno de los agentes, y la figura de uno de sus compañeros avanzando por la calleja con los brazos en alto en auxilio del caído. Chema Castillo, fallecido en 2020 de ELA, era el herido y Mario Suárez del Fueyo el compañero que acude a socorrerlo. Si he querido escribir sobre esta fotografía es porque, con Chema Castañón, quiero recomendar el libro que recoge los 25 años de profesión de Juan Carlos Tuero, publicado en 2008, y que recoge algo más de un centenar de instantáneas de su autor. También me parece oportuno considerar que aquella ciudad que se resistió a la reconversión industrial con movilizaciones como las que costó la vida a un joven comunista hace cuarenta años, vive en la actualidad una trayectoria entregada más a ser ciudad de vacaciones, con el turismo como imperativo exclusivo de su desarrollo, y un gobierno municipal de connivencia entre la derecha y la extrema derecha. La excelente fotografía de Juan Carlos Tuero más parece pertenecer al histórico y resistente movimiento obrero asturiano de las primeras décadas del pasado siglo y la dictadura franquista que al del régimen del 78 y a una ciudad cada vez más conservadora y desbocadamente turistificada que no deja de perder identidad y memoria.

DdA, XX/5.804

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