José Luis Serrano
Esta mañana en un camposanto de nuestra villa, enclavado en un monte nativo, con cantos de pájaros, entre algarrobos, espinillos, talas y chañares, hemos despedido a nuestro Osvaldo Guevara, poeta y amigo. Con sus propios poemas, canciones, y recuerdos espontáneos. Allí, sus entrañables discípulos y buenos vecinos, intentábamos hablar con el corazón desparejo.
Gracias poeta…
en medio de esta sequía,
de palabras y utopías?
¿Quién traerá por sorpresa,
la necesaria belleza,
que hace falta cada día?
Tus palabras son la lluvia,
y cada gota un abrazo.
me pialaste con tu lazo,
de encanto y desfachatez;
dentro mío y de una vez
hundido como un hachazo.
Te doy gracias por usar,
tu tiempo en Villa Dolores.
Por contarnos que hay colores,
danzando en el universo,
que asomaban en tus versos,
desbandando los temores.
¿Qué vamos a hacer ahora,
poeta Osvaldo Guevara?
¿Qué haremos con nuestra cara
desencajada de ausencia?
¿Cómo salir de esta urgencia,
que tu pascua nos depara?
Esta orfandad, este hueco,
esta escasez de alegría…
¿Qué nos queda todavía?
¿Dónde hallaremos la ciencia,
de ejercitar la experiencia
de compartir poesía?
Este pequeño rebaño,
que, congregado a dar gracias,
tendrá que campear audacias,
para seguir tu legado.
¡Aquí estamos apretados,
con el alma en acrobacia!
Habrá que poner en marcha,
la potencia de tu gesto.
Vamos yendo con lo puesto,
abrevando el devenir,
agradeciendo seguir
a tu semblante dispuesto.
Villa Dolores, 6 de octubre de 2024
DdA, XX/5.792
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