jueves, 11 de julio de 2024

SI LAS DERECHAS SE EXTREMAN YA SE SABE LO QUE PASA CUANDO SE UNEN


Félix Población

Si Vox da por rotos los gobiernos autonómicos en comandita que tiene con el Partido Popular en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Extremadura y Aragón por algo tan fútil como el hecho de que el PP haya aceptado repartir a pocos más de 300 menores, es que la extrema derecha de Abascal se siente muy presionada por la extrema derecha que asomó a las urnas en las pasadas elecciones europeas. 

Pasa con esta actitud de Vox lo que con el Partido Popular de Feijóo con respecto a Vox, de modo que lo que antes se llamaba -mal llamado- centro derecha es ahora derecha extrema, Vox es la ultraderecha y lo de Alvise es la extremísima, con la esperanza de no haya una nueva más allá. 

Al día de hoy, no se sabe hasta qué extremo puede llegar esa competitividad entre las tres derechas, pero lo que podría indicar esa tendencia, en relación con el electorado conservador de este país, es que se da entre quienes lo conforman un cierto hartazgo ante el sistema democrático vigente, sin que por parte de la ciudadanía que lo defiende se perciba una capacidad de convicción y resistencia capaz de oponerse a todo riesgo de que la democracia pueda ser puesta en riesgo o cuestión. 

Sabemos históricamente a lo que conduce la floración de partidos de extrema derecha con idearios machistas, racistas y xenófobos. Si uno de los partidos mayoritarios de España, desde que nació Vox, se siente presionado a realizar una política reaccionaria que le evite perder votos a favor de Vox, y si Vox aún ha de hacerla más retrógrada para que no le ocurra lo mismo con el partido de Alvise, algo tendremos que hacer los demócratas para que la regresión al más negro pasado histórico no sea posible con esas derechas cuando se unan, como antaño. En Francia, al menos, lo están intentando.

DdA, XX/5.703

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