miércoles, 24 de julio de 2024

JULIAN ASSANGE YA NADA EN EL OCÉANO TODOS LOS DÍAS: OJO CON LOS TIBURONES


 

Félix Población

Leo estos días un libro imprescindible para conocer al detalle la importancia que Julian Assange y Wikileaks tienen en la Historia del Periodismo de investigación. Se trata de El poder secreto. Por qué quieren destruir a Julian Assange y Wilileaks, obra de la periodista italiana Stefania Maurizi, colaboradora del periódico Il Fatto Quotidiano, publicada por Akal. 

Por mucho que se nos haya insistido mediáticamente en tratar de identificar al periodista australiano con un delincuente, estamos ante un profesional eminente que ha cambiado radicalmente la metodología de la información, utilizando la red y violando los llamados secretos de Estado cuando estos atentan contra los Derechos Humanos y garantizan la impunidad de los poderosos. Ni más ni menos. 

Es lamentable que el pasado sábado, en el programa nocturno de La Sexta, la entrevistadora que lo presenta, en diálogo con Baltasar Garzón, desaprovechara la presencia en el plató de quien forma parte del equipo de defensa del fundador de Wikileaks y no le hiciera ni una sola pregunta al respecto del caso y la libertad del periodista, algo que el diario francés Liberation sí considera con esta fotografía de Assange con su familia en una playa australiana, publicada por Stella Assange en las redes sociales el pasado lunes. 

En la instantánea vemos a Julian muy relajado y sonriente en una playa australiana, después de haber quedado en libertad el pasado 26 de junio, en compañía de su esposa y sus dos hijos. Desde su regreso al aeropuerto de Canberra, la capital australiana, Julian Assange había evitado ser el centro de atención. Su esposa, con quien se casó mientras estaba encarcelado en Belmarsh, dijo en el momento de su liberación que usaría su libertad para “nadar en el océano todos los días”.  Ya el 3 de julio, fecha del cumpleaños del periodista, uno de sus abogados publicó una foto que mostraba a la pareja en un bosque acompañada de la leyenda: ibre!".

Cabe suponer que un periodista de su temple, después de una experiencia tan dura como la que ha vivido desde 2.010, también hará uso de su libertad para contar ese último periodo de su vida, siendo consciente siempre de que haberse enfrentado  a quienes se enfrentó debe mantenerle en guardia para que el gusto con el que le vemos disfrutar de su familia nadando en el océano todos los días le acompañe muchos años. Estoy convencido, además, de que nada le hará desistir del empeño profesional con el que fundó su empresa*.

*Pablo González, el periodista español encarcelado en una prisión polaca, va a cumplir dos años y medio privado de libertad, en una celda de aislamiento -como Assange-, sin juicio y sin que se conozcan pruebas contra él, ni atribuirle ningún hecho concreto del que se pueda defender.  Todo, sin que al actual ni al anterior gobierno progresistas parezca importarle demasiado.

DdA, XX/5.715 

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