Bolado cuenta el primer día de la Guerra Civil en Llanes (Asturias) y escribe para ello el titular que este Lazarillo da a este post. Aquel día era sábado y quien anota este comentario comenzó a ser un lejano proyecto en esa misma fecha en que mi padre estrenó un traje de lino blanco y bailó con mi madre en el Parque Japonés de Gijón. La guerra y su destierro pospusieron mi nacimiento demasiados años. También a ellos les suspendieron la vida que esperaban llevar en común con una obligada separación, consolada con la correspondencia epistolar. No puedo evitar esta referencia cada vez que alguien rememora el día en que se inició aquella barbarie delante de los ojos de la generación que la vivió en su niñez y mocedad. Deberíamos estar capacitados para pensar que aquella guerra y aquella dictadura fueron el último capítulo de una historia reiterada de guerras civiles y dictaduras, pero me temo que no se ha hecho lo posible y necesario para conocer a fondo nuestra historia y evitar el riesgo de repetirla.
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