Félix Población
Confieso haber interpretado mal la noticia del retorno del periodista Jon Sistiaga a Cuatro TV. A Sistiaga se le conoce, sobre todo, por sus crónicas como corresponsal de guerra, entre las que cabe recordar su presencia en el hotel iraquí donde fue asesinado por las tropas norteamericanas el camarógrafo de Tele 5 José Couso.
Esta vez, el programa con el que el periodista vasco vuelve a la televisión se centra en la actualidad y no consistirá, en su primera emisión hoy, en un debate entre Miguel Ángel Rodríguez y Pablo Iglesias, como creí haber interpretado en principio, sino en sendas entrevistas a cada uno de ellos, al objeto de que expongan su opinión desde puntos de vistas totalmente diferentes, según respectivos y antagónicos criterios ideológicos. Puede que se haya vendido como debate la noticia para mayor expectación del respetable.
Según he leído, quien es jefe del gabinete de la presidenta Díaz Ayuso va a aprovechar la entrevista para defenderse de que se le impute a él una colaboración estelar en el clima de crispación política que se vive actualmente en España, como si lo suyo fuera de ahora y la crispación también: "Desde hace tiempo en la política solo vivimos en guerra. Por lo tanto, no voy a ser yo el que dé un paso atrás”.
También contará Sistiaga en el programa con los periodistas Carlos Francino y Lucía Méndez, a quienes les tocará exponer el papel que han jugado los medios de comunicación en el problema, y que, a mi juicio, tiene sus antecedentes en la cadena de emisoras de la obispalía, hace bastantes años, cuando en este país sólo desde la Cope, a través de Jiménez Losantos, se propalaban auténticas barbaridades que apenas tenían competencia en otros medios, tal como sucede ahora, con tal comunicador ascendido al frente de su propia empresa y algunas otros medios que lo imitan.
Lo digo porque, por la presencia de Pablo Iglesias en el programa, podría creerse que la crispación política se inició con el surgimiento de Podemos, algo totalmente falso y que creo debería haber dado motivo para que Iglesias no estuviera ligado como protagonista a Rodríguez en el plató de Otro enfoque. Al partido político más difamado en la reciente historia de este país no se le puede achacar responsabilidad alguna en la llamada polarización. Quienes recuerden la primera legislatura bajo la presidencia de Zapatero, hace ya veinte años, saben que le corresponde exclusivamente a la derecha y a sus medios de comunicación lo que, con la llegada de la extrema derecha, se ha hecho condimento básico y repudiable de la vida política en este país.
Es de suponer que Jon Sistiaga, un excelente profesional, hará buen uso de la hemeroteca, fonoteca y videoteca para que tengamos constancia de lo que acabo de exponer.
DdA, XX/5621
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